50.000 uruguayos con hepatitis C y la mayoría no lo sabe
"Enfermo de hepatitis C: no estás solo. Estamos formando un grupo". Un cartel con ese texto podía leerse en un hospital de Jerusalén, Israel, a mediados de la década de 1990. Julio Burman, argentino pero radicado en ese país, había sido diagnosticado con la enfermedad en 1994 y decidió crear una asociación de pacientes que tenía como objetivo principal que los enfermos pudieran estar en contacto con personas que estaban pasando por la misma situación.
Hetz, la asociación, comenzó a funcionar en 1998 con cuatro portadores de hepatitis C y hoy tiene más de 5.000 asociados.
Desde ese momento, Burman se ha dedicado a impulsar la creación de un plan nacional de salud del hígado en Israel, que actualmente está en la segunda de cuatro etapas. Desde hace algunos días se encuentra en Uruguay para, precisamente, mostrar el ejemplo y que a nivel nacional se cree un plan de ese tipo.
"Hay países que están haciendo detección temprana, que es lo que se está gestando en Uruguay. Todavía hay en el mundo más de 100 millones de personas con una bomba de tiempo en su cuerpo", dijo a El Observador.
En Uruguay hay casi 50 mil personas que tienen hepatitis C, según datos del Ministerio de Salud Pública (MSP), pero la mayoría no lo sabe. Uno de los grandes problemas de esta enfermedad es que en 80% de los casos no presenta síntomas una vez que se contrajo y el portador se entera cuando la patología ya está muy avanzada, al punto de que puede derivar en una cirrosis y posterior trasplante de hígado. Por ese motivo, el diagnóstico precoz se vuelve primordial.
Por primera vez, la Fundación Salud del Sindicato Médico del Uruguay (SMU) organizó junto a la Asociación de Hepatitis y el grupo de Amigos del Hígado –integrado por médicos– la primera semana uruguaya de concientización sobre hepatitis, en el marco del día mundial de la hepatitis, que se conmemora el próximo 28 de julio.
María Rosa Cruells, exprofesora adjunta de gastroenterología e integrante del grupo Amigos del Hígado, dijo que luego de dos primeras reuniones se definió que a mediados de octubre puedan presentarse lineamientos a las autoridades sanitarias para empezar a trabajar en una planificación a nivel nacional. El plan apunta, en primer lugar, a la prevención y educación de los pacientes y sus familiares. En segundo lugar, a la detección temprana y, una vez que se conoce quiénes están enfermos, a brindar acceso a los tratamientos, que actualmente tienen entre 90% y 98% de efectividad.
El miércoles, Burman se reunió con el ministro de Salud Pública, Jorge Basso, y con la directora general del Fondo Nacional de Recursos, Alicia Ferreira. Burman destacó que el ministro estuvo de acuerdo con trabajar en un plan nacional, teniendo en cuenta especialmente el subdiagnóstico que hay en el país. "Uruguay tiene ventajas porque es un grupo chico. (El plan está basado) en el derecho del paciente a saber y la obligación del sistema a decírselo", sostuvo. Cualquier persona que tenga entre 20 y 65 años tiene derecho a pedir a su médico que le realice el examen de hepatitis C. La meta de la Organización Mundial de la Salud es que para 2030 no haya hepatitis C.
Transmisión del virus
La hepatitis C es una enfermedad del hígado causada por un virus, que puede generar una infección aguda o crónica. Su gravedad va desde una dolencia leve por algunas semanas hasta una enfermedad grave de por vida. Se transmite por transfusiones de sangre sin analizar –algo que ya no ocurre en Uruguay–, por compartir jeringas, en centros de salud cuyo equipamiento médico esté mal higienizado y, en menor proporción, de madre a hijo o a través de relaciones sexuales sin protección.
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