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CAUSA ABIERTA

Muchedumbre en Berlín no daba paso a Mujica para tocarlo y sacarse fotos con él

Muchedumbre en Berlín no daba paso a Mujica para tocarlo y sacarse fotos con él

La camioneta no podía avanzar. La muchedumbre encerró al vehículo para tomarse selfies, dialogar con su ocupante y hasta golpear suavemente los vidrios negros para recibir una respuesta del afamado personaje.

Los niños en brazos de sus madres saludaban sonrientes. Esta podría ser una escena normal entre una estrella musical y sus fans. Pero en esta ocasión, la estrella era el expresidente y actual senador José Mujica al abandonar una conferencia en la capital alemana.

El jueves 23 de junio, el Instituto Iberoamericano de Berlín organizó un evento abierto al público sobre los 160 años de las relaciones bilaterales entre Alemania y Uruguay.

Entre los expositores estaba el historiador Gerardo Caetano, el embajador uruguayo Alberto Guani y Mujica. El motivo del encuentro era conmemorar el vínculo duradero entre ambos países. No obstante, la minoría era uruguaya y pocos asistían con ese fin.

El auditorio tenía cupo para 600 personas, pero las inscripciones se colmaron muy rápido. La organización decidió montar una pantalla gigante en una sala anexa en la que se proyectó la exposición. La razón del interés por participar de la conferencia era clara: "Pepe".

"Me encanta su manera de gobernar, es un ídolo para mí y quiero verlo", aseguró a El Observador Leticia, una de las asistentes, mientras hacía la cola para ingresar al salón. La joven brasileña residente en Berlín contó que si bien podía ser interesante toda la exposición, lo que le atraía realmente era escuchar en vivo al expresidente uruguayo.

Por su parte, Cristina, una alemana de 33 años, destacó el modo de vida de Mujica, su visión reformista y su interés por el pueblo. Añadió que en Alemania no existen políticos "tan excepcionales" como él.

Si bien el evento era de entrada gratuita, la mayoría de los consultados aseguró que pagaría si fuese necesario un monto justo para asistir.

De telonero a estrella

La conferencia empezó con la característica puntualidad alemana. Caetano, quien expuso primero, entendía a la perfección su papel: "Mi rol es actuar de telonero del expresidente Mujica", comentó, y sus palabras fueron recibidas con risas de los oyentes.

Lo que se presentaba como una simple introducción, despertó mucho interés y llegó a tener más contenido que la esperada charla de Mujica.

En medio de su exposición, Caetano debió interrumpir su discurso por la entrada de Mujica a la sala. Todas las miradas se posaron en el expresidente, e inmediatamente surgieron los aplausos y gritos de bienvenida. Caetano tuvo que esperar unos minutos para seguir, ya que la gente comenzó a levantarse de sus lugares para verlo más de cerca y tomarle fotos. "Esto es lo que sintió el telonero de los Rolling Stones cuando fueron a Uruguay", bromeó el politólogo y continuó su exposición.

"Terminar la guerra (en relación al cese del fuego entre el gobierno de Colombia y las FARC) es convivir. Yo ni sueño que van a estar a los besitos. Pero hay que convivir" José Mujica, expresidente y actual senador del FA

A continuación, le tocó el turno a Mujica. Habló de los temas más diversos, desde la desigualdad en América Latina hasta de los conflictos bélicos mundiales, pero poco y nada sobre el propósito del encuentro. Su modo de hablar sin filtro ocasionó risas frecuentes entre los espectadores y provocó que incluso algunos periodistas de distintas nacionalidades se pusieran de pie para aplaudirlo como simples oyentes.

El senador manifestó estar contento con la decisión entre el gobierno de Colombia y las FARC del cese al fuego bilateral y definitivo. Aseguró que este acuerdo demuestra la madurez del país. "Terminar la guerra es convivir. Yo ni sueño que van a estar a los besitos. Pero hay que convivir", comentario que fue secundado por los oyentes.

En el espacio de preguntas, un venezolano le consultó si podía ofrecer unas palabras para su pueblo sobre la posible activación de la Carta Democrática de la Organización de Estados Americanos (OEA) contra Venezuela. "Hay muchas maneras de perder el tiempo. Creo muy poco en la OEA", contestó, y agregó que no cree realmente que ocurra algo.

El evento no tuvo el establecido cierre protocolar. En el momento en que Mujica se levantó para irse, la gente abandonó sus puestos con cierta euforia para saludarlo y tomarse fotos.

El staff tuvo que abrirse camino entre la inquieta multitud para poder salir del auditorio. Transcurridos unos minutos, logró subirse y cerrar finalmente las puertas de la camioneta.

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