Pereira Rossell aplica técnica que quita dolor a niños recién operados
En 2011, la Unidad de Dolor del Servicio de Anestesia del Hospital Pediátrico Pereira Rossell realizó una encuesta a los pacientes que tuvo un resultado que alarmó a los especialistas: 54% de los niños sufrían dolor durante el período posoperatorio. El objetivo de esa unidad es que, luego de una cirugía, la gran mayoría y no la minoría de los niños puedan recuperarse lo más rápido posible y sin sufrimiento.
"Estamos tratando de mejorar y expandir la analgesia regional para bajar este número terrible. Estamos convencidos de que es la mejor manera de hacerlo", dijo a El Observador Gabriela López, encargada de esa unidad. La técnica que se utiliza en ese centro para manejar el dolor comenzó a practicarse hace dos años, cuando el Servicio de Anestesia contactó a la doctora Karen Boretsky, integrante del Servicio de Anestesia Pediátrica del Children´s Hospital Boston de Harvard, Estados Unidos, que realizó una jornada de analgesia regional en Uruguay para los especialistas que trabajan en el Pereira.
Los médicos del servicio de anestesia, incluyendo a residentes, viajaron a Boston a realizar pasantías y la semana pasada Boretsky volvió a visitar el Pereira para enseñar nuevas técnicas que apuntan a eliminar el dolor en los niños luego de una operación. "El manejo del dolor en niños es muy importante. Los niños sufren muchas consecuencias a nivel psicológico y físico por sufrir dolor", dijo Boretsky a El Observador.
Despertar sin dolor
La doctora se especializa en anestesia local, para que cuando el niño despierte no tenga tanto dolor. "Puedo anestesiar un brazo, un pie, una pierna. Si les operaron la pierna, aún estará dormida cuando se despierte y se podrá despertar más feliz, podrá hacer más cosas, tendrá menos dolor, necesitarán menos medicamentos para el dolor", explicó.
El Pereira Rossell cuenta con dos ecógrafos que permiten practicar esa técnica, según dijo Clarisa Lamber, jefa del Servicio de Anestesia. "Nos trazamos como objetivo la calidad y la seguridad de nuestros pacientes. Para poder llegar a eso, la analgesia es sumamente importante dentro de la anestesia, y más para áreas del hospital donde los niños resisten mucho al dolor, como las de quemados o emergencia", explicó.
Las especialistas manifestaron que los bloqueos regionales, como se denomina a la técnica, permiten realizar "muy buenas analgesias" con los ecógrafos y les dan "mucha seguridad". "Vemos dónde estamos realizando el bloqueo y nos da una analgesia muy prolongada. Nos permite realizar una anestesia superficial, solo para que (el niño) esté dormido", agregó Lamber.
"Estamos tratando de mejorar y expandir la analgesia regional para bajar este número terrible" - Gabriela López, encargada de la Unidad de Dolor
La aplicación de la técnica viene de la mano del monitoreo constante. Aunque rara vez las hay, diariamente los anestesistas controlan que no existan complicaciones y que el niño no tenga dolor. Para realizar mejor el trabajo, necesitan que más enfermeros se dediquen a realizarlo. "Tenemos tres servicios que pueden manejar perfectamente la colocación de un catéter para analgesia continua, se hace el bloqueo, le dejás el bloqueo al niño y ahí le pasan anestésico local, pero necesitamos enfermeras que controlen", expresó López.
De hecho, el ecógrafo con el que se hace el bloqueo regional, que permite que menos niños sientan dolor había sido comprado antes de que comenzara el contacto con el hospital de Boston, pero los anestesistas entendieron que necesitaban un centro de referencia que enseñara la mejor forma de aplicarlo. Ya con la tecnología y con parte del personal capacitado para practicar la técnica, ahora la unidad busca que más médicos y enfermeros se capaciten y extender la práctica a más áreas. Aunque no cuentan con cifras exactas, el área de urgencia y emergencia es donde menos se utiliza el bloqueo regional. En cirugías programadas estiman que llegan a 60% de los casos.
Documentar para tener éxito
Para Boretsky, tener éxito en el uso de esta técnica –es decir, bajar al máximo posible las cifras de niños que sufren dolor luego de una operación– implica documentar permanentemente los resultados obtenidos. "La forma de expandir y continuar mejorando es siempre mirar lo que necesita mejorar y estudiarlo. Siempre tenemos nuevos estudios", explicó. En Uruguay, los anestesistas se encuentran en ese proceso aunque prefieren primero concentrarse en enseñar la técnica y luego mirar con atención los resultados.
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