480 y 543 años de prisión para dos policías que participaron en la matanza de 29 personas en Río de Janeiro

Un tribunal brasileño condenó hoy a 480 y 543 años de prisión a dos ex policías acusados de haber participado en la matanza de 29 personas ocurrida en marzo de 2005 en un suburbio de Río de Janeiro, informaron fuentes oficiales. Los dos ex policía condenados, junto a otro que fue absuelto por falta de pruebas, fueron los últimos de entre los siete ex agentes acusados de la matanza en ser juzgados. Las condenas por homicidio calificado y asociación para delinquir fueron impuestas por la jueza cuarta criminal de Nova Iguaçu, Elizabeth Louro, tras una audiencia pública que comenzó el martes y se extendió hasta la madrugada de este miércoles. Tras leer la sentencia condenatoria y definir la pena, la jueza ordenó el inmediato arresto de los ex policías Julio César do Amaral de Paula y Marcos Siqueira Costa, presentes en la audiencia, pero que eran juzgados en libertad. Pese a las rigurosas condenas, los dos homicidas apenas tendrán que cumplir una pena de 30 años, la máxima prevista por la legislación brasileña. En la misma audiencia la jueza absolvió por falta de pruebas y a petición de la propia Fiscalía al ex policía Ivonei de Souza, que era acusado de asociación para delinquir. El ex policía Carlos Jorge de Carvalho, el primero en ser juzgado, fue condenado en 2006 a 543 años de prisión. Un año después el ex cabo José Augusto Moreira Felipe fue sentenciado a 542 años de cárcel. El ex policía Fabiano Gonçalves Lopes fue condenado a siete años de prisión por el delito de asociación para delinquir, mientras que el séptimo de los acusados, el ex cabo Jorge Simao, no llegó a ser juzgado debido a que fue asesinado en octubre de 2006. La matanza del 31 de marzo de 2005 en la Baixada Fluminese, una empobrecida región en las afueras de Río de Janeiro, es la mayor registrada en esta ciudad desde que en agosto de 1993 un grupo de policías asesinara a 21 personas en la favela Vigario Geral para vengar el homicidio de cuatro compañeros. Los homicidas, a bordo de automóviles, dispararon indiscriminadamente contra quienes encontraron por su paso en un recorrido entre los municipios de Nova Iguaçu y Queimados. Entre las víctimas había varios menores de edad y adultos que departían en establecimientos públicos. Desde el mismo día del crimen, las autoridades regionales informaron que los principales sospechosos eran policías molestos por las medidas disciplinarias impuestas por sus jefes. En la Baixada Fluminense, que reúne a ocho municipios en los suburbios de Río de Janeiro, son comunes las acciones de los grupos de exterminio, integradas por policías y que presuntamente reciben recursos de comerciantes y pequeños empresarios para ejecutar a delincuentes, niños de la calle y personas indeseables.