Campesino brasileño culpable de matar a monja estadounidense

Un jurado declaró culpable la madrugada del sábado a un terrateniente brasileño de haber orquestado el asesinato de la monja estadounidense defensora del Amazonas Dorothy Stang. El hombre identificado como Regivaldo Galvao _el último de cinco hombres que enfrentaron juicio por el caso_ fue condenado a 30 años de cárcel, indicó Telma Lima, una vocera de la corte federal de la ciudad selvática de Belem donde se llevó a cabo el proceso judicial.
El veredicto ocurre dos semanas después que el también terrateniente Vitalmiro Moura fue condenado a 30 años de cárcel por colaborar con Galvao.
Los procuradores indicaron que ambos ofrecieron pagarle 25.000 dólares a un sicario para que asesinara a Stang quien impedía que los hombres se apoderaran de una franja de territorio que el gobierno había otorgado a un grupo de campesinos pobres que respaldaba la monja.
Los juicios fueron vistos como una prueba sobre la capacidad de Brasil para ponerle fin a la impunidad que reina en la región del Amazonas.
El gobierno brasileño tiene poca presencia en el área y actividades ilegales como la tala clandestina y la minería ilegal son generalizadas.
De acuerdo con la Pastoral Católica de la Tierra, un organismo de vigilancia que da seguimiento a la violencia en territorios rurales de Brasil, se informó que más de 1.500 activistas, productores agrícolas en pequeño, jueces y otras personas han sido asesinadas en todo el Brasil en los últimos 25 años, particularmente por sicarios pagados por poderosos terratenientes con reclamaciones territoriales pendientes.
"La inmensa mayoría de estos delitos son tratados con absoluta impunidad por parte del sistema legal", indicó Antonio Canuto, un funcionario de la Pastoral.
"El proceso de hoy es prácticamente un hecho singular y es de suma importancia para fijar un precedente que ayude a detener la violencia", agregó.
Canuto dijo que la Pastoral emitió el jueves un informe para el Ministerio de Justicia del Brasil donde se informa que 1.546 personas han sido asesinadas por conflictos agrarios en los últimos 25 años. De ellos, apenas 85 casos fueron juzgados, de acuerdo con el informe.