Uruguay fue el país del continente que más redujo la pobreza en los últimos cinco años, informó Cepal
Según el informe “Panorama social de América Latina 2015” de la Cepal, el país fue el que más redujo la tasa de pobreza en un equivalente anual de -14,9%, por encima de Perú (-9,8%), Chile (-9,1%) y Brasil (-7,9%).
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estima que las tasas de pobreza e indigencia se habrían incrementado en 2015. Los pobres alcanzan así al 29,2% de los habitantes de la región (175 millones de personas) y los indigentes el 12,4% (75 millones).
Estos datos significan un empeoramiento de los resultados obtenidos en 2014, cuando las tasas de pobreza e indigencia medidas por ingresos se mantuvieron estables, situándose en 28,2% y 11,8% de la población de la región, respectivamente. En ese año, la cantidad de personas pobres constatadas aumentó en dos millones en comparación con 2013, y esto se debió fundamentalmente a un incremento entre los pobres no indigentes.
En este contexto definido por el informe "Panorama Social de América Latina 2015" presentado por la Cepal este martes en Santiago de Chile, Uruguay se colocó como un ejemplo al ser el país que más redujo la pobreza en el último quinquenio. En el país la tasa de pobreza cayó en un equivalente anual de -14,9%, cifra seguida por Perú (-9,8%), Chile (-9,1%) y Brasil (-7,9%). En Honduras, México y Venezuela la tasa de pobreza se elevó a un ritmo anual de entre un 2% y casi un 5%.
El estudio también destaca que esta reducción de la pobreza se llevó a cabo en paralelo con la mayor reducción de la brecha de pobreza. Este indicador pondera el porcentaje de personas pobres por la distancia media entre sus ingresos y la línea de pobreza. En Uruguay cayó 15,9%, por encima de la caída de la tasa de pobreza, lo que muestra "un alivio relativo de la situación de carencia entre los pobres", sostiene la Cepal.
En este indicador, a Uruguay le siguen Perú (-12,3%), Chile (-10,5%), Brasil, Ecuador, Paraguay, Colombia y Bolivia (entre un 8% y un 10% aproximadamente).
También se resaltó la labor del país por ser el que más disminuyó la brecha de ingresos entre los más ricos y los más pobres en los últimos cinco años, a un ritmo de 2,7% anual, seguido por Argentina (2,3%) y Ecuador (2,2%).
La región y el desafío demográfico
El informe dedica un capítulo a analizar la transición demográfica que vive la región y describe que, según los datos recogidos, en 2023 la región pasaría de ser una "sociedad juvenil" a una "sociedad adulta joven"; en 2045 se daría inicio a la "sociedad adulta" y en 2052 se estaría frente a una "sociedad envejecida", con importantes diferencias entre países.
De acuerdo con las estimaciones del organismo, en la mayoría de los países de América Latina el llamado bono demográfico (período en que la población en edad de trabajar crece más rápido que la población dependiente) seguirá vigente durante los próximos 15 años, lo que abre oportunidades de inversión en áreas como educación y salud.
Aún así, advierte, que la magnitud de este bono proyectado hacia 2030 es inferior a la observada en los últimos 15 años, y varios países están cerca de terminar la etapa positiva de la transición demográfica para iniciar una fase de incremento de costos producto del envejecimiento de la población.
Aquí entra Uruguay. Es el país con mayor desigualdad social de la región en cuanto a maternidad en la adolescencia. Las madres de quintiles más pobres aumentaron más que el doble que las de los quintiles más ricos en los últimos 20 años: en 1996 cada seis madres de los quintiles más pobres había una de los más ricos, mientras que en 2011 esta relación era de 14 a una. Por esta razón, Uruguay debería extender el esfuerzo en el presupuesto para la educación en un intento de mejorar y mantener el nivel.
La llave
Según la Cepal, , el 80% de los ingresos totales de los hogares latinoamericanos provienen del trabajo y es por ello que el empleo de calidad, con derechos y protección social, "es la llave maestra para la igualdad, eje de la integración social y económica, y mecanismo fundamental de construcción de autonomía, identidad, dignidad personal y ampliación de la ciudadanía", señala el estudio.
En toda la región, agrega la CEPAL, "deben persistir los esfuerzos de promoción del trabajo decente, entre ellos, los de formalización del empleo y de las empresas, de fortalecimiento de los salarios mínimos y de acceso a la protección social, en los que se incluya la igualdad de género como objetivo transversal".
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