Intentaron secuestrar a "botinera" argentina Wanda Nara en Brasil
Fue ayer, después de que dejara a su marido, Maxi López, en la cancha de Gremio de Porto Alegre. La vedette contó que llamó a un taxista para que la guiara y que el hombre la llevó hasta una peligrosa favela. Logró escapar a tiempo. Wanda Nara pasó un mal momento en Porto Alegre, Brasil. La vedette, esposa del futbolista Maxi López, logró escapar ayer de una banda de delincuentes que la llevó a una favela con el objetivo de secuestrarla. Todo pasó ayer, cuando la vedette -quien vive en Brasil desde que su marido comenzó a jugar en Gremio de Porto Alegre- llevó en su camioneta a Maxi López al club, ya que tenía participar de una conferencia de prensa. "Lo dejé en la cancha y de ahí me fui con mi mamá –que vino de visita por unos días- y con Valentino (su hijo) a un shopping porque le tenía que comprar un regalo de cumpleaños a Herrera, un compañero de equipo de Maxi", explicó. Como no conocía bien el camino desde la cancha de Gremio hasta el shopping, Wanda llamó a un taxista y le pidió que la guiara. "Yo lo fui siguiendo", contó. Así, llegó al centro comercial y compró lo que necesitaba. Cuando la vedette iba a volver a su casa, recibió un llamado de su esposo para que lo pasara a buscar por el club. "Para llegar más rápido (a la cancha) volví a llamar a un taxi para que me llevara porque no sabía muy bien como ir desde ahí", continuó. Al principio, todo parecía normal: el taxi iba adelante y ella –mientras hablaba por teléfono- lo seguía. Pero al poco tiempo, la madre de Wanda notó algo raro. Un motociclista las venía siguiendo. "Mi mamá ve que había una moto muy pegada a nosotras, pero yo le dije 'no hinches' no pasa nada", relató. Así siguieron un largo rato, hasta que la moto las sobrepasó y desapareció. Pero con la moto la preocupación de Wanda y de su madre no se esfumó. La vedette frenó la camioneta y le pidió a su madre que le dijera al taxista que se apurara, que estaban tardando mucho. "Noté que tardábamos demasiado, pero creí que era que se estaba demorando para cobrarnos más", explicó. Se equivocaba. El taxista tenía otras intenciones. Después del pedido de la madre de la vedette, el taxista "se empezó a meter por lugares raros, por una zona que me asustaba", señaló. Y agregó que cuando se dieron cuenta de lo que pasaba ya estaban "varias cuadras metidas en una favela conocida" de Porto Alegre. La moto que las había estado persiguiendo también estaba allí. De repente, de las casillas de la favela empezaron a salir un montón de chicos y de adultos que se les cruzaban en el camino y rodeaban la camioneta. Asustada y nerviosa, Wanda dio la vuelta con su camioneta y trató de desandar el camino que había hecho con el taxista. "Fue un momento desesperante, me temblaban las manos", recuerda. "Empecé a salir, pero no me acordaba por dónde habíamos venido", continuó. En su intento por escapar, chocó la camioneta y pinchó una goma, pero de todos modos no frenó la marcha. Así, casi de casualidad, Wanda encontró una calle que la llevó hasta una ruta prácticamente desierta, donde había varios desarmaderos de autos. Recién entonces, la vedette y su madre se pudieron relajar un poco. Lo peor había pasado. La madre de Wanda Nara llamó a Maxi López y le contó lo que les acababa de pasar, por lo que el jugador y otro compañero del club las fueron a buscar. "Nos salvamos de milagro", concluyó la joven. Es que, según contó, los compañeros y conocidos de su marido les dijeron que había sido víctima de la "mafia de los taxistas", que había intentado secuestrarla. "Fue una situación horrible", resumió.
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