Uruguay ocupa el cuarto lugar mundial por la calidad de su democracia, según informe alemán
Latinoamérica “va camino de ser la primera región del mundo completamente democrática”, aseguró a Efe Hauke Hartmann, director del proyecto de la Fundación Bertelsmann que elabora el Índice de Transformación (BTI), tras la presentación del documento en Montevideo.
El informe, realizado por la fundación germana cada dos años, analiza la calidad de la democracia, la economía de mercado y la gestión política en 129 países en desarrollo de todo el mundo.
En el ránking global del BTI, el primer puesto es para Taiwán, que obtuvo una puntuación de 9,53, seguido de Estonia (9,49), República Checa (9,40), Uruguay (9,26), Polonia (9,23), Lituania (9,15), Eslovenia (9,01), Chile (8,77), Eslovaquia (8,75) y Letonia (8,63).
Preguntado acerca del desempeño de América Latina en este informe, Hartmann destacó que la región va camino de ser “la primera del mundo en ser completamente democrática” -el experto señaló que en Europa esa situación se veía cortada por Bielorrusia-, aunque advirtió que aún quedan cosas por lograr en Latinoamérica.
En ese sentido, apuntó que “en algunos países de América Latina se ve que la participación política -uno de los criterios evaluados- está lejos del imperio de la ley -otro de los factores estudiados-“, como ocurre, según el informe, en México y Guatemala.
“Eso es peligroso porque abre las puertas a la corrupción”, añadió el investigador alemán.
Del mismo modo, señaló que tanto Uruguay como Chile son los únicos países de la región donde esos dos estándares se encuentran en un mismo nivel de puntuación (9,2 en ambos valores en Chile y 10 en Uruguay).
De hecho, el experto definió a Uruguay como “la Finlandia de Latinoamérica” debido a que, en su opinión, “es un ejemplo para el desarrollo democrático y la transformación política para muchos países” de la región al igual que el Estado nórdico lo es en Europa.
“Es totalmente destacable que muchos países de Latinoamérica tienen en su historia experiencias con dictaduras militares y han conseguido consolidar estándares democráticos”, aseguró.
La clasificación del BTI 2016 fue elaborada con datos actualizados hasta enero de 2015, por lo que en ella no se ven reflejados algunos acontecimientos regionales recientes, como el cambio de gobierno en Argentina o la situación económica y política que atraviesa Brasil.
“Hay una serie de eventos recientes que podrían tener efectos en el índice BTI de 2018, pero hay que decir que este es un instrumento que no está dirigido a ser un ‘tomador de noticias’, es un instrumento que observa las tendencias de transformación en el corto, medio y largo plazo”, aseguró Hartmann.
Para la elaboración del índice global, en cada uno de los 129 países evaluados hay un experto que se encarga de realizar un informe y de asignar las calificaciones en cada área estudiada.
Una vez hecha esa parte, la evaluación se envía a un experto de mayor rango que revisa los datos y posteriormente se envía a una instancia regional y luego a otra general.
El encargado del informe primario en Uruguay, el investigador del Instituto de Ciencia Política de la Universidad de la República de Uruguay Daniel Chasquetti, dijo a Efe que si bien en su país hay unas instituciones democráticas fuertes, todavía quedan varios desafíos en el aspecto económico.
Entre ellos, la mejora de las reglas antimonopolio en los mercados, la eficiencia de las empresas públicas o en el ámbito de la educación.
Tras la presentación del informe hubo un debate entre la ministra de Industria de Uruguay, Carolina Cosse, y Luis Lacalle Pou, líder del Partido Nacional. Este último manifestó su desacuerdo con varios puntos del informe, fundamentalmente en los referidos a aspectos económicos, mientras que Cosse aportó datos de otros estudios internacionales para avalar las coincidencias con el BTI.
EFE
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