Pluna y una encuesta sorda

Por Carlos Lemos
El politólogo Luis Eduardo González parece un hombre serio, aunque en claro declive. Brilló con sus encuestas antes de los dos triunfos de Julio María Sanguinetti. Sus pronósticos resultaron acertadísimos y cobró aún más credibilidad cuando a Canal 10 se le ocurrió salir a competir con “expertos” universitarios. El resultado fue tan desastroso que el canal nunca más se metió en ese lío.

Claro que las épocas de oro siempre se acaban. Y González empezó a caer en una pendiente sin fin cuando apareció en escena su colega Oscar Botinelli. En las últimas elecciones nacionales nadie se atreve a dar por ganador a un candidato a la presidencia hasta que Botinelli, con mucha antelación, baja el martillo. Un verdadero golazo de Canal 4 que apostó a este profesional.

Pero, como es lógico, González tiene que seguir comiendo y en razón de ello cada 10 o 15 días prepara un trabajo de proyección. El último fue titulado así: “El “affaire” Pluna fue el golpe más duro que recibió el FA en diez años”

González afirmó que el caso Pluna fue el golpe que provocó que, por primera vez en diez años, la oposición supere al Frente Amplio en intención de voto y ha sido el motivo principal por el cual la izquierda se encuentra en situación de “riesgo electoral”.

“Hasta yo oí (dijo con buen sentido del humor) el escándalo de Pluna. No necesariamente es un piñazo de knock out. No digo que el futuro esté escrito en la pared, pero por primera vez en diez años, y está confirmado, el gobierno está en problemas electoralmente hablando”, dijo el responsable de Cifra el jueves 22 en entrevista con el programa En la mira de VTV.

“¿Cómo se paga eso?”, le preguntó el periodista a González. “Para empezar con US$ 137 millones de dólares, después vemos”, ironizó el politólogo. Luego, interrogado acerca de qué números de las encuestas realizadas después del episodio denotan “el efecto Pluna”, González respondió. “Nosotros vemos en septiembre, por primera vez en alrededor de diez años, que la suma de las intenciones de votos de los partidos que no están en el gobierno, sumaba más que la intención del voto del Frente Amplio. Y eso, que podía haber sido un accidente muestral, se ratificó. Y estoy hablando de la primera vez en diez años. Eso no es un punto menor. No tengo ninguna duda que el episodio de Pluna metió la cola en esto”.

“En setiembre estaba empezando a verse el problema. Pero ahora, en la última encuesta de principios de noviembre, la cosa ha quedado muy transparente y reafirma y amplifica lo que surgió en la encuesta de setiembre”, agregó el especialista. Abundó acerca de que el episodio “le pega al ministro de Economía que salió escrachado en la foto. Astori salió a decir ‘yo me equivoqué, y Vázquez tuvo la cortesía de decir ‘el principal responsable fui yo’. Está bien. Pero ¿a quién le pega?”, preguntó retóricamente y estimó que el astorismo es el más perjudicado.

“Lorenzo es -o era antes de esto- el ministro con mejor imagen pública. Nadie con un mínimo de educación formal tiene ninguna duda que el que dirigió esto fue el ministro Lorenzo. Fue el que metió la pata. El presidente Mujica tiene fusibles y el ministro no”, señaló. Y dijo que si bien Tabaré Vázquez es quién tiene más posibilidades de ser el próximo presidente “esto no es seguro y ya no depende sólo de él mismo”.

El politólogo advirtió que de ganar nuevamente el Frente Amplio con Váquez, posiblemente no habrá mayorías parlamentarias, pero que eso “no generaría un problema grave de gobernabilidad”. Consideró que sería “la oportunidad de restañar heridas” con la oposición, y “la oportunidad de tratar de construir cosas esenciales a futuro” en conjunto.

Por otra parte, aseguró que el Partido Colorado “tiene chances de ser segundo”, aunque hoy resulte “impronosticable” quien va a ocupar ese lugar. Sobre la interna del Partido Nacional, indicó que tiene el problema de no tener resuelto formalmente el tema de la candidatura aunque “la mayoría de la gente cree que el candidato debe ser Jorge Larrañaga”.

Estimado señor González el caso Pluna no ha sido analizado por usted con seriedad. Es por eso que va a volver a errarle y habrá que esperar la palabra de Botinelli.

Falta mucha información en su análisis. Ni se le ocurre echar una ojedada por el mundo para explicar a la opinión pública que todas las aerolíneas del mundo arrojan números en rojo.

No incluye en su estudio el reciente despido de 850 trabajadores de la aerolínea brasileña Gol. Y tampoco hace mención a Iberia que echa a la calle a 4.500 trabajadores, la cuarta parte de toda su plantilla.

Ni siquiera habla de la famosa aerolínea “Cosmo” que se presentó a la subasta y “compró” los bombardier. Sabrá usted que dicha empresa es una suerte de quiosco que tiene dos aviones arrendados para apechugar como puede la terrible crisis española y su capital de giro en un poco mayor que cualquier almacenero bien plantado de la Unión.

Pero, además, no recuerda a la opinión pública que si Pluna no se cerraba en cualquier momento los brasileños nos confiscaban los aviones como hicieron los fondos buitres con la Fragata Libertad de Argentina.

Debería usted tratar el tema en profundidad y explicar con claridad que Pluna ha sido literalmente saqueada desde el mismo momento en que apareció en escena Varig, por tanto esto es un problema de todos los partidos políticos.

Achica la cancha al afirmar que el ministro Lorenzo metió la pata y eso le puede costar caro a Tabaré Vázquez.

En realidad fueron muchos que metieron la pata, y la mano, en Pluna. Blancos, colorados, frenteamplistas.

Debería usted realizar una suerte de revisión de lo que pasó con la aerolínea de bandera uruguaya y entonces la gente tendría una visión clara de la penosa situación.

En pocas palabras, señor González, no es cuestión de repartir culpas y hacer proyecciones sobre probabilidades electorales. La cuestión es mucho más simple: Partamos de la base que todo el espectro político de Uruguay es honesto.

A partir de ese imaginario, o no, usted debería darse cuenta que ninguno de los pichones uruguayos pueden hacer nada contra los piratas del aire. Ya quedó harto demostrado.