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CAUSA ABIERTA

Ricardo Peirano defiende al buitre

Ricardo Peirano defiende al buitre

Este domingo el dueño del diario económico El Observador se despertó lúcido. En razón de ello y bajo el título “De buitres y águilas” explica la diferencia entre las dos aves de rapiña. Sus giros idiomáticos le permiten formar opinión al castigar y defender al mismo tiempo a los buitres y subirse al vuelo de las águilas, tan nobles ellas. Y salta de ala en ala para pegarle a la presidenta argentina. Un genio el tipo.

Comienza enseñando que “Se llaman fondos buitre a aquellos fondos de inversión que compran deuda de países en default o casi en default para hacer una ganancia cuando se llegue a un arreglo aún con una quita importante.”

Gracias, Ricardo, es toda una novedad.

Como conoce del tema, y mucho, agrega. “Si, por ejemplo, se compran bonos al 30% del valor nominal, se puede hacer una ganancia aunque el arreglo sea con una quita de 50% o 60%. El adjetivo de “buitre” indica la forma de accionar de fondos con capacidad de inversión que compran bonos a bajo valor aprovechando que alguien quiere vender para luego recuperar algo de lo que está en litigio.”

Imagino que tú nunca anduviste en esos entuertos, ¿verdad, Ricardo?

Su sesudo análisis enseguida va al grano: Argentina. Agrega que “el tema de los fondos buitre volvió a la arena pública cuando el Elliot Management, que maneja unos US$ 20.000 millones, embargó la Fragata Libertad, buque escuela de la Armada argentina en un puerto de Ghana.”

¿Volvieron los buitres, Ricardo, ¿Y cuándo se fueron que no me enteré?

Ya metido de lleno en el punto al que quería llegar, Don Peirano nos recuerda que “Elliot fue uno de los acreedores de la deuda argentina que no aceptó el arreglo alcanzado en 2007 con las quitas más grandes de la historia: 65%. Para cobrar sus créditos, Elliot siguió litigando por todo el mundo para hacerse de activos del Estado argentino.”

Claro que está hablando del buitre. Solo que el término litigar puede llamar a confusión. En rigor, Ricardo, deberías explicar que Elliot, a quien nombras con tanto respeto, lo único que hizo fue perseguir hasta los confines del mundo al Estado argentino para rapiñarle lo que “es suyo”.

Y Peirano no pudo evitar que una lágrima recorriera su mejilla al reconocer que “Elliot solo tuvo éxito con la Fragata Libertad. El valor material del buque del buque escuela no es demasiado elevado, pero su valor simbólico sí lo es. Y ello generó considerable conmoción en Argentina. La presidenta llegó a decir “nos quitarán la fragata pero no la libertad”.

Es por eso que le pega un reto al buitre. Solo le falta tratarlo de tarado. Dice Ricardo: “Cuando aún los ánimos siguen caldeados por el embargo, Paul Singer, CEO del fondo Elliot, no tuvo mejor idea que echar más leña al fuego al explicar los motivos para embargar la fragata.”

Este Singer, qué bárbaro. ¿Es amigo tuyo, Ricardo?

Mirá, Ricardo, tú tienes toda la razón del mundo, Singer es un verdadero idiota, cómo va a decir que su fondo había comenzado a comprar bonos argentinos cuando aún no estaban en default porque los consideraba baratos en relación con el potencial económico del país. Y que luego, con el default y el desmanejo económico, decidieron no transar y buscar la recuperación del máximo posible.

Lo que trata de explicar Peirano a continuación no deja de ser desopilante. Atribulado, él mismo se pregunta: “No sé cómo catalogar a Singer, que hizo una ganancia exorbitante del 400% al negociar en los años 90 con deuda peruana, amenazando con hacer entrar en default toda la deuda peruana. Si no es buitre, por ahí anda.”

Pobre Singer, cómo es posible que hables así de él, Ricardo. Mirá que resultaste ser un chico malo. A los amigos no se los puede fustigar de esa manera. Casi, casi que lo calificás de buitre. Pará, ché.

Pero como siempre hay que dejar una puerta abierta, Don Peirano después de rozar al buitre le pasa una mano por el lomo, no sea cosa que a la vuelta de la esquina lo necesite.

A rengón seguido se pone del lado de Singer. “Algo de razón tiene, Argentina tiene un enorme potencial que no alcanza a desarrollar. Es más, Argentina ya estuvo, como dice Singer en su carta, en el sexto lugar del ranking mundial de economías desarrolladas.

Ahh, Ricardo, cómo sabe este hombre de economía. No importa que sea un buitre ¿verdad? ¿o lograste confundirme?.

Entonces Peirano toma distancia monacal: “Me tiene sin cuidado el señor Singer y sus fondos. No me interesa la Fragata Libertad ni la posición de CFK al respecto. Pero sí me concierne y me duele que Argentina no haya mantenido la posición que tenía a principios del siglo pasado en el concierto de las naciones, y que ese declive se deba más a errores propios que a méritos ajenos.”

Me parece, Ricardo, que no es forma de hablarle así a un hombre de tu propia especie. Además, eso de llorar por Argentina ya es viejo. Te convendría cambiar el disco.

De golpe y porrazo cambias de escenario: “Japón y Alemania se acercaron claramente a Estados Unidos después de la segunda guerra mundial, pero fue principalmente debido a la recuperación de ambas potencias que al retroceso americano.”

No es tan así, Ricardo, ambos países quedaron hecho añicos y se levantaron sí, pero no te olvides que de EEUU partieron barcos de dólares.

Y de vuelta tu pluma se para en Argentina. “Perdió posiciones y dejó el top ten del mundo por errores propios. Se encerró en sí misma, obstaculizó el desarrollo de su inmenso potencial agrícola, desmanteló las instituciones democráticas, hizo del no cumplimiento de reglas y normas una especie de deporte nacional –el festejo del default en el Congreso en 2001 fue el acto supremo de esta actitud–. Y, aun con la democracia recuperada, ha mostrado desdén en el respeto de la ley, del estado de derecho y de los tratados internacionales, de la separación de poderes.”

Acá sí me dejas tieso. Me parece estar leyendo Clarín. Confieso que no me queda claro cuando hablas de los tratados internacionales. ¿Te refieres a los que defendían a los buitres?

Y otra cosa, porque ahora el atribulado soy yo, acaso la horda militar no arrasó a la Argentina como lo hizo con toda América Latina? ¿Por qué ni por asomo mencionas la reciente época del genocidio en el continente?

Para finalizar te saltó el poeta: “Un país llamado a volar tan alto como las águilas o como el cóndor andino, se ha estancado por décadas. Y aún ahora, en una década de excepcional bonanza en estas latitudes, se da el lujo de desaprovechar una oportunidad de oro para ponerse a rueda con los demás países. Da lástima y una gran pena para quienes queremos a Argentina, y queremos que desarrolle todo su potencial. Pero, en vez de volar como las águilas, prefiere pelear contra los buitres. Muy triste.”

En verdad que tu caceroleo verbal no deja de ser un gran apoyo para la derecha movilizada. No te angusties por el futuro de Argentina. Sigue siendo un país con un potencial enorme, tanto que vuela como las águilas y le da el cuero para pelear contra los buitres. Quedate tranquilo, Ricardo, pues tus amigos ricos de Argentina no van a ir presos. No es delito ser rico.

La prensa sana debe ayudar a desentrañar marañas. A explicar las implicancias entre el poder, el dinero malhabido y los escribas. Y, honestamene, creo, tú no estás en ese bando.

Artículo publicado el 11 de noviembre en la web de Causa Abierta

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