Un fenómeno nunca visto en Argentina: Por primera vez un candidato de derecha podría gobernar sin golpe de Estado
Un fenómeno nunca visto en Argentina asoma en camino al balotaje presidencial, al emerger Mauricio Macri como el primer líder ligado históricamente a la derecha que disputa el poder por los votos y con fuerte apoyo popular.
La historia de Argentina, la tercera economía latinoamericana, revela que los políticos de la alta sociedad y el 'establishment' sólo llegaron a la Casa Rosada (gobierno) mediante golpes de Estado y dictaduras militares.
Lo nuevo en la nación más austral de América es el meteórico ascenso de Macri con su partido Propuesta Republicana (PRO, derecha), en la flamante alianza Cambiemos, con socialdemócratas, que obtuvo un sorprendente 34,3% de los sufragios en la primera vuelta electoral el domingo.
El peronista moderado y centrista Daniel Scioli, apoyado con pragmatismo por la mandataria de centro-izquierda Cristina Kirchner, cosechó el 36,8%, pero fue "un perdedor moral, hay clima de derrota en el oficialismo", dijo a la AFP el politólogo Ricardo Rouvier. La segunda vuelta se celebrará el 22 de noviembre.
Desde la primera elección democrática en 1912, todos los presidentes que llegaron al poder mediante el voto popular fueron del Partido Peronista o de la Unión Cívica Radical (UCR, socialdemócrata).
"Si Macri es electo presidente, quizás se organice un nuevo bipartidismo, con una fuerza más populista centrada en la distribución (de riqueza), el peronismo, y otra más de centroderecha, con prioridad en la gestión y la eficacia (Macri)", dijo a la AFP el politólogo Rosendo Fraga.
- Seducción -
En las calles palpita una ola de votos macristas. No sólo sedujo a las clases ricas urbanas y del campo, furiosamente antiperonistas y antikirchneristas. Hay trabajadores de bajos salarios, camareros de bar o pobladores de 'villas miserias' (asentamientos informales) que votan al alcalde de Buenos Aires, nacido en una familia dueña de un imperio industrial.
"Macri es parte de la 'nueva derecha' latinoamericana. Pero a diferencia de un republicano de Estados Unidos, que dice lo que piensa y hace, tiene un discurso vestido de populismo", dijo a la AFP Camila Matrero, investigadora del Grupo de Estudios de Sociología Histórica de la Universidad capitalina.
La estética de campaña de Macri lo emparenta con los republicanos norteamericanos. Escenarios llenos de globos de colores, papelitos al aire y público de clase media acomodada. Pero en los altavoces suenan canciones de la llamada 'cumbia argentina', adorada por las clases más bajas y adoptada con esnobismo por las altas.
El proceso electoral marca el fin de una era.
Queda atrás un período de 12 años de kirchnerismo, iniciado por el extinto marido de la mandataria, Néstor Kirchner (2003-2007), al que siguieron dos mandatos consecutivos de su esposa Cristina. No hay delfín, sólo un pacto con Scioli, el peronista que mejor medía en las encuestas.
Símbolos kirchneristas fueron la política de derechos humanos con casi 600 condenas por actos criminales en la dictadura o el aliento al consumo, con salarios negociados por ley entre gremios y empresas, más estatizaciones de empresas y adhesión al eje boliviariano regional.
Pero la inflación real escala a más del 20% y proliferan denuncias de corrupción. "El electorado demanda otras cosas, como apertura al mundo, fin del cepo cambiario (restricciones para vender dólares) y acceso al crédito internacional", dijo a la AFP el politólogo Gustavo Córdoba.
- Viraje -
Como la tercera fuerza es la del exjefe de gabinete, ahora un feroz opositor, el peronista de centroderecha Sergio Massa (que sumó el 21% de los votos el domingo), el giro a la derecha es un alud precipitado sobre las urnas.
"Hay un discreto corrimiento a la derecha", admitió Córdoba. En cambio, el sociólogo Federico González, dijo a la AFP que "si se ve el pasado de Macri, es de derecha y se jactaba de serlo. Tiene formación liberal, pero ha hecho un progreso".
"Es como el mito del Buda. Salió del palacio y descubrió la miseria y la enfermedad", ilustró González.
Pero los economistas de Macri, como Carlos Melconian o Federico Sturzenegger, pregonan volver al endeudamiento externo, acordar con el FMI, despedir empleados y eliminar negociaciones para mejorar salarios.
Lo sondeos marcan que Kirchner se marcha con un 50% de popularidad. Incluso midieron que si pudiera postularse era favorita. Pero su ciclo terminó y los líderes emergentes giran a la derecha o el centroderecha. Un cambio histórico.
AFP
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