La cifra de muertos se eleva a 41 por las lluvias en Río de Janeiro
La resaca de la fiesta de año nuevo en Brasil estuvo marcada por las al menos 41 personas muertas que han dejado los corrimientos de tierras provocados por las fuertes lluvias caídas en el último día y medio sobre el estado de Río de Janeiro. Lo peor se produjo en Ilha Grande, una pequeña isla de pescadores situada a unos 150 kilómetros de Río de Janeiro y orientada al turismo ecológico en los últimos años, donde fuentes oficiales han confirmado una cifra provisional de 15 muertos al arrasar un alud de lodo un pequeño hotel.
El secretario estatal de Salud y Defensa Civil, Sergio Cortes, confirmó la cifra de fallecidos por el alud que sobre las 04.30 hora local (06.30 GMT) derrumbó la Posada Sankai, en la zona norte de la isla, donde el acceso sólo es posible por mar.
"Las búsquedas continuarán incesantes no van a parar. Estamos trayendo generadores de energía y maquinaria desde Río", anunció Cortes en entrevista con la televisión Globo.
El vicegobernador del estado de Río de Janeiro, Luiz Fernando de Souza Prezao, también visitó la zona, tras lo que compareció ante la prensa y calificó la situación de "muy triste".
Prezao, quien señaló que recibió una llamada del propio presidente Luiz Inácio Lula da Silva, destacó, sin embargo, que la instalación hotelera no fue totalmente destruida, por lo que conserva esperanzas de encontrar huéspedes con vida.
Además, afirmó que la zona afectada por el corrimiento no era considerada de riesgo ya que "la vegetación de la región es nativa y no hay señales de deforestación".
"Las piedras y las ramas son muy grandes por lo que es un cuadro difícil", dijo Prezao, al tiempo que apuntaba que están a la espera de poder hacer llegar a la isla maquinaria pesada e incluso generadores de luz para poder trabajar durante la noche.
Los canales de televisión mostraron imágenes aéreas del lugar, una pequeña playa rodeada de frondosas colinas donde se puede apreciar como una auténtica cicatriz el río de barro que, además de con el pequeño hotel, acabó con al menos otras tres casas.
El subsecretario estatal de Defensa Civil, Pedro Machado, confirmó a los medios que diez de los cadáveres fueron hallados bajo los escombros y el barro, y cinco en el mar.
En el lugar, junto a vecinos voluntarios, trabajan alrededor de un centenar de personas entre miembros de los bomberos, la Marina de Brasil y la Policía Militar del estado, que ha desplazado al lugar helicópteros.
Dado que la posada estaba llena por la fiesta de fin de año, se calcula que podría haber hasta medio centenar de personas alojadas, por lo que las autoridades han mostrado su temor de que la cifra pueda alcanzar las cuatro decenas.
Precisamente en Angra dos Reis, ciudad continental a pocos kilómetros frente a Ilha Grande, otro corrimiento de tierras mató a cinco personas, víctimas que hay que sumar a una niña de tres años que perdió la vida en un hospital después de haber sido rescatada del lodo el miércoles, día en que comenzaron las fuertes lluvias.
Desde entonces, las incesantes lluvias en Río de Janeiro se han cobrado la vida de once personas en la capital carioca, dos en la vecina ciudad de Niteroi y otras siete en otras ciudades del estado, lo que completa el saldo provisional de 41 muertes.
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