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CAUSA ABIERTA

Un día como hoy, hace 65 años, eran liberados los judíos que sobrevivieron al infierno nazi

Un día como hoy, hace 65 años, eran liberados los judíos que sobrevivieron al infierno nazi

Líderes mundiales y sobrevivientes asistirán hoy al acto por el 65 aniversario de la liberación del campo de concentración nazi de Auschwitz, uno de los mayores símbolos del Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial. Auschwitz fue construido en 1939 luego de la invasión nazi a Polonia. En ese centro de exterminio murieron entre 1 y 2 millones de personas, en su mayoría judíos. La celebración fue precedida de un siniestro suceso: el robo del cartel de entrada al campo, con la leyenda en alemán de "Arbeit macht frei" ("El trabajo los hará libres"). El letrero fue recuperado por la policía polaca y devuelto a las autoridades del museo hace seis días, para su restauración.
Antiguos prisioneros de Auschwitz-Birkenau y los veteranos del Ejército Rojo que los liberaron hace 65 años, rendirán homenaje a las víctimas que perecieron en ese campo de concentración nazi, símbolo del Holocausto. En la ceremonia, también estará presente el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
Auschwitz-Birkenau fue un complejo formado por diversos campos de exterminio de prisioneros judíos construido por el régimen de la Alemania nazi después de la invasión a Polonia de 1939, durante la Segunda Guerra Mundial. Está situado a unos 60 km. de Cracovia. Fue el mayor centro de exterminio de la historia del nazismo, donde se calcula que fueron asesinados entre 1,5 millones y 2,5 millones de personas.
En la actualidad, una serie de tiendas de recuerdos y locales gastronómicos se extienden alrededor del complejo para recibir al turista. El campo está mejor conservado que muchos otros, pues los barracones, construidos en ladrillo, resistieron mejor el paso del tiempo.
Los participantes se inclinarán ante el memorial de Birkenau para recitar el Kaddish (la oración judía por los muertos) y oraciones ecuménicas.
Una exposición rusa recordará la dramática jornada del 27 de enero de 1945, cuando el ejército soviético entró en los campos de Auschwitz, Birkenau y Monowitz, y liberó a unos 7.000 prisioneros que aún quedaban con vida, en su mayoría enfermos y moribundos.
La fecha es ahora el Día Internacional del Recuerdo de las Víctimas del Holocausto por decisión de las Naciones Unidas.
"Pronto ya no podremos hablar mirándoles los ojos a los testigos vivos. Hoy en día tienen más de 80 años", declaró el director del museo de Auschwitz-Birkenau, Piotr Cywinski.
"Cuando nos dejen los últimos testigos de la enloquecida política de la Alemania nazi, sólo quedarán los muros, las ruinas, que hablarán por ellos. Por ello es una necesidad urgente preservar lo que queda", dijo.
El mayor y más cruento de todos los campos de concentración y exterminio nazis, Auschwitz-Birkenau, es el único que ha sido conservado tal como fue dejado por los alemanes en su huida ante el Ejército Rojo, subrayó.
Otros campos de exterminio nazis en Polonia, como Sobibor, Treblinka y Belzec, fueron completamente destruidos para borrar las huellas. "Los alemanes araron la tierra, plantaron bosques o los convirtieron en granjas agrícolas", precisa Cywinski.
En Auschwitz-Birkenau, las ruinas de las cámaras de gas y los hornos crematorios, que los nazis volaron con explosivos antes de la liberación, aterran a los visitantes tanto como las ruinas de los 300 barracones que se extienden a pérdida de vista en un campo de unas 200 hectáreas.
En 1947, después de la 2ª Guerra, el gobierno polaco decidió conservar la mayor parte del campo, confiando a los sobrevivientes la creación de un museo, cuyo mantenimiento luego financió.
Los vestigios se deterioran rápidamente. Levantados sobre un terreno pantanoso, los edificios, concebidos para durar 10 años, se están desmoronando. El paso de miles de turistas debilita las construcciones. En 2009 visitaron el museo 1,3 millón de personas, un récord.
Para preservar el campo, Polonia ha creado un fondo especial, para el que Alemania ha ofrecido ya la mitad de los 120 millones de euros necesarios. Su inversión debe proporcionar anualmente entre 4 y 5 millones de euros para un programa de trabajos de conservación que durará 25 años.
"Lo que los nazis quisieron destruir lo vamos a salvar del olvido", ha declarado Wladyslaw Bartoszewski, ex canciller polaco y ex prisionero de Auschwitz.
Todo esto implica no sólo luchar contra el tiempo. En diciembre, en un acto de barbarie sin precedentes, ladrones que al parecer actuaban por cuenta de neonazis suecos robaron la tristemente célebre inscripción del portal de entrada del campo: "Arbeit macht frei" (El trabajo nos hace libres). Tras ser hallado por la policía, el pórtico fue devuelto al museo seis días antes de iniciarse las ceremonias del aniversario.

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