Los 16 evangélicos que tienen banca en Uruguay
Entre diputados, ediles y funcionarios del gobierno hay al menos 16 evangélicos trabajando en política. Esta semana se reunieron, recibieron la bendición de sus correligionarios y se comprometieron a hacer primar la ley de Dios. Es un fenómeno instalado en la región al que Uruguay llega con rezago.
Es miércoles de noche. De a poco se va llenando el salón del Centro Cristiano del Cordón. Llegan hombres vestidos de traje y mujeres perfumadas; también hay jóvenes, adolescentes y parejas con niños. Algunos llegan con Biblia en mano. Se saludan efusivamente porque la mayoría son conocidos, y a quienes ven por primera vez les conceden cálidas sonrisas de bienvenida. La convocatoria es de "consagración a cristianos en el gobierno", y el objetivo es "bendecir a aquellos que ocupan lugares de incidencia e influencia en el país". El texto de la invitación ya advierte que se tratará de "un hecho histórico para nuestro país".
Un violín y un piano dejan de sonar para dar comienzo al evento. Gerardo Amarilla, diputado nacionalista por Rivera, sube a una tarima, observa al auditorio de unas 150 personas y dice: "Hace cinco años me paré aquí mismo para explicarles la función que iba a cumplir. Era una especie de bicho raro: el primer cristiano evangélico que iba a estar en el Parlamento". Recuerda que aquel día fue "interpelado" por una iglesia acostumbrada a que la política era una actividad demasiado contaminada para la religión. "Creo que a partir de aquella noche, parte de la iglesia entendió cuál era el trabajo y la misión. Resultado: nos multiplicamos".
Efectivamente, los evangélicos empezaron a emerger en la política. En el período de gobierno pasado Amarilla era el único, pero ahora hay otros dos diputados, también del Partido Nacional: Álvaro Dastugue (electo por Montevideo) y Benjamín Irazábal (por Durazno). Dastugue es también el primer pastor evangélico en la historia del Parlamento uruguayo.
Además, entre diputados suplentes, ediles titulares y suplentes, y funcionarios de las intendencias y de organismos públicos de todo el país, hay otros 13 evangélicos en política (ver sus nombres en el recuadro) que fueron identificados en sus iglesias locales y convocados para recibir la "bendición" el miércoles pasado. La mayoría de ellos asistieron, rezaron en voz alta, no se limitaron en sus expresiones y gestos, y firmaron un compromiso con el que luego posaron para la foto junto a una veintena de pastores.
Entre otras cosas, se comprometieron a respetar la Constitución y las leyes "siempre y cuando no contradigan la palabra de Dios". Aseguraron que acatarán "los dictados" de sus consciencias "informados por la Palabra de Dios, por encima de toda lealtad personal o partidaria", y dijeron que la "base" y el "fundamento" para su actividad será el Evangelio. También anunciaron que gobernarán "para todos", sin favorecer a ningún grupo.
Estaba previsto que participara un senador evangélico paraguayo, pero su vuelo se canceló y no pudo llegar. En cambio, el orador principal fue José González, un riverense radicado en Estados Unidos, muy formado y respetado dentro de la Iglesia Evangélica uruguaya.
González conquistó con sus frases y citas perfectas para la oportunidad: "Toda ley que se opone a la ley de Dios no es ley, aunque la anuncien con bombos y platillos"; "¡la Biblia es la Constitución del universo!"; "es hora para los David, que se levanten frente a sus convicciones y digan basta. Debemos levantarnos con valentía y decir lo que hay decir. Por consciencia nuestra, por nuestros hijos…". A sus palabras le seguían decenas de ecos en el auditorio: "Amén", "gloria a Dios".
González cantó el estribillo de un himno que dijo recordar de su infancia, y que decía: "A Dios queremos en nuestras leyes, en nuestra escuela y en el hogar". Como la gente tarareaba y aplaudía, dijo, sonriente: "Veo que ustedes también quieren a Dios en las leyes".
Al final, cuando todos los políticos subieron al estrado y firmaron sus compromisos, el pastor Rainer Kunze, organizador de la ceremonia, les dijo muy serio: "No estamos aquí para exaltarlos, sí para honrarlos. Cada uno de ustedes está porque Dios lo decidió así". Los homenajeados asentían con sus cabezas. Sus familiares filmaban y sacaban fotos en estricto silencio solemne.
Nace una bancada.
Los evangélicos son parte de los cristianos protestantes. Pertenecen a distintas iglesias (Valdense, Bautista, Pentecostal) y, a diferencia de los católicos, no tienen una organización central. Se caracterizan por poner a la Biblia en el centro de sus vidas y por creer que habrá una segunda venida de Jesús.
"Crece la bancada evangélica", escribió hace unos días en su blog Nicolás Iglesias, un licenciado en trabajo social que se ha formado en Teología y trabaja en un grupo de estudios interdisciplinarios sobre religión y ciencia pública.
Según él, se trata de un fenómeno conocido a nivel mundial que en Uruguay comenzó hace una década y ha avanzado progresivamente hasta formar hoy una "bancada" de tres diputados titulares y tres suplentes, además de varios ediles.
"Es un click", explica Iglesias. "Hasta fines de los 90 el templo era sagrado para ellos, pero luego dejan de ver la política como algo profano. Porque, si no, otros grupos con otros valores lo tomarán".
Esta "discusión" se dio hace 60 años en Estados Unidos, de matriz protestante. En América Latina hay varios países en los que la presencia de evangélicos en política es un fenómeno instalado, como Paraguay o Brasil. En este último, la bancada evangélica es, después de la agropecuaria, la segunda más fuerte en el Legislativo: tiene 84 legisladores y entre los diputados hay una treintena de pastores. En Guatemala, en tanto, el comediante Jimmy Morales, que ganó la primera vuelta de las elecciones de la semana pasada, es evangélico.
En Uruguay llegó más tarde, seguramente debido a su fuerte tradición secular. Sin embargo, Iglesias entiende que ahora solo es esperable que crezca, de la mano del sostenido incremento de creyentes evangélicos a costa de fieles católicos. Según un relevamiento reciente de Pew Research Center sobre religión en América Latina, Uruguay es hoy el que menos católicos tiene (42%, cuando la media es arriba de 60%) y más personas sin afiliación (37%, mientras todos los demás tienen menos de 20%). Los protestantes en Uruguay son un 15%, y entre ellos los evangélicos rondan un 6%.
"Es un fenómeno que viene para quedarse. Ha habido una especie de salida del clóset", dice Iglesias. Antes, hablar de religión en el Parlamento uruguayo "era un tabú". Y sigue siendo difícil hoy, aunque la presencia del pastor Dastugue "habilita" a que haya más intervenciones religiosas en las sesiones.
El gigante.
El despacho de Álvaro Dastugue es una rareza en el Anexo del Palacio Legislativo: por fuera no está adornado de pegotines, listas ni fotos con otros políticos; por dentro, lo único que cuelga es una foto de su esposa y su hija, una imagen de Wilson Ferreira y dos cuadros con mensajes del profeta Isaías. Uno de ellos dice: "El Señor es nuestro juez, nuestro legislador y nuestro rey". Sobre su escritorio casi no hay papeles.
Dastugue tiene 35 años, lleva 20 como evangélico y hace ocho que se empezó a interesar en política. Dice que fue en 2007, cuando empezaba a discutirse la posibilidad de legalizar la marihuana. Él, que vive en un hogar Beraca junto a 120 personas que están intentando superar su drogadicción, se indignó. "¿Cómo no se dan cuenta de que esa es la puerta de entrada a otras drogas?", se planteó.
Luego empezó a ver cómo se iban aprobando, una a una, las leyes de la "agenda de derechos" del Frente Amplio: la del aborto, la del matrimonio igualitario y la adopción por parte de parejas de un mismo sexo, la de voluntad anticipada (que, según él, disfraza una eutanasia).
Entonces "se despertó un gigante". No sólo en él, dice, sino en los otros evangélicos que tras esta serie de leyes decidieron incursionar en política. No le caben dudas de que serán cada vez más.
Primero hizo una alianza con el edil nacionalista Carlos Iafigliola, católico practicante. Después, con Alberto Perdomo. Para las últimas elecciones, dice, sacó números y se dio cuenta que necesitaba sumar gente para llegar a diputado. Tocó la puerta de viejos militantes y referentes del Partido Nacional. Al final se alió con Verónica Alonso. Sus cálculos le indican que de los 8.000 votos que obtuvieron en la interna de 2014, 3.000 provinieron de cristianos evangélicos. Asegura que no usó la iglesia con fines electorales, pero reconoce que no hizo carrera política y que su objetivo es incidir con los valores de su credo.
"Nosotros nos involucramos con el sistema político porque creemos que tenemos muchas cosas para dar", explica. "La gran mayoría de los cristianos visionamos los mismos problemas: básicamente, el desmembramiento familiar. No me animo a decir que represento a la Iglesia Evangélica, pero no me cabe la menor duda de que represento a un sector de la sociedad que es cristiana y que cree, piensa y vive lo mismo que yo".
No hay nada extraño en eso, alega, y pone el ejemplo de Oscar Andrade, el sindicalista de la construcción que se erigió como diputado del Frente. "Él representa sus ideales sindicales, ¿o no? Yo represento mis ideales como cristiano".
En marzo, tras asumir como diputado, Dastugue empezó a mirar los distintos ejemplos de evangélicos en la región. Encandilado por el poder de la bancada brasileña, coordinó un viaje hacia ese país para conocerla en persona. "Me llevé una sorpresa muy linda e interesante. Están más organizados, vienen de hace años. Les preocupan los mismos temas", dice. En su presencia redactaron una carta para la presidenta Dilma Rousseff criticando que la política de género y diversidad se hubiera "salteado" a los legisladores.
Meses después, en su despacho pulcro y despojado, reconoce que le gustaría que en Uruguay hubiera una bancada evangélica como la de Brasil. "Sin dudas. Cada uno pelea por lo que entiende que es bueno para la sociedad. Considero que lo mejor para la nación es preservar los valores y los principios cristianos. Si no, sería un hipócrita. Cuantos más cristianos, católicos y evangélicos estemos en el Parlamento, yo aplaudo".
Amarilla, que se forjó como político dentro del Partido Nacional, discrepa en cierta medida. Para él no es deseable ("no lo promovemos y no creo que sea positivo") que haya una bancada formal. "Lo que hay son tres cristianos evangélicos en vez de uno", dice. "Por ahora, es eso".
En lo que sí coinciden ambos, y también lo ha señalado el diputado Irazábal, es en el deseo de trabajar juntos. De hecho, tanto Amarilla como Dastugue se están asesorando para redactar un proyecto de ley que "fortalezca la familia". Dastugue adelantó que piensa convocar a los legisladores católicos para impulsarlo. A su vez, los políticos evangélicos se han involucrado en la campaña Transformación Uruguay 2030, que se propone cambiar el país en siete "esferas", y una de ellas es el gobierno.
Amarilla cuenta que por mucho tiempo creyó que la actividad política iba por un camino paralelo al de la fe. Sin embargo, cuando asumió como diputado empezó a recibir invitaciones desde otros países para dar testimonio como político evangélico. En las horas de viaje que tiene por semana (vive entre Rivera y Montevideo), fue poniendo orden a sus ideas y en febrero publicó un libro: "Parlamento y fe. Cristianos en el servicio público". Allí cuenta cómo asumió la política "como para el Señor". Su postura quedó bien clara en debates como el del aborto o la reproducción asistida, proyectos a los que se opuso.
Para él, la mayoría de sus correligionarios hoy "entienden que puede haber una relación natural entre gente que va a la iglesia y quiere votar gente que piense parecido". Sin embargo, aún siente que a veces los pastores lo ven y piensan: "¿Este viene a buscar votos o a qué?".
Algunos han expresado estos días su molestia porque sienten que los políticos que hoy muestran su fe sin tapujos "intentan ser la voz de los evangélicos. En definitiva, en el seno de esa iglesia, este no es todavía un debate saldado.
La lista de políticos evangélicos en este gobierno.
Los políticos evangélicos identificados y convocados a la ceremonia de bendición del miércoles, fueron: Deybis Rey, edil suplente de Durazno (PN); Gabriel García, edil suplente de Montevideo (PN); Mabel Olivera, edil suplente de Montevideo (PN); Fernando Silva, edil suplente de Soriano (PN); Lilián González, edila suplente de Canelones (PN); Emanuel Borges, edil titular de Soriano (PN); Cristina Ruffo, edila titular de Montevideo (PN); Luis Pintado, diputado suplente de Montevideo (PC); Grisel Pereira, diputada suplente de Montevideo (PN);
Betiana Britos, diputada suplente de Canelones (PN); Oscar Farías, director de Gestión Socio-Territorial de la Intendencia de Rivera (PC); Paula Dos Santos, directora de Proyecto Educativo Terciario de la Intendencia de Cerro Largo (PN); Benjamín Irazábal, diputado de Durazno (PN); Álvaro Dastugue, diputado de Montevideo (PN); Gerardo Amarilla, diputado de Rivera (PN); y Fernando Rodríguez, director del INAU (independiente).
Un "ejército" para "recuperar" el país.
"En cada nación hay una batalla invisible por el dominio de la creación de Dios y de las almas de las personas. Esta batalla se libra en siete esferas de influencia. En cada una se levanta la mentira contra la verdad de Dios": así comienza un video de presentación del movimiento Transformación Uruguay 2030 (TU2030), conformado por cristianos evangélicos.
"Tristemente, con el pasar del tiempo, la iglesia se ha retirado cada vez más de este lugar de influencia, recluyéndose en las cuatro paredes de sus templos, y reduciendo el Evangelio a poco más que un mensaje de salvación.
Las consecuencias están a la vista. La oscuridad ha tomado el lugar que la iglesia debería ocupar", continúa una voz en off masculina mientras transcurren imágenes cotidianas de uruguayos, sobre todo montevideanos, y de sectores económicos medios y bajos.
El video explica que la realidad está dividida en siete "esferas" sobre las que los cristianos deberían actuar: familia, educación, cultura, medios de comunicación, economía, iglesia y gobierno. En todas estas áreas los cristianos tienen una "misión".
Y sigue: "En los últimos 50 años hemos visto la decadencia moral generalizada más rápida en la historia de la humanidad. ¿Qué clase de mundo estamos dejando a nuestros hijos y nietos? Mientras las siete esferas estén en manos de los enemigos del Evangelio, nuestra sociedad será destruida completamente. Los esfuerzos para avanzar el Reino de Dios quedarán obstaculizados".
Luego lanza una convocatoria para armar un "ejército" y "recuperar" a la sociedad uruguaya en todas sus dimensiones. "Esto es posible, pero primero debemos movilizar al pueblo de Dios. Es urgente que entrenemos y capacitemos a la iglesia para influir en las siete esferas. Un gran ejército de Dios está esperando tomar un compromiso para salir a la batalla y conquistar sus esferas de influencia".
Este video tiene tan solo dos meses en YouTube, y el sitio web de TU2030 aún está en construcción. Sin embargo, el pastor Rainer Kunze contó que el movimiento fue lanzado en agosto de 2014. Durante el último año transcurrió sobre todo a la "interna", y recién ahora se está haciendo visible. "Ya hay muchos trabajando en distintas esferas, cada uno enfocado en su área. La idea es entender qué enseña la Biblia sobre esa esfera y cómo llevarlo a la práctica. Nos reunimos para intercambiar experiencias", explicó.
Si bien la campaña se desarrolla en Uruguay, toma de otros países la experiencia e incluso los términos como "esfera". De hecho, en el video se advierte que "el movimiento de Dios para transformar las naciones ya ha comenzado", y que "cientos de miles de líderes en todas las ciudades del mundo se están capacitando". Kunze dijo que en algunos sitios "ya se ven resultados", como colectas para los más pobres. De todas formas, la campaña no apunta a que necesariamente se elaboren proyectos colectivos. "La idea es animar a las personas para que lleven adelante sueños, proyectos y estrategias", agregó el pastor.
La ceremonia del miércoles en el Centro Cristiano del Cordón fue, justamente, en el marco de TU2030. Kunze fue uno de los que se ocupó de identificar a cada uno de los políticos para poder bendecirlos en su actividad en "la esfera del gobierno".
Informe El País
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