Sexo, droga y travestis: La Iglesia Católica censura a Italia
Crucifijo en las escuelas condenado por la Corte europea de Estrasburgo, píldora abortiva, escándalos sexuales con travestis que involucran a políticos: la Iglesia Católica toma posición en las polémicas que azotan a Italia. La condena el martes a Italia de la Corte Europea de Derechos Humanos por permitir la exhibición de crucifijos en las aulas de las escuelas públicas fue rechazada casi unánimamente por los italianos, tanto de izquierda como de derecha, un gesto que confirma el notable peso del catolicismo en la sociedad.
"Italia no es un país laico, es un país conciliador, con un concordato", reconoce en una charla con AFP Sergio Romano, editorialista del diario Il Corriere della Sera.
"Que la sede central de la Iglesia se encuentre aquí es un problema", sostiene Romano, quien considera que los partidos políticos tienen que "convivir" con la jerarquía religiosa.
"El gobierno de Silvio Berlusconi ha otorgado además más concesiones a la Iglesia", sostiene.
La decisión del tribunal europeo fue duramente criticada por el número dos del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, quien acusó a Europa de "arrancarnos los símbolos más amados" y dejarnos sólo "las calabazas" de Halloween.
No se trata de la primera vez que el Vaticano interfiere en los asuntos internos italianos.
La firme oposición de la Iglesia a la píldora abortiva RU486 logró que ésta no se comercialice en la península por ahora pese a que fue autorizada por la Agencia de Medicamentos.
"La Iglesia Católica está preocupada por los adelantos de la medicina que permiten decidir cómo nacer, vivir y morir", sostiene Romano.
El escándalo que involucra al presidente de la región Lazio, quien tuvo que renunciar al cargo tras haber sido descubierto semidesnudo con un travesti, se suma a las controversias morbosas por las fiestas con prostitutas de lujo del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.
El jefe de Gobierno, quien fue acusado de frecuentar menores de edad por la esposa, Veronica Lario, ha dado al menos 18 fiestas con prostitutas y presentadores de televisión en sus mansiones de Roma y Cerdeña entre septiembre del 2008 y enero del 2009.
El caso generó un enfrentamiento inédito en la prensa y hasta el mismo presidente de la Conferencia Episcopal italiana, cardenal Angelo Bagnasco, intervino para pedir a los líderes políticos "moderación", "sobriedad", "equilibrio".
Los italianos son conservadores, defensores de la familia", sostiene Romano, quien está convencido de que la sociedad de su país tiende a "perder el tren de la modernidad".
El Parlamento italiano rechazó en octubre una ley para castigar la homofobia y no ha logrado adoptar una legislación sobre la unión civil de homosexuales y defiende ante todo la familia tradicional, aunque la mayoría de los congresistas son divorciados.
"Hay temas que no se pueden abordar con serenidad en este país y uno de ellos es el sexo", lamenta Donatella Poretti, senadora del Partido Democrático (izquierda) y autora de una propuesta de ley sobre la prostitución y la transexualidad.
Al igual que Romano, Donatella Poretti estima que todo se complica aún más para Italia debido a la presencia cercana del Vaticano: "Es un Estado en el Estado" asegura.
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