Uso de GPS ocultos en investigaciones abre un debate legal en EEUU
Durante meses, los policías que intentaban resolver una serie de robos en Long Island trabajaron con poco más que las borrosas imágenes de videos de seguridad en las que un hombre con suéter de capucha y pasamontañas asaltaba una gasolinera o tienda tras otras.
Hasta que el hombre armado se llevó un taco de billetes en los que los investigadores habían ocultado un dispositivo de rastreo GPS.
En cuestión de días, un sospechoso acusado de casi una docena de golpes "incluido uno en el que murió un dependiente" estaba entre rejas, y los agentes atribuyeron su éxito a una tecnología que se ha vuelto habitual en Estados Unidos en los últimos cinco años aproximadamente.
"Estas herramientas forman parte de nuestro arsenal", dijo el jefe de la policía del condado de Nassau, Steven Skrynecki, después del arresto este verano, añadiendo que el GPS se utiliza ahora "como una cuestión de rutina en nuestras investigaciones".
Pero estos pequeños dispositivos conectados por satélite, que por fabricación o colocación de la policía pueden terminar en tacos de billetes, frascos de fármacos y otros objetos que suelen robarse, plantean dudas a expertos legales que lo ven como un posible abuso de las fuerzas de la ley. Y se preguntan si algunos de estos casos se verán refrendados en los tribunales.
En 2012, el Tribunal Supremo de Estados Unidos analizó la práctica policial de colocar rastreadores GPS en los vehículos de los sospechosos para seguir sus movimientos, y estableció varios límites constitucionales sobre su uso. La corte no indicó que siempre se necesitara una orden judicial.
Pero ese veredicto no se refería de forma concreta a la táctica de ocultar dispositivos GPS de forma preventiva en objetos que podrían acabar robados. Ni mencionó durante cuánto tiempo puede seguirlos la policía o cómo puede utilizar la información que obtenga.
Eso ha dejado a los jueces con pocas referencias
"Éste es el último capítulo en el desafío de las nuevas tecnologías a la Cuarta Enmienda", afirmó Jonathan Turley, profesor de derecho constitucional en la Universidad George Washington. "Siempre hay una preocupación de que la tecnología pueda adelantar al derecho constitucional existente. Ahora depende de los tribunales decidir cuándo pueden los departamentos de policía utilizar esta tecnología para facilitar un arresto y un proceso judicial".
Por ahora se han registrado pocas apelaciones constitucionales, debido en parte a que la tecnología es nueva, pero también a que algunos acusados se declararon culpables.
En general, señalan los expertos legales, los tribunales han determinado que si alguien roba un objeto con un dispositivo de rastreo, la policía tiene derecho a perseguirles. La policía lleva décadas atrapando a ladrones de autos a través de dispositivos LoJack de rastreo por radio.
El Informador
0 comentarios