5 cifras que explican el complejo momento económico que está viviendo Perú
El telón de fondo económico de la segunda ronda electoral este domingo en Perú es un escenario de paradojas y clarooscuros.
La economía está creciendo y sufre una profunda desaceleración, tiene un bajo desempleo y un alto nivel de pobreza y trabajo informal: todo se puede argumentar, cuantificar y justificar al mismo tiempo.
Una cosa está clara. El milagro económico de las materias primas 2002-2013 llegó a su fin y el impacto se ha hecho sentir.
Si en la cresta de la ola el crecimiento anual se situaba en el 6 o 7% anual, el año pasado la economía se expandió un 3,4%.
BBC Mundo examina cinco cifras vinculadas a temas que definen el panorama actual y las dificultades que deberá enfrentar el nuevo ejecutivo, sea Keiko Fujimori o Pedro Pablo Kuczynski.
1) Del 6,1 al 3,4%: la economía crece casi la mitad que antes.
La pregunta del Perú es la de muchos otros países latinoamericanos: ¿aprovechó el boom de las materias primas o vivió como si esa bonanza fuera a durar eternamente?
El precio del cobre, que representa la mitad de las exportaciones peruanas, se cuadruplicó entre 2000 y 2011.
Cifras clave de la economía
3,4% Crecimiento anual
2 Lugar en crecimiento del PIB en Sudamérica
6% Desempleo
US$253 Salario
0,35 Coeficiente de desigualdad (Gini)
AFP
Entre 2011 y 2014 comenzó el descenso: de US$141 a US$116.
Esta caída se terminó reflejando en los indicadores socio-económicos, desde el PIB hasta el consumo, salario y desempleo.
A pesar de ello, en el primer trimestre de este año, los datos oficiales hablan de un crecimiento del 4,4%.
Una vez más esta expansión se debe a la industria extractiva.
Un nuevo megayacimiento, "Las Bambas", junto a otro menor, elevó la producción del cobre en un 40%.
El retraso de la subida de los intereses de la Reserva Federal estadounidense (que ahora se espera para julio) también ayudó al permitir un incremento en precio de otro producto primario importante, el oro.
En lo sustancial Perú no ha salido de su dependencia de las materias primas ni de la falta de valor agregado de sus exportaciones.
Según Germán Alarco, economista de la Universidad del Pacífico y colaborador de Latindadd, la diversificación sigue siendo una promesa a futuro.
"Desde hace 20 años tanto economistas de izquierda como de derecha vienen hablando de la diversificación productiva que también fue parte de las propuestas de (el presidente Ollanta) Humala en 2011. Recién en el 2014 se empezó a trabajar en un programa de diversificación productiva. Hay planteos interesantes pero se enfocó mal al buscar espacios en las cadenas de valor global en lugar de mejorar las oportunidades concretas en las áreas que ya tenemos como los "clusters" de agroindustria, textiles o procesamiento de productos pesqueros", señaló Alarco a BBC Mundo.
2 – Segundo en crecimiento del PIB en Sudamérica
Desde una perspectiva regional, Perú está campeando mejor que muchos otros países esta era de vacas flacas.
Según las proyecciones de crecimiento de la CEPAL para este año el Perú está detrás de Bolivia en Sudamérica y, a nivel de América Latina, en séptimo lugar.
Muy por debajo suyo están los gigantes de la economía regional: Brasil, México y Argentina.
En la década dorada (2002-2012) Perú no consiguió la diversificación económica, pero sí aumentó considerablemente el consumo, que en 2002-2008 fue del 9% anual.
Esta expansión permitió la reducción de la pobreza y el crecimiento de una clase media con mayor acceso a bienes durables (coches, electrónicos, etc), crédito bancario y propiedad.
Según le comentó a "El Comercio" de Lima Hugo Perea Flores, gerente de estudios económicos del banco BBVA Continental, habrá que ver si estas nuevas palancas de crecimiento vía consumo son sostenibles.
"La capacidad adquisitiva de la población en un período de 10 años aumentó entre 70% y 80%. Una de las consecuencias positivas del crecimiento acelerado, fue el engrosamiento de la clase media, que se refleja en el desarrollo de muchos centros comerciales en zonas de Lima. Diría que hay que seguir creciendo a buen ritmo, para que esa clase media nueva se consolide. Si declinase el crecimiento y viniera algún shock externo o crisis, muchas de estas personas y familias podrían retornar hacia niveles de ingresos más bajos", señaló Perea Flores.
3 – 6% de desempleo, pero 73,2% de informalidad laboral.
Según la CEPAL, la pobreza dimimuyó 32 puntos entre 2001 (era un 54,7%) y 2014 (un 22,7%).
Esta reducción sería imposible en un contexto de alto desempleo.
Pero hay dos problemas con esta evaluación. En primer lugar la desocupación está en aumento.
A fines del año pasado estaba en torno al 5,7%: hoy superó el 6%.
En abril el Instituto Nacional de Estadísticas e Informática anunció que en Lima había subido al 7,2%, el más alto desde mediados de 2012.
A esto hay que sumar un alto nivel de informalidad laboral con los fenómenos generalmente asociados de subempleo.
Germán Alarco añade que la información estadística social en Perú adolece de serias deficiencias.
"La pobreza se calcula a nivel monetario. Es decir, se estipula que con unos US$90 mensuales uno ya no es pobre. Esto es una ficción en una economía dolarizada en la que dominan los precios internacionales de los productos ya que se reciben ingresos propios de economías subdesarrolladas pero se pagan precios no tan alejados de los internacionales", señaló a BBC Mundo.
4 – US$ 253 de salario mínimo.
El gobierno decretó un salario mínimo de US$253 mensuales vigente desde el 1 de mayo de este año.
No había aumento del salario mínimo desde 2012, pero el shock externo, la reducción del consumo y, muy probablemente, el período electoral, promovieron este incremento que, según el gobierno, equivale a un salto del 42%.
Dado el nivel de informalidad laboral, ese aumento afecta a una minoría.
"La estructura productiva del Perú tiene un desempleo bajo pero con subempleo formado por gente que gana menos del ingreso mínimo o que trabaja menos de 20 horas semanales. Los cambios en el ingreso mínimo no alcanzan a una gran masa de trabajadores independientes, pero son una variable importante para los ingresos y la demanda en general", indicó Alarco.
5 – El incierto coeficiente de desigualdad.
La desigualdad sigue siendo uno de los problemas más resistentes del Perú.
El coeficiente Gini oficial es de 0,35 puntos, es decir, de menor desigualdad que países como Costa Rica, Chile o Colombia.
Este índice se basa en la Encuesta Nacional de los Hogares.
"Cuando uno revisa la microdata de estas encuestas se encuentra con absurdos. Según la encuesta la familia más rica del país recibe solo US$393,081 anuales y los de 30 mayores ingresos como promedio solo US$ 159.631. Estos resultados son insólitos ya que corresponden al ingreso de un gerente medio de una mediana empresa en el Perú. ¿Dónde están los propietarios del capital?, ¿dónde están las familias de altos ingresos que todos conocemos?", señala Alarco.
Según el especialista, a esta deficiencia en la medición se añaden otros problemas.
"La información de encuestas solo captura la mitad del total de los ingresos nacionales. A lo que se suma toda la riqueza invisible de los paraísos fiscales que ensancharía mucho más aún la brecha de la desigualdad. Desafortunadamente toda la información oficial sobre el tema es inútil", indicó Alarco.
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