La BBC y el "inédito boicot a los taxis en Uruguay"
Se los acusa de manejar mal y rápido, de no respetar las reglas de tránsito y, aunque ellos dicen que no son los únicos que cometen infracciones, este viernes están en el ojo de la tormenta. Un grupo de personas convocó a los montevideanos a no tomar taxis este día como forma de protesta y para generar conciencia sobre el tema.
La iniciativa partió de allegados a la familia de José Ignacio Manrique, un joven de 18 años de edad fallecido hace algunas semanas cuando el taxi en el que viajaba no respetó una señal de “Ceda el paso” y fue chocado por otro automóvil cuyo chofer conducía alcoholizado. José Ignacio, que aparentemente viajaba sin cinturón de seguridad, salió despedido del coche.
“Mi hijo volvía de bailar en taxi porque nosotros le pedimos que si toma (alcohol) no maneje”, contó a BBC Mundo Marcelo Manrique, quien dijo que aunque la familia no promovió la propuesta, les pareció muy buena idea.
“Más allá de que la gente haya tomado taxi o no, esta campaña sirve para concientizar a las autoridades, a la gente y a los choferes en general. Imprudentes va a haber siempre pero por lo menos esto va a ayudar a reflexionar un poco”, aseguró.
Al boicot contra los taxistas se sumaron también amigos y familiares de otra víctima fatal. Hace pocos días, Mónica Bianchi, maestra y madre de dos niñas pequeñas, falleció cuando, mientras caminaba por la calle, un camión blindado se subió a la acera al ser chocado por un taxi que no respetó un cartel de “Pare” y la embistió.
Esta semana circuló un correo electrónico entre miles de uruguayos y se crearon grupos en Facebook para difundir la convocatoria. La lluvia torrencial no ayudó a los organizadores, ya que como pasa típicamente en los días lluviosos, los taxis trabajaron más de lo normal.
“7.000 pagan por dos”
Algunos taxistas sostienen que el boicot no es una medida adecuada. “Es un poco discriminatorio. Si sabemos de un caso de mala praxis de un doctor, ¿llamamos a no ir al médico?", dijo a BBC Mundo Juan Carlos Lozada, presidente de la Gremial Única de Taxis, CPATU.
En la misma línea, el secretario de la gremial, Heber Laurito, dijo que “no se puede condenar” a casi 7.000 trabajadores a pagar por el “error” de dos.
En el grupo de Facebook: “Boicot a taxis el próximo 30/10, varios adherentes, como Daniel Verde, describen situaciones que les ocurrieron mientras viabajan en taxi, o preconceptos sobre los taxistas. Daniel Verde escribió: “(…) está en el tachero (taxista) ser así, imprudente, audaz, creerse dueño de la calle (…) No dan un buen servicio, es caro, incómodo y peligroso”.
Paulo Moreno, quien dice ser taxista, responde en defensa de ese grupo. “Me parece que muchos de ustedes nunca se tomaron un taxi cuando estaban apurados porque no llegaban a sus trabajos o a alguna reunión importante diciéndole al chofer “lo más rápido posible a...”, escribió.
Lozada también transfirió responsabilidad a los pasajeros que “presionan a los taxistas a conducir más rápido” porque la mayoría toma taxis cuando están apurados y les piden que aceleren su marcha. Sin embargo, admitió que “está en la conciencia del individuo respetar las velocidades máximas y las cortesías en el tránsito”.
Otro tema controvertido es el uso del cinturón de seguridad en los asientos traseros del taxi. Si bien su uso es obligatorio, y muchas unidades tienen carteles que así lo recuerdan al pasajero, no todos los tienen disponibles.
“Ayer me subí a un taxi, busqué donde abrocharme el cinturón pero no encontré el broche. El taxista me dijo que los pasajeros los ponen debajo del asiento porque les molesta. No le iba a pedir que parara y buscara el broche así que viajé sin cinturón”, dijo a BBC Mundo un usuario que este viernes decidió esperar el autobús y no tomar taxi.
Para algunos, como Mónica Puig, el problema está en la falta de control por parte de las autoridades. “Hace poco viajé a Nueva York y el taxi no arrancaba si no me ponía el cinturón de seguridad. Acá no hay controles”, aseguró a BBC Mundo.
El taxista Elbio Nicoletti, portavoz del Sindicato de trabajadores del taxi, dijo a BBC Mundo que desde que entró en vigor la ley que requiere el uso de cinturones de seguridad para los pasajeros que viajan en el asiento trasero, hace cerca de un año, los inspectores de tránsito lo pararon sólo una vez por ese tipo de infracción. Es muy común, según dijo, que los pasajeros no cumplan con la norma.
“La culpa la tiene el usuario pero también las unidades que tenemos”, dijo Nicoletti. La Intendencia (Municipal de Montevideo, IMM), acepta muchas unidades que no deberían funcionar como taxis porque no tienen las comodidades suficientes, como el caso del Fiat Uno (un automóvil pequeño)”, aseguró.
A la falta de comodidad de muchos modelos se le agrega la incomodidad que para el pasajero representa la mampara de seguridad que separa al asiento trasero del sector delantero del coche. Si bien funciona como instrumento de seguridad, para evitar robos a los taxistas, es centro de críticas de muchos pasajeros que se han golpeado contra ella en frenazos o choques.
Como cuenta Selene Bruzzone en la página de Facebook, “(…) mi prima lleva un lindo recuerdo en la frente y el marido en su dentadura por la mampara de un taxi”.
Demasiadas horas
El cansancio es uno de los factores que contribuye a los accidentes de tránsito.“Mucha gente no sabe que la gran mayoría de los taxistas son personas asalariadas. En muchos casos los dueños de los taxis les piden que hagan cierta cantidad de kilómetros, que recauden cierto dinero, y hay choferes que se enloquecen para tratar de cumplir”, indicó Nicoletti.
El taxista señaló que aunque la ley establece que no deben manejar más de ocho horas, muchos conducen durante 12 horas o más.
Por otra parte, Sergio Pereyra, secretario general del sindicato, indicó que el hecho de que los taxis protagonicen más incidentes se debe a que “unas 3.000 unidades están 24 horas al día en las calles y están mucho más expuestos a los accidentes”.
Según cifras de la Policía de Tránsito de Montevideo, de un total de 8170 accidentes de tránsito registrados en 2008, 995 involucraron a taxis.
Muchos de los que apoyan el boicot aceptan que la responsabilidad del mal manejo es compartida. “En este caso (de José Manrique), a la falta del taxista se sumó la del otro chofer que manejaba alcoholizado”, explicó Puig, si bien recalcó que el taxista tiene una responsabilidad adicional porque es un profesional del volante que lleva pasajeros.
De acuerdo a Lozada, del gremio de taxistas, se ha comprobado que “de cada 100 choques, el taximetrista es culpable en un 30 ó 35%”.
Lozada aseguró a BBC Mundo que la gremial y distintas agrupaciones de taxímetros están “trabajando sobre el tema”. Se hacen tres publicaciones mensuales con consejos, y sugerencias sobre cómo conducirse en el tránsito, sobre el estado en el que deben estar los vehículos, aseguró.
Y aunque no esté de acuerdo con la medida del boicot, cree que “sirvió para que el tema salga a la opinión pública. Es un aporte más para tratar de solucionar el problema de la seguridad en el tránsito”.
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