Un episodio de celos fue lo que desencadenó el incidente entre el edil nacionalista procesado y su pareja. La Justicia no pudo comprobar que hubiera una agresión física pero sí violencia privada.
El edil nacionalista José Plada fue procesado sin prisión por un delito de violencia privada, tras la agresión denunciada por su pareja y ocurrida en un pub, un caso ampliamente difundido por la prensa.
Si bien hasta ahora las partes no habían querido expresar públicamente cuál fue el incidente que desató el problema, el parte judicial del caso revela detalles de lo ocurrido aquella noche en un pub de Rivera.
El viernes 2 de setiembre de 2016 el edil y su pareja, también edila nacionalista, llegaron a Rivera para participar del Congreso de Ediles Departamentales que se desarrolló en esta ciudad.
En horas de la noche, acompañados por un grupo de amigos y colegas ediles, concurrieron a cenar al restaurante "El Vagón". Una vez en el lugar se encontraron con amigos, ocuparon una mesa, cenaron pizza y consumieron vino -abonado con los viáticos de edil- mientras otros integrantes del Congreso se hicieron presentes también en el local gastronómico.
Aproximadamente a las 00:30 horas, Plada se retiró momentáneamente del lugar con la finalidad de trasladar hasta el hotel a una de las amigas que se encontraban en la mesa. Antes de regresar al interior del restaurante, fue abordado por otro de los concurrentes, "quien le habría advertido que procediera a retirar del lugar" a su pareja, "ya que, en caso contrario, otros lo harían".
Plada, que según el parte ya le había dicho a su pareja que dejara de consumir alcohol, "ingresó al local ofuscado por la conducta de su pareja, la vio recostada contra la pared rodeada por dos personas de sexo masculino quienes, según su versión, la estarían tocando de forma inapropiada".
"Como consecuencia de ello, se dirigió al encuentro con la Sra. F., de manera brusca y con violencia la tomó de un brazo, comenzó a empujarla con dirección a la puerta de egreso en un trayecto de aproximadamente dos metros. Ante tal accionar la Sra. F. estuvo impedida de reaccionar; dicha situación fue presenciada por varios testigos que se encontraban en el local, entre ellos el músico y animador encargado del karaoke", indica el parte.
Cuando logró que su pareja egresara del restaurante, Plada comenzó a discutir con ella ya que pretendía que se retirara con él del lugar, "a pesar de la negativa manifestada por ella en reiteradas oportunidades".
"En determinado momento en el interior del local se escucharon gritos de la Sra. F. que procedían del exterior, específicamente ‘me está pegando'. Ante ello se generó conmoción en el local, el músico y otros testigos salieron raudamente, vieron a la pareja en el automóvil cuando Plada "se mantenía parado, sacudía a F. que se encontraba en el asiento trasero del vehículo con medio cuerpo hacia el exterior".
El músico abordó por detrás y retiró del lugar al indagado, quien rápidamente manifestó que no le estaba pegando a su pareja, afirmación que recibió la respuesta de F. quien expresó que efectivamente le estaba pegando. Según la Justicia, ninguno de los testigos que declararon en la causa "visualizaron que Plada haya golpeado a su pareja, tampoco apreciaron la existencia de alguna lesión en la denunciante".
Ella se encontraba aun sentada en el asiento trasero del vehículo cuando Plada lo ponía en marcha para retirarse; el músico y otros testigos sacaron a la mujer del vehículo y finalmente el indagado se retiró en dirección al hotel.
Una vez allí Plada fue a la habitación donde la pareja se hospedaba, sufrió una "crisis nerviosa", rompió diversos objetos y prendas de vestir, tomó sus cosas, las colocó en la única valija que tenían en común, abandonó el lugar y se dirigió a la vivienda de una amiga, donde entregó el vehículo que le habían prestado. Se retiró del lugar con destino a la terminal de ómnibus desde donde salió de la ciudad de Rivera.
Su pareja recibió contención de algunos colegas en el local gastronómico, fue trasladada por el encargado del restaurante al hotel, retiró sus pertenencias en una sábana y compareció a radicar denuncia ante la Unidad Especializada de Violencia Doméstica y Género de la Jefatura de Policía de Rivera. "Los funcionarios actuantes recibieron la denuncia y le practicaron prueba de espirometría que arrojó como resultado 1,41 gramos de alcohol por litro de sangre", indica la resolución.
La Justicia tomó declaración a los indagados y testigos, además de hacer pericias físicas y psicológicas.
Acusación y defensa
Al culminar la indagatoria judicial efectuada, la fiscal Patricia Rodríguez Trindade solicitó en la vista el enjuiciamiento sin prisión, con imposición de medidas alternativas.
El abogado de Plada manifestó que "no existió conducta ilícita alguna, que existió desistimiento de la Sra. F., quien estaba alcoholizada el día de los hechos y posteriormente se encontraba calma y pedía perdón". La defensa señaló además que la conducta de la mujer "fue contradictoria al igual que su declaración el día de los hechos, que fue afectada por el consumo de alcohol, que su defendido es una persona pacífica, no violenta ni agresiva".
La Justicia consideró que "existen elementos de convicción suficientes indispensables para juzgar la ocurrencia de hechos que, prima facie y sin perjuicio de ulterioridades, permiten encuadrar la conducta en la presunta comisión de un delito de violencia privada, consumado y en calidad de autor penalmente responsable", ya que "usó violencia y amenazas para obligar a su pareja a tolerar, dejar de hacer y hacer alguna cosa, tolerar la violencia física inferida, dejar de realizar la conducta que a criterio del indagado le generaba celos y lograr que con él se retirara del local gastronómico en el que se encontraban".
Declaraciones de la víctima
La denunciante manifestó que en un momento Plada salió a fumar y otro concurrente le habría manifestado que si no la sacaba del lugar "otras personas iban a mantener relaciones sexuales con ella". "Volvió y nos dijo que nos fuéramos, me agarró del brazo y me llevó para afuera, yo estaba bailando, le dije que me quería quedar y ahí empezamos a forcejear para entrar al auto. Él vino y me dijo tomándome del brazo ‘Vámonos', ahí no forcejeamos, salí para afuera, me dijo ‘Vámonos' a los gritos, la gente no escuchaba porque había muchas personas. Salí por la puerta, abrí la puerta bien, salimos normal, afuera como yo no quería ir y él quería que fuera, discutimos, yo no quería irme, él no me dijo por qué quería que me fuera, me dijo que nos teníamos que ir, me dijo que le habían dicho que me iban a coger, yo le dije que me quería quedar", declaró.
"No, no, él no me pegó, forcejeamos, le habían dicho eso en la puerta, tuvo esa actitud que quizás no quiso tener, pueden ser celos, es como todo, yo soy celosa y él es celoso", agregó. Al señalar la forma en que salieron del local dijo: "Estábamos a unos dos o tres metros de la puerta, no fui forzada, tal vez un poco más. Me tomó del brazo y vamos saliendo".
El músico y animador de la velada señaló lo siguiente: "En un momento veo al edil que empuja a la señora hacia la puerta, la empuja fuerte, estaba en la mesa del medio, no estaba sentado, es que cuando veo la estaba empujando con ganas hacia la puerta y la sacó, salieron del Vagón, la empujó con los dos brazos, yo seguí cantando. Habrán pasado dos minutos y se empezó a escuchar ‘No me pegues, no me pegues', todo el mundo lo escuchó, el auto estaba a tres o cuatro metros del local (...) cuando miré a mi derecha largué el micrófono y salí por la puerta, voy al auto donde están, había otras personas, yo lo agarro de atrás al edil P. y él dice ‘No le estoy pegando'. Ella estaba en la puerta de atrás del auto tirada hacia atrás y él adelante, él la estaba agarrando con los brazos, la estaba sacudiendo, él dice ‘No le estoy pegando' y ella dice ‘Sí, me está pegando'. Cuando lo tiré hacia atrás él dijo que se iba y se subió al auto y lo prendió; sacamos a la señora del auto y ella quedó hablando con las personas que estaban con ella".
Las declaraciones de Plada
"Yo agarré una comisión de género porque soy antiviolencia", dijo el edil al ser indagado, que insistió en que estaba "todo bien" hasta que su pareja empezó a tomar. "Ella siguió tomando y empezó a complicar, yo quería llevarla y ella no quería, le decía de irnos porque teníamos que levantarnos temprano, ella decía que no, se levantaba a bailar a cada rato y yo salía para controlarla lo hacía porque se veía que estaba mal (...) Llevo a S. al hotel y cuando vuelvo ella estaba contra la pared que había en la tarima donde se bailaba y dos caballeros estaban aprovechándose, manoseando, por la espalda y la pierna, con la mano, ella no sabía ni donde estaba, estaba parada pero estaba hecha una piltrafa, esos hombres no sé quiénes eran, lo que hice fue agarrarla de un brazo la llevé a la mesa, agarré la cartera y el sacón y salimos a la puerta, ahí ella empezó a bambolearse a todos lados [...] le dije vamos y dijo que sí, no recuerdo cómo abrí la puerta, cuando íbamos llegando a la puerta íbamos como tirando todo, ella iba adelante mío [...] somos hombres, yo lo hablo de acuerdo al pudor [...] la llevo al auto, cuando llegamos al auto ella decía que quería volver al boliche, yo le dije que no, le decía que no por el estado que estaba. La llevé al auto, abrí la puerta de atrás, del costado de atrás para llevarla acostada, estaba mal, ahí empezó que no quería irse, que quería salir, yo no la dejaba porque quería que se fuera de ahí, pero no hubo violencia (...) Cuando empezó a gritar, gritaba de todo un poco, en un momento decía ‘me quiere pegar, me quiere pegar', se arrimó gente y decía ‘dejala".
Dijo que creía en la igualdad de género y agregó: "Creo que una persona con responsabilidad social en materia de género debería reaccionar como reaccioné yo".
Las pericias
La pericia psiquiátrica y psicológica efectuada a la denunciante indicó: "En el plano de lo psicológico en este momento la periciada evidencia sentimientos positivos hacia su pareja. Su discurso impresiona como defensivo y evitativo en relación a concretar sus respuestas, con tendencia a desviar el foco de los hechos denunciados. Niega ser víctima de violencia doméstica, tomando distancia y minimizando los conflictos con el denunciado (‘...como toda pareja...'). En la instancia no se observan elementos tales como miedo, culpa, baja autoestima o ansiedad".
La Justicia dispuso el procesamiento sin prisión, con la prohibición de acercamiento, de relacionamiento y de comunicación a través de cualquier medio con su pareja por el plazo de seis meses.
Además, tendrá "la obligación de cumplir tareas comunitarias en organismos públicos o en organizaciones no gubernamentales, cuyos fines sean de evidente interés o utilidad social, vinculados directamente con el trabajo con víctimas de violencia doméstica y en políticas públicas en materia de género y generaciones, por un plazo máximo de diez meses y por doce horas semanales de labor".