Las vacunas de ADN que pueden revolucionar la inmunización y prescindir de las agujas
No es sólo que dejen de utilizarse virus para combatir enfermedades, sino que podría hacerse sin necesidad de las molestas agujas.
La evolución de una nueva técnica para activar la repuesta del sistema inmunitario podría cambiar el concepto de vacunación que se ha utilizado en los últimos 100 años.
Lo que se busca con una inyección es estimular la inmunidad en el organismo al exponerlo a un agente infeccioso modificado, con el objetivo de que el cuerpo pueda neutralizarlo antes de que pueda desarrollar la enfermedad.
En la actualidad, este objetivo se logra de dos formas.
Con la primera se introduce un antígeno –sustancia que genera una reacción de defensa y permite la formación de anticuerpos- y en la segunda una infección activa pero atenuada que suele generar una protección más prolongada.
Pero el nuevo mecanismo, descrito por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un "enfoque radical", consiste en la introducción en el tejido de una secuencia del ADN del antígeno al que se quiere que el cuerpo reaccione.
Ventajas
Varias investigaciones médicas coinciden en los beneficios de esta técnica cuando se le compara con el sistema de vacunación que existe en la actualidad.
Uno de los principales es el hecho de que para su realización no se requiere el uso de ningún agente infeccioso, un aspecto del enfoque actual que genera preocupación desde el punto de vista de seguridad.
"En lo que respecta al diseño (de la vacuna de ADN) se puede hacer con mayor rapidez debido a que se puede aislar y clonar en muy poco tiempo", se afirma en Tecnologías para la mejora en la eficacia de las vacunas de ADN, un estudio publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina e Institutos de Salud de Estados Unidos.
La investigación también resalta su versatilidad y proceso de producción.
"Múltiples vacunas pueden ofrecerse en una sola inyección y elaborarla no es muy costoso, además de que se puede reproducir a gran escala con relativa facilidad".
La seguridad que ha demostrado la técnica en los estudios que se han hecho con humanos, su estabilidad y el hecho de que no necesita la cadena de enfriamiento que si es fundamental para las vacunas actuales, también son aspectos positivos que destaca el estudio referido con anterioridad.
¿Adiós a las agujas?
La OMS indica que el principio del funcionamiento de la vacunación de ADN ha sido verificado a través de pruebas experimentales realizadas con animales y una variedad de agentes infecciosos como la influenza, el virus de papiloma humano –que causa el cáncer cervical- el VIH, la rabia, cierto tipo de meningitis y la malaria.
El concepto de este tipo de vacunas se descubrió hace varios años, sin embargo, es la segunda y reciente generación de esta técnica la que ha arrojado resultados prometedores.
En la actualidad, de hecho, se realizan numerosas pruebas con esta nueva versión de las vacunas.
Según una investigación realizada en la Universidad de Pensilvania, en EE.UU., este progreso se debe, en gran medida, a los avances logrados en el diseño del antígeno, que ahora permite atacar a varios agentes patógenos, y en el sistema utilizado para que la sustancia ingrese en el organismo.
"En vez de utilizar agujas, una de las alternativas es hacer un orificio minúsculo en la piel para introducir un líquido con el ADN. Otra es el uso de parches que se adhieren a la epidermis (similares a los que se usan en terapias de reemplazo hormonal). Y una tercera opción es la aplicación de cortos pulsos eléctricos", se explica en el estudio.
¿En contra?
La OMS advierte que la evaluación con respecto al valor y las ventajas de este tipo de vacunas debe realizarse caso a caso.
También que su aplicabilidad dependerá de la naturaleza del agente contra el que se quiere obtener la inmunidad y el tipo de respuesta requerida por el sistema inmunitario para protegerse.
El estudio de la Universidad de Pensilvania también señala que una de las preocupaciones originales con respecto a esta técnica era la posibilidad de que el cuerpo desarrollara una respuesta inmune en contra del ADN.
Pero en los estudios experimentales que se han realizado, no se han reportado casos que corroboren ese temor.
BBC
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