El innovador edificio de la escuela sustentable de Jaureguiberry, con disponibilidad para 100 alumnos, por el momento albergará solo a 40 de una escuela rural que funcionaba en la zona, informó la titular del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), Irupé Buzzetti. Los estudiantes concurrirán al nuevo local una vez finalizada Semana de Turismo, a la vez que se incorporará un maestro especializado en educación inicial.
Tras un mes y medio de construcción, este miércoles 16 serán entregadas al CEIP las llaves de la primera escuela sustentable de América Latina, a la que concurrirán en un principio 40 niños y niñas una vez culminada Semana de Turismo.
El nuevo edificio, emplazado en el balneario Jaureguiberry de Canelones, a 80 kilómetros de Montevideo, implicó la utilización de 2.000 neumáticos, 5.000 botellas de vidrio, 2.000 metros cuadrados de cartón y 8.000 latas de aluminio. El suministro energético es mediante paneles fotovoltaicos y molinos de viento.
Los alumnos de este novedoso centro educativo recibirán saberes agregados a sus pares de las escuelas comunes, que le servirán para la vida, como conocer cómo se puede almacenar agua en tanques y luego realizar un proceso de purificación, explicó Buzzetti en dialogo con la Secretaría de Comunicación Institucional sobre las particularidades de la iniciativa.
La escuela rural N° 294 de Jaureguiberry, creada en 2010, hasta ahora funcionaba en una casa de la zona. Actualmente concurren a sus clases 34 niños, pero hay seis en lista de espera, por lo que se estima que a fines de marzo ya serán 40 alumnos. La capacidad total del nuevo centro alcanza los 100 cupos, por lo cual las autoridades manifestaron la esperanza de que otras familias se sumen y envíen a sus hijos a este local.
Buzzetti destacó la importancia de la articulación, de la participación colectiva de entidades como el CEIP, Tagma (organización uruguaya sin fines de lucro conformada por técnicos y profesionales que trabajan en la construcción sostenible de forma voluntaria), Earthship Biotecture (empresa creada por Michael Reynolds, arquitecto estadounidense y director del proyecto) y Unilever (empresa representante de la marca Nevex que apoya a la escuela pública y que donó 7 millones de pesos para esta obra).
“En esta construcción hubo una gran multiculturalidad. Vinieron voluntarios de Londres, otros de Malasia, de Estados Unidos, de Canadá y de otros lugares de América. Es un hecho revolucionario”, explicó Buzzetti, quien expresó su satisfacción por el proyecto que incluso se volvió un atractivo turístico para el lugar, dado que se programaron una serie de visitas guiadas para ver la evolución de la obra.
El proyecto
El Ministerio de Vivienda y Medio Ambiente aprobó la construcción, que es visible desde la Ruta Interbalnearia e incluye tres salones donde se distribuyen tres grupos: uno para educación inicial, que hasta ahora funcionaba con primero y segundo y con una sola maestra, otro para niños de primero a tercero, con la correspondiente maestra, y un tercero para cuarto, quinto y sexto, para los cuales brindará clases la propia directora de la escuela rural.
El CEIP debe construir junto a la nueva escuela sustentable una cocina, un comedor y la dirección. Para ello las autoridades decidieron dar prioridad a la construcción con reciclajes sin entorpecer el proceso y, una vez finalizada, sí comenzarán a edificar estos espacios restantes. Mientras se desarrolle el tiempo de obra, los niños recibirán el servicio de alimentación por vía tercerizada.
“Este proyecto es un espejo en el que todos vamos a mirarnos. Es un desafío para nosotros, como profesionales de la educación, y es un desafío para el país el contar con una escuela de este tipo. Primaria adhirió totalmente al proyecto y ahora son los alumnos y docentes los que tienen la expectativa de trabajar en una escuela diferente”, indicó Buzzetti.
