Somnolencia extrema, supresión respiratoria, coma y muerte. Ese puede ser el desenlace de tomar dos tipos de medicamento ampliamente usados juntos en Estados Unidos y en varios países.
Se trata de los analgésicos opioides, que son fármacos potentes para aliviar el dolor, y las benzodiacepinas, usadas para tratar la ansiedad y el insomnio.
El miércoles, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), que es la agencia del gobierno de Estados Unidos responsable de la regulación de alimentos, fármacos y cosméticos, emitió un comunicado en el que aseguró que exigirá cambios en las etiquetas de los analgésicos opioides y los productos opioides contra la tos y de los fármacos que contengan benzodiacepinas para que el consumidor conozca "los graves riesgos y la posibilidad de muerte del uso combinado de estos medicamentos".
EE.UU.
Entre 2002 y 2014
Más de 2.5 millones
Fue el aumento en el número de pacientes que reciben benzodiacepinas además de analgésicos opioides
FDA
"Imploramos a los profesionales médicos que no hagan caso omiso de estas nuevas advertencias", dijo el doctor Robert Califf, comisionado de la FDA.
"No es otra cosa que una crisis de salud pública cuando se observa un aumento importante de las sobredosis y las muertes evitables" en relación con el uso de esos dos medicamentos al mismo tiempo.
De acuerdo con la FDA, entre 2002 y 2014, el número de pacientes en Estados Unidos a quienes se recetaron tanto un analgésico opioide como una benzodiacepina aumentó 41%, "lo que se traduce en un aumento de más de 2,5 millones en el número de pacientes que reciben benzodiacepinas además de analgésicos opioides".
"A mí no me extraña esta alerta", le dice a BBC Mundo Rosa Tordera, directora del departamento de Farmacología y Toxicología de la Facultad de Farmacia y Nutrición de la Universidad de Navarra.
"En farmacología sabemos que mezclar un analgésico opiáceo con una benzodiacepina aumenta la depresión respiratoria (disminución de la frecuencia respiratoria) y si la persona tiene problemas respiratorios, su vida puede estar en riesgo", señala la experta.
¿Qué pasa cuando mezclamos medicinas?
"Uno va al médico y le hacen varias pruebas. El médico determina que el colesterol está alto y que sería bueno tomar una medicación adecuada. Así que le dan pastillas. Uno tiene cierta confianza, el médico confía en que esto va a funcionar. La empresa que lo creó hizo muchos estudios que revisó la FDA. Lo analizaron cuidadosamente, con escepticismo, lo aprobaron. Tienen una idea aproximada de cómo funciona, y de cuáles son aproximadamente los efectos secundarios. Debería estar bien".
Así comienza el doctor Russ Altman la charla TedTalk "What really happens when you mix two medications?" ("¿Qué pasa realmente cuando mezclas dos medicinas?").
"Tienes algo más que una conversación con su médico y al médico le preocupa un poco que estés desanimado, que no seas tú mismo, que no puedas disfrutar de las cosas de la vida tanto como antes. El médico dice: 'Sabes, creo que estás un poco deprimido. Voy a recetarte otras pastillas'", continúa el profesor de bioingeniería, genética, medicina y ciencia de la computación en la Universidad de Stanford en Estados Unidos.
"Así que ahora hablamos de dos medicamentos. Esta otra pastilla también la han tomado millones de personas . La farmacéutica hizo estudios, la FDA los revisó, todo bien. Las cosas deberían ir bien. Las cosas deberían ir bien. Pero, esperen un momento. ¿Cuánto sabemos sobre cómo actúan las dos juntas?", reflexiona Altman.
¿Cómo podemos averiguar si va a pasar algo malo al combinar dos medicamentos? ¿Y tres? ¿Cinco? ¿Siete?
Russ Altman, Universidad de Stanford
"Es difícil hacer un estudio así. De hecho, no se suele hacer. Dependemos de lo que llamamos "supervisión tras la comercialización", después de que salgan al mercado. ¿Cómo podemos averiguar si va a pasar algo malo al combinar dos medicamentos? ¿Y tres? ¿Cinco? ¿Siete? Pregunten a quien quieran que tenga varios diagnósticos cuántos medicamentos toma", se pregunta el doctor.
Sensibilidad
Y es que, como indica Altman, estudios en los que se analiza qué sucede cuando un paciente toma dos o más medicamentos conjuntamente son difíciles de realizar, en parte porque no toda la población reacciona igual.
"Los analgésicos opiáceos, como la morfina o el tramadol, que son los que aparecen en la alerta de la FDA, no se deben asociar con antidepresivos. Pero hay mucha gente que está tomando antidepresivos y está tomando analgésicos opiáceos y no les pasa nada", indica Tordera.
Otras personas, explica la docente, desarrollan una sensibilidad especial y esa asociación les aumenta los niveles de serotonina en el cerebro y les puede producir un síndrome que implica convulsiones, temblores, hipertermia y puede ameritar una atención en la unidad de cuidados intensivos.
Los doctores suelen estar alerta ante los fármacos que deprimen el sistema nervioso central y ante cualquier interacción que pueda ser peligrosa.
"Pues cuando dos fármacos están destinados a ejercer la misma acción sobre una función vital se corre el riesgo de que al juntarlos se sumen sus efectos y se dé una sinergia, es decir, se potencie la acción", dice la experta.
Combinaciones peligrosas
La profesora Tordera le explicó a BBC Mundo algunas interacciones que desde la perspectiva farmacológica se deben evitar:
"Tanto los analgésicos opioides como los relajantes musculares afectan a la función respiratoria, es decir, suministrar ambos en dosis elevadas disminuye la respiración y la dificulta. Por tanto, combinados se pueden potenciar sus efectos y comprometer la vida del paciente", explica la profesora Tordera.
Warfarina (anticoagulante) + aspirina/ibuprofeno:
"La warfarina es un anticoagulante. Su función es inhibir la formación de coágulos para evitar una hemorragia cuando tenemos heridas", señala la experta.
"La aspirina además de ser analgésico y antiinflamatorio y antipirético tiene una acción llamada antiagregante plaquetaria y por tanto también aumenta el tiempo de coagulación", indica la docente.
Si ambos fármacos se unen, su acción se potencia y se puede producir una hemorragia severa.
Betabloqueantes + insulina:
Los betabloqueantes son un tipo de medicamentos usados para tratar la presión arterial que si se asocian con la insulina potencian la hipoglucemia y esa es una clara contraindicación para los diabéticos.
Antiepilépticos + antifúngicos:
"Cuando tomamos dos fármacos a la vez, uno de ellos puede interferir en el viaje que hace el otro por nuestro organismo y ponerle obstáculos. Uno de esos obstáculos se presenta cuando el fármaco llega al hígado, donde tiene que degradarse a una velocidad normal. Si en ese paso por el hígado, el hígado está ocupado degradando otros fármacos, no se va a degradar a la velocidad adecuada", señala la profesora.
Eso puede suceder cuando se toma un antiepiléptico y un antifúngico: se corre el riesgo de que se inhiba la degradación del antiepiléptico.
"Cuando los antifúngicos inhiben el metabolismo de los antiepilépticos es como si tomaras más dosis de la que necesitas y se puede experimentar mareos, ataxia, somnolencia, alteraciones mentales y motoras, amnesia, confusión", advierte la experta.
Protector gástrico + algunas medicinas:
Hay muchas personas que deben tomar protectores gástricos porque tienen úlceras, sufren de una fuerte acidez estomacal o tienen flujo gastroesofágico.
"El omeprazol altera el PH del estómago, que pasa de ser ácido a ser más alcalino, más neutro", explica Tordera. "Sin embargo, algunos fármacos necesitan que nuestro estómago se encuentre en un estado ácido para absorberse".
"En las personas que toman omeprazol y al mismo tiempo toman otro fármaco, la absorción de ese segundo fármaco a veces puede verse comprometida y provocar que no ejerza su acción bien".
Fármacos con acciones similares:
Si se dan dos fármacos para tratar la presión arterial y los dos bajan la presión, se va a dar una hipotensión muy marcada.
Más investigaciones
De acuerdo con Tordera, la mayoría de la población tolera bien los fármacos pero siempre hay un grupo de personas que desarrolla hipersensibilidad y las interacciones farmacológicas pueden ser fatales.
Altman estudia interacciones de medicamentos usando diferentes herramientas y técnicas, entre ellas una realmente innovadora: las búsquedas por internet que realizan los usuarios de todo el mundo cuando indagan sobre alguna medicina que están tomando y un efecto secundario que están experimentando.
"Es un campo fértil, abierto al uso de datos para tratar de comprender la interacción de los fármacos", indica.
Y es que cómo el experto reflexiona, hay personas que llegan a tomar nueve medicamentos al mismo tiempo.
"¿Cómo estudiamos su interacción de nueve maneras? Sí, podemos hacerlo de a pares A y B, A y C, A y D, pero ¿qué pasa con A, B, C, D, E, F, G todos juntos, en el mismo paciente? ¿Tal vez interactúan entre sí de manera que, o bien los hace más eficaces o menos eficaces o causa efectos secundarios inesperados? Realmente no tenemos idea", señala el experto.
Así que la recomendación siempre es la misma, no se automedique y siempre consulte al médico ante cualquier efecto secundario que le preocupe.