Hallan un planeta recién nacido similar a Neptuno
La formación de planetas es un proceso complejo y tumultuoso que sigue siendo un misterio para nosotros. Pese a haber descubierto más de 3.000 exoplanetas que orbitan otras estrellas distintas a nuestro Sol, casi todos son de mediana edad, con unos 1.000 millones de años de vida, o incluso más, por lo que aprender cómo se desarrollan los planetas desde su formación, viéndolos de adultos, no es un trabajo sencillo.
Ahora, un equipo de investigadores dirigido por el Instituto de Tecnología de California (EE.UU.) ha descubierto el exoplaneta más joven completamente formado jamás detectado. Su nombre es K2-33b y tiene entre 5-10 millones de años de edad. Un bebé planeta si lo comparamos con la Tierra que tiene 4.500 millones de años de antigüedad.
A 500 años luz de la Tierra
Las primeras señales de la existencia de este planeta se midieron por el telescopio espacial Kepler de la NASA durante su misión K2. Posteriormente, las observaciones en el Observatorio Keck en Hawai validaron que los datos obtenidos por Kepler (un oscurecimiento periódico en la luz de la estrella central) señalaban un nuevo planeta, más tarde llamado K2-33b.
El exoplaneta recién descubierto orbita alrededor de una estrella joven a 500 años luz de la Tierra. Según los astrónomos, se asemeja a Neptuno en tamaño y su órbita es de cinco días.
“Este descubrimiento es un hito notable en la ciencia de exoplanetas. El planeta recién nacido K2-33b nos ayudará a entender cómo se forman los planetas, lo cual es importante para la comprensión de los procesos que condujeron a la formación de la Tierra y, finalmente, el origen de la vida”, explica Erik Petigura, coautor del estudio.
K2-33b es un mundo contundente. Tiene aproximadamente seis veces el tamaño de la Tierra, por lo que si tiene una órbita completa alrededor de su estrella en unos cinco días, implicaría que está 20 veces más cerca de su estrella que la Tierra del Sol.
La formación del exoplaneta
La estrella que orbita K2-33b tiene aún una pequeña cantidad de material del disco protoplanetario a su izquierda, según las observaciones del telescopio espacial Spitzer de la NASA, demostrando que está en las etapas finales de disiparse y completar así el proceso de formación del planeta. Una evidencia más de la juventud de este exoplaneta.
“El descubrimiento y el estudio de K2-33b requieren del uso de varios de los instrumentos astronómicos más potentes disponibles, tanto en el espacio como en la Tierra”, sentencia Sasha Hinkley, también coautor del trabajo. Está claro que tenemos mucho que aprender y este bebé exoplaneta podría darnos las mejores pistas para ello.
El estudio ha sido publicado en la revista Nature y reproducido por la revista Muy Interesante.
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