Hallan la primera estrella de neutrones de Andrómeda, la galaxia más parecida a nuestra Vía Láctea
Se encuentra a 2.537.000 años luz de la Tierra y junto con la Vía Láctea y la Galaxia del Triángulo, conforman las tres grandes galaxias espirales del Grupo Local. Ahora, tras décadas de búsqueda, un equipo de astrofísicos ha descubierto un objeto difícil de localizar en el universo: una estrella de neutrones. Este cadáver (o remanente) estelar ha sido localizado gracias al telescopio espacial XMM-Newton de la ESA.
La galaxia de Andrómeda es muy popular entre los astrónomos ya que es el objeto visible a simple vista más lejano de la Tierra y el más parecido a la Vía Láctea, lo que la convierten en un interesante laboratorio natural para los científicos. Durante décadas los telescopios han examinado al detalle todo el espectro electromagnético pero, hasta ahora, nunca había podido localizarse una estrella de neutrones.
Las estrellas de neutrones giran tan rápidamente que pueden incluso barrer pulsos regulares de radiación hacia la Tierra, como si de un faro cósmico se tratara, que puede “encenderse” y “apagarse” a medida que gira. Si “canibalizan” a alguna estrella vecina, la estrella de neutrones gira aún más rápido.
Los datos del telescopio de rayos X permitieron localizar la señal de una fuente inusual de una estrella de neutrones con un giro extremadamente rápido. Según los expertos, parece estar alimentándose de una estrella vecina que orbita cada 1,3 días, lo que le hace girar cada 1,2 segundos. Sin duda es inusual y exótica.
“Estábamos esperando detectar señales periódicas entre los objetos más brillantes de rayos X en Andrómeda, pero púlsares de rayos X brillantes tan persistentes como este siguen siendo un tanto peculiares. Buscamos a través de los datos de archivo de Andrómeda que abarca 2000-13, pero no fue hasta 2015 que finalmente fuimos capaces de identificar este objeto en la espiral exterior de la galaxia en sólo dos de las 35 mediciones”, explica Gian Luca Israel, coautor del estudio.
“Podría ser lo que llamamos un púlsar peculiar de rayos X de baja masa, pero necesitamos adquirir más observaciones del púlsar y su compañera para ayudar a determinar cuál es el escenario más probable”, comenta Paolo Esposito, coautor del trabajo.
El hallazgo ha sido publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society y reproducido por la revista Muy Interesante.
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