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CAUSA ABIERTA

Gobierno de Brasil inyecta 20.400 millones de dólares para estimular el crédito

Gobierno de Brasil inyecta 20.400 millones de dólares para estimular el crédito

En lo que se considera como un importante intento para reanimar la alicaída economía brasileña, el Gobierno anunció un paquete de U$S 20.400 millones con el objetivo de estimular el crédito.

El ministro de Economía brasileño, Nelson Barbosa, ha anunciado el jueves la inyección de un paquete de 83.000 millones de reales (20.400 millones de dólares) que servirán para estimular el crédito de una economía sumida en una de sus mayores crisis de los últimos tiempos.

Luego de la política de austeridad llevada adelante por el exministro Joaquim Levy, el actual jerarca, respondiendo a las orientaciones de la presidenta Dilma Rousseff, presionada por su propio partido -el PT- y por el exmandatario Lula, parece estar produciendo un importante viraje en su estrategia financiera. La economía del país norteño se contrajo un 3% durante 2015, y las previsiones del FMI para 2016 no son más halagüeñas.

Según informa El País de Madrid, lo que aplicará el Gobierno será una línea de crédito a intereses más bajos que los del mercado que se centrarán en tres sectores principalmente: el exportador, el agrícola y el de las infraestructuras.

En junio de 2015 - con Levy aún como ministro- el Gobierno había lanzado un plan de infraestructura por 67.000 millones de dólares. En ese,  el Ejecutivo se limitaba a señalar las principales obras que necesita Brasil apelando a que la iniciativa privada las llevara a cabo. Ahora, Barbosa, consciente de que la medida puede generar suspicacias entre los mercados (semanas atrás las agencias de Standard & Poor's y Fitch rebajaron la calificación de la deuda brasileña al nivel de bono basura) aseguró que el Gobierno va a fijar un límite legal para el gasto público.

El ministro hizo el anuncio en un encuentro que reúne a empresarios, líderes de sindicatos y miembros destacados de la sociedad civil brasileña. La misma presidenta Rousseff, que asistió a esta reunión, se refirió a la situación económica y defendió la futura implantación de un impuesto que gravará las transacciones financieras.

El plan se presenta en medio de una situación donde la aprobación de la gestión de Rousseff es menor al 10% según las últimas encuestas y cuando en pocos días el Congreso retomará sus actividades y recomenzará la consideración del impeachment (destitución de la Presidenta), cuyas consecuencias aún no se vislumbran con claridad.

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