Ya no se puede morir tranquilo en Uruguay: Cada vez más médicos no firman certificados de defunción por temor a juicios
Existe un reglamento para los certificados de defunción, creado en 1889, que establece que es obligatorio para el médico tratante firmar el documento si la muerte de la persona fue por una enfermedad aguda y fue visto en las últimas 24 horas, o si se debió a una enfermedad crónica y fue asistido por el mismo en los últimos siete días. Es decir, es obligatorio que lo firmen en caso de muertes naturales.
Sin embargo, el grado cinco en medicina legal y director del Departamento de Medicina Legal de la Facultad de Medicina de la Udelar aseguró a El Observador que es un gran problema la negativa de los médicos a firmar certificados de defunción. Esto produce que los cuerpos vayan al forense de forma injustificada.
"El primer problema que hay es que los médicos no quieren firmar el certificado de defunción. Tenemos como un rechazo. Siempre se ponen pretextos para no extender el certificado de defunción y así se judicializan casos de manera absurda. La mitad o más de los cadáveres que van a la morgue judicial son muertes naturales", dijo Hugo Rodríguez Almada, quien ejerció como médico forense del Poder Judicial entre 1996 y 2008. En la actualidad es integrante del Tribunal de Ética del Colegio Médico del Uruguay.
Cuando muere una persona, si no se firma el certificado de defunción el cuerpo pasa a forense, donde se les debe realizar una autopsia -investigaciones sobre el cadáver- para conocer la causa del fallecimiento. Pero Rodríguez explicó que a veces ni siquiera se les realiza una autopsia, sino únicamente un reconocimiento externo, por lo que tampoco de esa manera se sabe de qué murieron. En esos casos el Ministerio de Salud Pública los clasifica como "mal definidos" porque se desconocen tanto la causa básica de muerte como la final.
La importancia que tiene el documento es muy grande, ya que las políticas públicas en salud se basan en los datos extraídos de causas de mortalidad del país. A través de estos certificados es que se conoce la epidemiología de las muertes. En tanto para las familias de una persona fallecida el documento es sumamente necesario porque sin él no pueden enterrar a la persona, por lo que el pase a forense les genera un problema.
"Si se coloca cualquier causa se modifica un dato que es trascendente. Si se coloca la causa final, puede ocultar la causa básica que es la que teóricamente es la que importa. La causa final puede ser común a muchas cosas", agregó Rodríguez Almada.
En ese sentido, la asistente del Departamento de Geriatría del Hospital de Clínicas, Sandra Burgues, aseguró que los certificados de defunción pueden estar sesgados, dependiendo de cómo o quién lo firmó. "Si me llaman para firmar un certificado de defunción de un anciano a quien no había atendido, voy a poner la última causa sin que yo lo haya visto ni tratado, y probablemente murió de una neumonía pero tenía una demencia avanzada que si bien no lo mata lo predispone a morir", dijo.
Según el reglamento de 1889, los médicos tienen prohibido firmar el certificado si se trata de una muerte violenta: homicidio, suicidio, accidente. En esos casos el cuerpo pasa a forense para que le realicen una autopsia, en caso de ser necesario. También aclara que no deben firmarlo si se trata de una muerte sospechosa, como la súbita de alguien que estaba en buen estado de salud o si es alguien que no tuvo asistencia médica. En el resto de las situaciones, no tienen la obligación ni la prohibición de hacerlo.
Por qué no los firman
Varios médicos consultados coincidieron en que la razón por la que se niegan a firmar los certificados de defunción es debido a la denominada "medicina defensiva". Es decir por temor a recibir complicaciones legales, como demandas. "No me parece muy razonable que por abrir el paraguas para defenderse la mitad termine en una autopsia", dijo Ítalo Savio, director del departamento de Geriatria y Gerontología de la Facultad de Medicina.
"Sé de casos de pacientes que no lo han visto nadie en dos meses. Nadie va a firmar el certificado de defunción si mueren. Es real", dijo Graciela Acosta, presidenta de la Sociedad Uruguaya de Gerontología y Geriatría. En esos caso se debe a que no conocen la razón por la que murió y prefieren no inferir a través de la historia clínica.
"Frente a una clara muerte natural, nos han expresado que no firman porque desconocen la causa de muerte. Este razonamiento es incorrecto, se puede poner causa natural indeterminada o desconocida", escribió en 2012 Guido Berro, médico legal, que fue director de la Cátedra de Facultad de Medicina.
Los certificados de defunción establecen la causa principal de fallecimiento, la causa que pudo haber conducido a la muerte y otras que pudieron haber intervenido. Sin embargo, Acosta aseguró que considera que "solo el que hace geriatría pone demencia severa o dependencia funcional. Si bien no son causas de muertes, es seguro que sean los que llevaron al fallecimiento del adulto mayor", dijo.
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