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CAUSA ABIERTA

El periodista nudista

El periodista nudista

Desde hace 10 años, el artista y fotógrafo chino Ou Zhihang viaja a los lugares del país donde haya ocurrido una importante noticia para autorretratarse desnudo y haciendo flexiones, una original forma de relatar la realidad que este año le ha valido un premio World Press Photo.
Nacido en Cantón hace 51 años, este "perionudista" es una celebridad en el país asiático, y sus fotos entrañan una doble dificultad, ya que al problema de desnudarse en lugares públicos se une que muchos de los "focos informativos" en China son lugares donde las autoridades intentan impedir que entre la prensa.
Ou se ha retratado como vino al mundo en Lhasa poco después de las revueltas de 2008, en las ruinas que dejó el terremoto de Sichuan, cerca del edificio de la televisión estatal que sufrió un aparatoso incendio en 2009, o en un puerto, junto a las fragatas enviadas por China para luchar contra la piratería de Somalia.
Doce de esas fotos, que relataban la "verdad desnuda" de China en 2009, fueron premiadas con una Mención de Honor por World Press Photo en la categoría "Asuntos Contemporáneos".
En una entrevista con Efe, Ou, quien ahora produce y presenta un programa de televisión en Cantón, cuenta cómo nació la idea de mezclar el cuerpo humano desnudo con los temas de actualidad.
"Si sólo tomo la foto de esos lugares es una foto de paisaje pintoresco más, pero con la intervención del cuerpo entonces la foto se convierte en especial", explica con sencillez el reportero, quien pese a todo se considera tímido y nada exhibicionista.
"Si sólo se hace una foto desnudo en un sitio, parece algo ridículo y gracioso. Pero cuando se repite y se convierte en una serie, a la gente le da por pensar, preguntarse por el significado de la imagen", añade.
Ou siempre intenta que sus fotos no causen escándalos públicos ("no quiero que en las fotos haya reacción a mi desnudo"), por lo que intenta que nadie le vea cuando las hace, "especialmente mujeres y niños".
Esto le obliga a pasarse a veces horas esperando a que no haya gente para tomar la instantánea, e incluso ha habido veces en que se ha marchado de un lugar sin poder tomar la imagen porque no ha encontrado la ocasión propicia.
Pero cuando la hay, Ou está ya entrenado para hacer la foto raudo y veloz: pulsa el disparador automático, y en los 10 segundos de que dispone, se quita la ropa, se pone a hacer flexiones y una vez suena el "clic", se viste de nuevo rápidamente.
"China es una sociedad todavía conservadora, por lo que fotografiar a otras personas desnudas acarrea problemas. Como creo que mi cuerpo aún está bien, me hago las fotos a mí mismo, da menos conflictos y problemas", comenta a Efe.
En cuanto a la postura tantas veces repetida, Ou cuenta que al principio probó muchas otras, como saltar o estar boca arriba, pero que hacer flexiones "es más conveniente" porque no se le ve "tanto".
"Además es una posición positiva, transmite salud y fuerza", continúa explicando el original reportero.
Admite que a veces se ha encontrado con problemas en sus viajes por toda China para hacer estas fotos, y en alguna ocasión la policía le ha obligado a borrarlas, aunque entonces el intrépido Ou regresa al día siguiente con más discreción y la repite.
También cuenta, por ejemplo, lo mal que lo pasó cuando en Lhasa, al hacerse la foto, le vio un monje lama tibetano.
"Pensé que se escandalizaría, pero se lo tomó con naturalidad, y al final nos reímos los dos mucho", explica.
Ou también planeó con mucha inteligencia la publicación de sus fotos, consciente de que, si ya desde el principio hacía imágenes de lugares "sensibles" o relacionados con derechos humanos, el Gobierno podría prohibirle continuar sus series.
Para ello, el cantonés decidió que sus fotos al principio fueran más artísticas que periodísticas, retratando, por ejemplo, la Gran Muralla China, el Palacio Potala o la Plaza de Tiananmen (con él desnudo, claro está).
Ello le dio fama y más permisividad de las autoridades: "Con el Gobierno chino hay que ser estratega", comenta Ou, quien dice sentirse afortunado de tener el beneplácito del público de su país, las autoridades, y ahora también Occidente.
Ou puntualiza que sus fotos "no son siempre sobre aspectos negativos de China, también sobre la economía, la cultura o el deporte".
No obstante, en su última foto desnudo -Ou se muestra dispuesto a seguir la serie hasta que el cuerpo aguante, y nunca mejor dicho- ha vuelto a meter el dedo en la llaga, ya que la instantánea, tomada esta misma semana, se ha hecho frente a la sede china de Google, empresa con la que Pekín mantiene un mediático rifirrafe.

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