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CAUSA ABIERTA

La lucha de 30 años de la única superviviente de una familia desaparecida en Argentina

La lucha de 30 años de la única superviviente de una familia desaparecida en Argentina

Martha Rondoletto, única superviviente de una familia desaparecida durante la dictadura argentina, tiene un nuevo motivo para continuar su lucha por la justicia, el galardón que le concedió esta semana la Unión de Mujeres Argentinas en reconocimiento a su labor de treinta años. El 2 de noviembre de 1976 los padres de Martha, Pedro Rondoletto (54 años) y María Aparicio (51) fueron secuestrados en Tucumán junto a sus dos hermanos -Silvia (25) y Jorge (23)- y la esposa de éste, la española Azucena Bermejo (22), embarazada de cuatro meses.
Testimonios de supervivientes de la dictadura (1976-1983), apuntan que la familia fue enviada a un centro de detención de Tucumán, 1.200 kilómetros al norte de Buenos Aires, donde fueron asesinados Pedro y Jorge.
A pesar de las intensas gestiones realizadas por la familia Bermejo y por Martha, que actualmente tiene 62 años y vivió ocho en el exilio hasta el fin del régimen militar, no hay noticias precisas sobre el destino final de las tres mujeres, aunque testigos afirman haber visto a Azucena con un avanzado embarazo varios meses después de su desaparición.
Fallecidos los padres de Azucena, Martha no desiste en la lucha por conocer el paradero de su familia, averiguar si su cuñada dio a luz en cautiverio y, de ser así, poder encontrar a su hijo, que hoy tendría 33 años y podría estar viviendo con una falsa identidad.
Treinta y cuatro años después del trágico episodio que marcó su vida y tras el que ha luchado "con absoluta obstinación", Martha celebra que la causa de su familia "por fin" ha sido elevada a juicio oral.
Se estima que el juicio comenzará a finales de este año o principios del próximo, explica Martha hoy en una entrevista con Efe, y tendrá como principales acusados a los militares retirados Luciano Benjamín Menéndez y Antonio Bussi, ya condenados a prisión perpetua por otras causas.
Otros represores implicados, como el ex jefe de la policía de Tucumán Albino Mario Zimmermann, ya han fallecido.
"Una de las aflicciones que tenemos es que se imponga el punto final biológico y no el judicial, como ya está empezando a pasar. Se están muriendo y quedando impunes. Luchamos muchísimo contra eso, contra la biología y la impunidad", lamenta Martha, que no cesa en su búsqueda de ayudas y apoyos para "construir la memoria".
"Hay que desocultar este genocidio, ponerlo en evidencia para que las generaciones futuras tengan todos los elementos para generar un juicio propio", afirma.
El objetivo es seguir rindiendo "un homenaje a todas las víctimas de la dictadura, por su compromiso, por pensar como pensaban, porque estaban convencidas de que un país mejor era posible", continúa.
Pese a las dificultades, Martha asegura que nunca ha sentido que su lucha es una guerra perdida porque, apunta, "la justicia es lenta, pero llega" y "por fin se está revelando qué es lo que se hizo, recuperando la memoria de muchas personas que tuvieron un compromiso profundo con este país".
Martha ha encontrado apoyo en las autoridades españolas después de que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, hablara del caso de Azucena Bermejo en la reunión que mantuvo en 2005 con el entonces mandatario argentino Néstor Kirchner.
Según cálculos oficiales, 18.000 personas desaparecieron en Argentina durante la dictadura, aunque organismos humanitarios elevan la cifra a 30.000, de ellos al menos 80 eran españoles, de acuerdo con datos de la Comisión de Desaparecidos Españoles.

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