Sicarios enfundan armas por culpa de Bordaberry
Por Carlos Lemos
La caótica situación en Uruguay, y sobre todo en Montevideo, con los denominados ajustes de cuentas provocados por el narcotráfico seguía por “sus carriles normales”. Es decir todos los días aparecía un joven con su cabeza volada a tiros. A veces dos.
Un gobierno harto preocupado por la escalada de violencia y una oposición que sacaba rédito de la desgracia.
Pero el miércoles sucedió algo impensado. Los pibes de “Vamos Uruguay” anunciaron la creación de su propio Observatorio Criminal.
Por su cuenta contaron los cadáveres y anunciaron que desde ese momento hasta Fin de Año más de 40 uruguayos serían asesinados.
Desde ese mismo instante sucedió algo muy parecido a un milagro. “Causa Abierta” ni se molesta en preguntarle a los sociólogos. ¿Para qué?
¿Y que pasó?
Bueno, a partir del apocalítpco vaticinio los desarrapados y pastabaseros dejaron sus armas atravesas en sus cinturas y dejaron de matarse.
Ni un solo muerto como consecuencia de enfrentamientos entre banda de narcotricantes desde ese mismo día.
Los muchachos colorados se deben estar agarrando la cabeza. Sus análisis criminalísticos se desplomaron.
Pero siempre es bueno no hacer leña del árbol caído, razón por la cual “Causa Abierta” les sugiere un próximo estudio basado en un ítem que quizá no se les ocurrió.
Sugerimos, con el mayor de los respetos, que recorran los rancheríos de las zonas rojas, ahora llamadas favelas por este gobierno que también dice estupideces.
¿Para qué?
Para entrevistar uno por uno a los asesinos a sueldo, o sicarios. La experiencia puede ser sorprendente y los resultados, quizá, explosivos.
Es probable que después de esa compulsa puedan llegar a la conclusión de que todos ellos son de izquierda y cuando se enteraron de la proyección de Bordaberry resolvieron arruinarle la vida.
¿No sería maravilloso?
De esa manera, la alocada proyección sería olvidada y entonces podrían abrir otro frente de batalla.
Saben lo que pasa chicos, que el reloj sigue corriendo y a esta basura de gente justo ahora se le ocurrió dejar de matar.
O son unos ingratos, o son todos de izquierda.
A trabajar muchachos. Todavía queda mucha tela por cortar. No importa que no tengan tijeras.
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