Piden 21 años de cárcel para uruguayo que mató a un hijo e hirió a otro en España
El uruguayo radicado en España Jorge Diego Cánepa, preso por asesinar a uno de sus hijos y herir al otro, escribió una carta que la que justifica lo que hizo: "Los he matado por su bien, para que no sufran como yo y no vivan la vida que vive su madre".
Su caso pasará por juzgado en cuestión de horas y la prensa española pone otra vez sobre la mesa el crimen. La fiscalía pide 21 años de cárcel para Cánepa, quien cometió el delito el 28 de abril de 2014.
El imputado se encuentra en una situación de prisión provisional desde hace casi dos años.
La prensa española lo ha llamado "parricida de Caranbanchel", por el barrio en el que ocurrió la atrocidad.
Cánepa mató a su hijo de 19 meses e hirió al de 5 años, en represalia por la separación llevada a cabo por su esposa.
El presunto asesino será juzgado este martes por un delito de asesinato y otro de asesinato en grado de tentativa. En el momento de los hechos sufría un trastorno psicótico inducido por la ingesta de alcohol, informaron los medios españoles.
Junto a la nota, la Policía halló una nota en la que decía que dejaba su dinero a sus padres.
Según el fiscal, el 28 de abril de 2014, sobre las 00:15 horas, el procesado se encontraba en su domicilio en compañía de sus dos hijos de 19 meses y cinco años de edad.
Jorge Diego atacó a sus hijos con un cuchillo de cocina de 17 centímetros de hoja.
De acuerdo a la indagatoria judicial, sujetó al bebé con fuerza la cabeza y le clavó el cuchillo en la cara anterior izquierda del cuello y seccionó la arteria carótida izquierda.
Acto seguido, el procesado se dirigió a su otro hijo, el de cinco años, y, también con el ánimo de acabar con su vida, le clavó el cuchillo por la espalda causándole serias lesiones.
Cánepa dice no recordar nada del episodio. Su hijo David lo despertó diciéndole: "ven a limpiar la sangre de Luquitas".
El padre se levantó fue al cuarto y comprobó que su hijo estaba muerto.
"No reaccioné cuando vi a mi hijo fallecido. Lo deduje por la sangre en el pecho y el colchón pero no vi las heridas porque estaba la luz apagada", le dijo Cánepa a la Justicia.
Sin encender la luz se volvió a la cama para seguir durmiendo, hasta que llegó su exmujer.
"No recuerdo haber agredido a mi hijo mayor, tampoco que tuviese un cuchillo en la espalda", declaró.
Según se concluyó, el procesado había ingerido bebidas alcohólicas durante la tarde y sufría un trastorno psicótico inducido por la bebida, que mermaba gravemente sus facultades cognitivas y volitivas.
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