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CAUSA ABIERTA

El mundo da la bienvenida al 2010 y trata olvidar el clima de inseguridad

El mundo da la bienvenida al 2010 y trata olvidar el clima de inseguridad

Millones de personas celebraron el viernes en las calles del mundo entero la llegada del año 2010 y trataban de olvidar, aunque fuese por unas horas, el clima de inseguridad reinante y los sobresaltos de la crisis económica. En Nueva York, un inmensa multitud invadió la plaza de Times Square, pese a la nieve y la lluvia, para seguir el descenso de la bola de cristal mutlicolor que marcó los últimos momentos de 2009. La entrada del año nuevo se festejó con una lluvia de confetis.
Unas medidas de seguridad draconianas rodearon las celebraciones, seis días después de la tentativa de un joven nigeriano de detonar un explosivo en vuelo en un avión estadounidense que cubría la ruta Amsterdam-Detroit.
El amplio dispositivo de seguridad desplegado en la ciudad incluía a policías vestidos de civil o en uniforme, cámaras de vigilancia, equipos de detección de material radioactivo o biológico.
Unas dos millones de personas recibieron con euforia el Año Nuevo en la famosa playa Copacana de la ciudad de Río de Janeiro, donde, tras seis días de lluvia y un aguacero este jueves, la noche dio una tregua para las celebraciones. En toda la ciudad, 16 toneladas de fuegos artificiales dieron la bienvenida al 2010.
En cuanto a los turistas de paso en la capital uruguaya, Montevideo, descubrieron el deporte local: el eslálom para evitar las bombitas de agua que cada 31 de diciembre se lanzan desde los edificios de esta ciudad para celebrar el fin de año, en pleno verano austral.
En la capital española, los madrileños se dieron cita como todos los años en la Puerta del Sol, para tomar las tradicionales doce uvas de la medianoche. Este año, además, un espectáculo de luz y de sonido lanzó la presidencia de la Unión Europea, que Madrid asume desde hoy, a la vez que las varias grandes ciudades del país vistieron sus principalesmonumentos de azul, el color de la bandera europea.
En París, para celebrar sus 120 años, la Torre Eiffel ofreció un espectáculo excepcional de iluminaciones y música en la noche de San Silvestre que transcurrió sin incidentes ante unos 50.000 espectadores. La policía señaló unas 400 detenciones y varias decenas de vehículos incendiados, principalmente en las afueras de la capital.
Más de 200.000 londinenses invadieron las orillas del Támesis para admirar la gran noria del London Eye, sin perder de vista las agujas del reloj del Big Ben.
En Berlín, cientos de miles de personas presenciaron unos fuegos artificiales espectaculares en la puerta de Brandenburgo, símbolo de la Alemania reunificada.
En Roma, el papa Benedicto XVI pidió a los católicos del mundo entero que ayudaran a las "familias en dificultad" por la crisis mundial, en su última homilía del año en la Basílica de San Pedro.
Unas horas antes de las celebraciones, la policía detuvo en la capital italiana a un hombre desnudo encaramado a una fuente de la piazza Navone tras irrumpir en el belén instalado por el Vaticano en la plaza San Pedro.
El presidente ruso Dimitri Medvedev dio las gracias a sus compatriotas por haber "plantado cara juntos" a un año "nada fácil", y unas 120.000 personas se congregaron en la plaza Roja.
Con fuegos artificiales disparados desde la Sky Tower de Auckland, la mayor ciudad de Nueva Zelanda, este archipiélago del Pacífico sur fue uno de los primeros países en recibir el nuevo año.
En Indonesia, la Embajada estadounidense fue informada por el gobernador de Bali sobre la posibilidad de un ataque terrorista en la turística isla, que ya fue escenario de un atentado que dejó 202 muertos en 2002.
La policía señaló el despliegue de 7.000 efectivos de seguridad en los alrededores de bares y discotecas de Bali para les celebraciones del Año Nuevo.
En Sídney, millón y medio de personas asistieron en el puerto a los tradicionales fuegos artificiales sobre el emblemático Harbour Bridge para los que se utilizaron unas 4,5 toneladas de material pirotécnico.
En Tailandia este año se prohibieron los fuegos artificiales y el dispositivo de máxima seguridad regía en Afganistán y Pakistán, donde se suceden los atentados mortíferos de los talibanes.

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