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CAUSA ABIERTA

Televisión para abonados y la telefonía fija de Uruguay en la mira de los tiburones

Televisión para abonados y la telefonía fija de Uruguay en la mira de los tiburones

Por Juan Baird

Los mismos que a veces gritan por el liberalismo total, ahora necesitan de la protección estatal mientras tiburones gigantes avanzan sobre la telefonía fija, la banda ancha y la televisión para abonados. Y el gobierno en la morsa.

El liberalismo original y todas sus variantes tiene un principio básico, menos estado y más individuo, a todos los niveles. Es decir más mercado operado supuestamente por la voluntad de los individuos de manera lebérrima y menos regulaciones. Eso vale siempre cuando no se fundan los bancos y el Estado tenga que invertir y pagar o cuando los grandes jugadores tiburones no avancen sobre nuestra pequeña comarca.

Eso es lo que está sucediendo en el Uruguay en tres frentes diversos y con dos grandes escualos. Nadan en las proximidades de la oferta de televisión para abonados y de ANTEL en materia de telefonía fija y banda ancha, tres cosas aparentemente alejadas entre si, pero, resulta que los voraces gigantes son los mismos: Claro (Telmex) y Telefónica (Movistar).

Uruguay es un mercado apetecible, aunque estos gigantes no desperdician ningún bocado. La utilización de la banda ancha móvil en Uruguay se multiplicó por más de diez veces en sólo cinco años, en el año 2007 era de apenas el 3% y hoy es del 33%, la banda ancha fija se multiplicó por tres pasando del 16.5% al 48.7% en el 2012 según la Asociación Iberoamericana de Centros de Investigación y Empresas de Telecomunicaciones (AHCIET).

En materia de Internet móvil Uruguay es superado solo por Brasil que tiene una contectividad del 34%, es decir un punto más que nuestro país, aunque estamos primeros en muchos otros rubros.

En banda ancha fija Uruguay tiene el 48,7% de usuarios, Argentina el 46,8%, Chile 43,3%, Brasil el 33,9%, Colombia el 29,7%, Venezuela el 28,4%, Ecuador el 21,2%, el Perú 19,7%, el Paraguay el 11,5% y Bolivia el 5,8%.

En el uso de teléfonos celulares Uruguay esta a la cabeza de la región, con 143.7 aparatos por cada 100 habitantes, sigue Argentina con 143,5%, Chile con 132,7%, Brasil con 132,3%, Perú con 111,6%, Ecuador con 111,1%, Paraguay con 106,8%, Colombia con 105,2%, Venezuela con 97,8% y Bolivia con 85,9%.

Es mayor la diferencia en materia de telefonía fija, donde Uruguay lidera con el 30% en relación a la cantidad de habitantes y fue el primero en contar con una red totalmente digitalizada, le sigue Venezuela con el 24,8%, Argentina con el 23,6%, Brasil con el 22,4%, Chile con el 18,5%, Colombia con 15,3%, Ecuador con 15%, Perú con 10,2%, Bolivia 7,3% y Paraguay con 6,2%.

En televisión para abonados primero está Argentina con 68,8% usuarios por cada 100 hogares y sigue en segundo lugar Uruguay con 48,1%, Venezuela con 43,7%, Bolivia y Chile con 41,2%, Colombia 33,7%, Brasil 27,1%, Perú 17,8%, Paraguay 12,2% y Ecuador 10,7%.

Como puede apreciarse Uruguay es el país más adelantado en relación al uso de las nuevas tecnologías de toda la región, y este es un bocado muy apetecible, pero…hay un complemento, es un país perfecto, tanto por sus dimensiones como por su desarrollo para utilizarlo como “test case”, es decir para adelantarse a las tendencias en todo el continente. A ello hay que agregar que los dos gigantes, Claro y Movistar ya están presentes en la telefonía celular y disponen de una muy aceitada estructura comercial en todo el territorio nacional.

Esa estructura ya muestra los dientes jugando al borde de las reglas a través del “Telular”. Este es un sistema que permite convertir los aparatos de telefonía fija en celulares. Técnicamente, un “telular” es un celular de base o de escritorio que se conecta a un teléfono convencional o a una central telefónica.

El aparato permite reducir el gasto de realizar llamadas a celulares por las líneas fijas; permite tener un celular en la red de extensiones del conmutador y ofrece la posibilidad de operar con chip de prepago o con plan tarifario. De este modo, el teléfono de base desde el que se realizaban llamadas a celulares que luego facturaba Antel, se convierte, tras adicionarle el “telular”, en un celular de una empresa privada que cobra por el servicio. Como es notorio de esta manera se perfora el monopolio legal que tiene ANTEL en materia de telefonía fija y que de acuerdo a estándar internacional ofrece un servicio de alta calidad y con una penetración del 30% de la población, el más alto de toda América Latina.

ANTEL es de fundamental importancia para todos los planes de utilización de las nuevas tecnologías en la educación, cuya estrella indiscutida es el Plan Ceibal.

Otro elemento de choque se produjo en el año 2012 por el uso de la fibra óptica que fue motivo de un enfrentamiento entre el gobierno y las empresas de telefonía. “Puede parecer un juego de palabras pero nosotros no estamos usando ninguna tecnología de ANTEL. El “telular” es un teléfono celular. La diferencia con el celular convencional tiene que ver con la naturaleza del plan y con las tarifas”, señaló José Pedro Derrégibus, gerente de Movistar y presidente de la Cámara Nacional de Telecomunicaciones.

El objetivo de las dos telefónicas internacionales es avanzar sobre todos los frentes a partir de su estructura comercial, servicio de televisión para abanados, telefonía fija, servicios de banda ancha móvil y fija.

¿Y los usuarios? En este juego donde se enfrentan el Estado a través de su empresa ANTEL, los grandes operadores nacionales de televisión para abonados, en particular la red EQUITAL de los canales 4, 10 y 12, y todos los operadores de Cable Cablevisión (Clarín) y cientos de pequeños operadores locales con tres monstruos: Claro, Movistar y Direct TV (Exclusivamente en la televisión por abonados, hay un componente fundamental que no siempre es tenido en cuenta: el usuario, o como lo llaman las empresas, el abonado.

En materia de televisión para abonados los servicios brindados dejan mucho que desear y hay zonas de una bajísima calidad de los mismos, en acceso a banda ancha están mejorando rápidamente por la introducción de la fibra óptica y la nueva conexión internacional de ANTEL.

Mientras los operadores nacionales de televisión para abonados tienen que realizar importantes inversiones tecnológicas físicas, antenas, planta emisora y en la distribución por cable, comercial y en algunos casos de producción televisiva (menor pero posible), los tiburones no necesitan nada, solo vendedores. Todo llega por satélite y con una antenita y un decodificador compiten en todo el territorio nacional, pero…además como son grandes jugadores globales, pueden negociar con los proveedores de contenidos, los canales en mejores condiciones, y por su enorme capacidad financiera pueden ofrecer servicios a muy bajo precio durante un periodo determinado, liquidar totalmente la competencia, quedarse con el mercado y luego ir adecuando los precios de acuerdo a su conveniencia.

Son maestros en materia comercial y cualquiera sabe que en el sector de las comunicaciones el grueso de la inversión es al inicio y en el proceso de modernización y luego todo es marketing y ventas. Ellos se ahorran la primera parte, casi nada.

Cuando controlen totalmente el mercado en todos los frentes en que puedan avanzar, no tendrán ningún problema en comprarse canales abiertos, (como lo han hecho en Argentina), o avanzar sobre los canales digitales y disponer de una potencia de fuego ilimitada. El único freno o competencia serán los canales de televisión por Internet, la Web TV que avanza pero todavía lentamente. Y ellos dispondrán también de una fuerte plataforma para competir en este terreno.

A ello agreguemos que no tendrán ningún interés en canales locales de televisión y podrán repartirse a través de canales informativos, periodísticos o de cualquier tipo la comunicación por esa vía con buena parte de la audiencia nacional.

Los voraces cazones uruguayos que durante 50 años se comieron todo, ahora están amenazados por gigantescos tiburones blancos y ahora ANDEBU comienza a pensar seriamente en una ley nacional donde puedan sobrevivir.

El usuario tiene derecho a productos de mayor calidad, más cantidad de opciones y disputa por los precios y no como sucede por ejemplo en Punta del Este y Maldonado donde generosamente el gobierno Lacalle le dio la concesión de la televisión por abonados a un solo operador Punta Cable que brinda un servicio muy decadente. Un ejemplo.

El estado y por primera vez desde la repartija de los años 90 (Lacalle-Sanguinetti) debería ser efectivamente ser el Estado, con una visión no sólo comercial sino democratizadora, tiene potentes instrumentos en sus manos: una ley adecuada que regule las prioridades pero que no entregue todo en manos de los gigantes, porque nos arrepentiremos por el resto de nuestras vidas; la ley vigente para proteger a ANTEL en lo que son sus áreas monopólicas y la transparencia en la distribución de las frecuencias para los canales digitales de televisión abierta.

Lo que no debería hacer es replegarse sobre el “mal menor” y el corto plazo, hay que pensar e imaginar el mundo y el país en 10 años, hay que proteger los derechos de los ciudadanos a disponer de una variedad de opciones de contenidos, de información nacional y local y hay que evitar que los gigantes se ceben en Uruguay y nos acorralen, pero también a que los señores feudales de la televisión se sigan creyendo con todos los derechos y muy pocas obligaciones, el parasitismo de ciertas empresas tiene uno de sus puntos más altos precisamente en la televisión.
UyPress

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