En Chile nadie quiere el cadáver del nazi

Los colonos de la controvertida colonia alemana Dignidad rechazaron sepultar a Paul Schafer en el cementerio de la comunidad creada por el ex soldado nazi que falleció el sábado en la cárcel, donde cumplía condenas por pedofilia y violaciones a los derechos humanos. Los restos del ex líder yacían el domingo en una funeraria. El vocero de la colonia, Martin Matthusen, dijo en declaraciones publicadas el domingo por varios medios locales que unos 150 colonos rechazaron por mayoría sepultarlo en el cementerio" de Dignidad, a unos 420 kilómetros al sur de la capital.
La hija adoptiva del alemán, Rebeca Schafer, había pedido a la colonia que fuera enterrado en el lugar. El matutino La Tercera dijo en su edición dominical que ante la negativa la mujer intentaría llevar el cuerpo a Alemania, para darle sepultara allá.
Schafer, de 89 años, falleció en el hospital penitenciario de Santiago por una insuficiencia cardiorespiratoria, según el informe médico.
Se encontraba preso desde 2005, cuando fue extraditado desde Argentina. Schafer había escapado a ese país luego que en 1997 se le buscara para juzgarlo por 20 casos de abusos a menores que vivían en la colonia Dignidad.
El alemán creó la colonia luego de su llegada a Chile en 1961. Allí llegaron a vivir, bajo estrictas normas establecidas por el líder, unos 300 alemanes y 200 chilenos que debían hablar el idioma germano.
Los padres vivían separados de sus hijos. Eso aprovechó Schafer para cometer los abusos a 20 niños, por lo que tras su extradición desde Argentina fue condenado a 20 años de prisión.
También fue condenado por violaciones a los derechos humanos por la muerte de un prisionero político y torturas en la cárcel que la policía secreta del ex dictador Augusto Pinochet estableció en la colonia.
Los colonos que permanecen en Dignidad abrieron la colonia y han procurado hacer transparentes sus actividades. En la época de Schafer el predio estaba rodeado de alambradas y se impedía el acceso a personas no autorizadas.