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CAUSA ABIERTA

Cuba pierde a un amigo esencial

Cuba pierde a un amigo esencial

Por Patricia Grogg

El venezolano Hugo Chávez fue el mandatario que más visitas realizó a Cuba, país que guardó luto oficial por su muerte el martes 5 y donde le sobrevive su amigo y mentor político, Fidel Castro.

La estrecha relación económica bilateral parte de un acuerdo integral, firmado el 30 de octubre de 2000, que dio a Cuba acceso a los beneficios del Convenio Energético de Cooperación de Caracas para el suministro de petróleo e hidrocarburos en condiciones preferenciales, que disfrutan otros países de la región del Caribe.

Junto a la preocupación por la repercusión económica que pueda tener para esta isla caribeña la muerte de Chávez no faltó quien se inquietara por la salud de Castro. “Qué tristeza, cómo estará Fidel”, comentó una mujer que compraba el diario estatal Granma, que dedicó el miércoles seis de sus ocho páginas al venezolano.

“El primer impacto, sin duda, es el sentimiento de dolor por la pérdida de un gran dirigente latinoamericano y uno de los mejores amigos de Cuba en Venezuela”, dijo a IPS el ensayista e investigador Carlos Alzugaray. Los vínculos entre cubanos y venezolanos “en lo personal, en lo político y en lo social, vienen de lejos”, agregó.

Chávez impulsó procesos participativos de nuevo tipo y, “a pesar de toda la agresividad que ha caracterizado a la burguesía venezolana, siempre mantuvo una actitud hacia el diálogo y fortaleció la democracia en su país”, apuntó la profesora universitaria Reina Fleitas.

A partir de la voluntad de ambos gobiernos de establecer, sostener, desarrollar y ampliar una cooperación de mutuo beneficio, aprovechando las potencialidades y ventajas comparativas de uno y otro país, se estableció un nuevo tipo de relaciones políticas en la región, indican algunos análisis.

Para otros, el gobierno chavista se convirtió en el sustituto de la ayuda de Moscú, que fue columna vertebral de la economía de Cuba hasta la desaparición de la Unión Soviética en 1991, cuya peor repercusión fue, justamente, la pérdida de abastecimiento petrolero.

Venezuela es en la actualidad uno de los pilares fundamentales de la economía cubana, que recibe entre 90.000 y 100.000 barriles diarios de crudo de ese país sudamericano.

A cambio de ese suministro estratégico, al menos 50.000 técnicos cubanos en educación, salud, deporte y otras áreas, como comunicaciones, inteligencia y militar, viven y trabajan en Venezuela.

De esta manera, Venezuela se convirtió en el primer socio comercial de Cuba, y el intercambio ha crecido hasta sobrepasar los 3.000 millones de dólares anuales.

Además, un centenar de proyectos de colaboración en diferentes ramas de la economía superan los 1.300 millones de dólares, según datos de 2011.

Dada la relevancia de esos lazos, en determinados sectores de la población cubana podría haber inquietud por eventuales consecuencias económicas de la muerte de Chávez, admitió Alzugaray.

Sin embargo, “es muy probable que los continuadores de Chávez sigan en el gobierno venezolano, debido a que bajo su liderazgo existen poderosas demandas y fuerzas políticas progresistas, populares y de izquierda que han articulado un potente movimiento de masas”, estimó.

También se debe tener en cuenta que las relaciones económicas se han ido institucionalizando y son beneficiosas para ambas partes, añadió.

“No creo que la oposición venezolana esté en condiciones de arrebatar el liderazgo a los seguidores de Chávez en el corto plazo, ni que sean tan irresponsables como para destruir las relaciones cubano-venezolanas en el poco probable caso de que lleguen al poder, que siempre sería en el mediano o largo plazo, pero no en lo inmediato”, consideró.

El periodista cubano Boris Caro, residente en Canadá, consideró que el impacto de la muerte de Chávez dependerá del resultado de las próximas elecciones, que deberían convocarse en 30 días.

“Si Nicolás Maduro -presidente encargado y designado por Chávez como su sucesor- derrota (al postulante opositor Henrique) Capriles, no habrá grandes cambios en el ritmo de las reformas económicas en la isla”, estimó en la sección interactiva Café 108 del sitio web de IPS Cuba.

Pero una victoria electoral opositora pondría al país nuevamente al borde de una crisis energética, vaticinó. “Sin los 90.000 barriles diarios de petróleo subsidiados por Caracas, la economía de la isla caerá en una recesión aún más profunda”, analizó.

Caro coincidió con otras fuentes en la esperanza de que las autoridades cubanas hayan previsto un “Plan B”, pues conocían el pronóstico fatal de la enfermedad de Chávez. “Han tenido dos años para prepararse. Ojalá que este nuevo escenario no los tome por sorpresa”, agregó.

Fidel Castro y Chávez se conocieron el martes 14 de diciembre de 1994 cuando el entonces líder del Movimiento Bolivariano Revolucionario-200 llegó a la capital cubana invitado por Eusebio Leal, historiador de la Ciudad de La Habana. Sin embargo, quien lo recibió y abrazó en el aeropuerto fue Castro.

Ocho meses antes, el joven teniente coronel de paracaidistas había sido excarcelado tras purgar dos años de prisión por protagonizar en 1992 un fallido y cruento intento de golpe de Estado contra el presidente Carlos Andrés Pérez (1974-1979 y 1989-1993), quien había restablecido relaciones con Cuba en 1974, rotas por Rómulo Betancourt en 1960.

La visita se había concebido como discreta y de exploración, pero Fidel Castro tomó las riendas del programa y lo atendió como a un jefe de Estado. Por esos días, el entonces presidente de Venezuela, Rafael Caldera, recibía de manera pública al cubano Jorge Más Canosa, que encabezaba la anticastrista Fundación Nacional Cubano- Americana.

Transcurridos 18 años del primer encuentro, Castro contaría que conversó con Chávez durante horas. “Lejos estaba de imaginarme que aquellos militares tildados de golpistas por las agencias cablegráficas, que con tanta discreción durante años sembraron sus ideas, eran un grupo selecto de revolucionarios bolivarianos”, comentó en carta a Maduro.

Solo entre 2006 y 2011, cuando se hizo pública la enfermedad de Chávez, este realizó una veintena de visitas privadas, de trabajo y oficiales a Cuba, que sirvieron de pretexto para ventilar, sin agenda previa, asuntos bilaterales, regionales e internacionales.

En uno de esos viajes, en 2007, Chávez llegó a decir que “en el fondo somos un solo gobierno” y que las dos naciones avanzaban hacia una “confederación de repúblicas bolivarianas, martianas (por José Martí), caribeñas y suramericanas”.

Chávez eligió tratar en Cuba su enfermedad, un cáncer que anunció como diagnosticado en junio de 2011 en el hospital CIMEQ de La Habana, el mismo donde se lo operó por cuarta vez el 11 de diciembre del año pasado.

En la convalecencia de Castro, que enfermó gravemente en 2006, Chávez se convirtió en su portavoz internacional. Y Fidel Castro, a su vez, se mantuvo pendiente hasta el final de la salud del venezolano, a quien este jueves 7 se le rinde homenaje póstumo en todo el territorio cubano.
IPS
UyPress

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