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CAUSA ABIERTA

Las nietas del millonario gallego muerto en Argentina presentan un recurso

Las nietas del millonario gallego muerto en Argentina presentan un recurso

Las tres mujeres que reclaman ser nietas de un emigrante gallego originario del municipio pontevedrés de Cambados, que hizo fortuna en Argentina, donde murió en 1954, han presentado un recurso ante la Audiencia después de que fueran rechazado sus argumentos en primera instancia, informó el Bufete Osuna.
En un comunicado, el abogado de las mujeres apellidadas Domínguez Arcos señala que el Juzgado de Primera Instancia de Cambados rechazó su argumentación por considerar que el ordenamiento jurídico no contempla la posibilidad de que los nietos puedan reclamar los apellidos, excepto si la reclamación fuera en el plazo de un año desde del inicio del juicio de petición de filiación.
Las tres mujeres que alegan ser nietas de José Benito Torres Bouza, oriundo de Meis, ya habían visto rechazada la petición de una prueba genética para determinar el vínculo familiar, lo que les hubiera permitido acceder a la herencia del hombre cuya fortuna ha sido cuantificada entre 3 y 4 millones de euros.
Las mujeres, dos de las cuales viven en Cambados y una tercera en la localidad de Denia (Alicante), alegan ser hijas de un hombre nacido como fruto de una relación "extramatrimonial" de Benito Torres.
Los abogados de las mujeres quieren que la justicia determine la filiación pese a que el descubrimiento de los vínculos familiares con Benito Torres fueran establecidos con posterioridad al fallecimiento de su padre.
"Ante la falta de previsión legal, los nietos tienen derecho a reclamar el reconocimiento de sus vínculos familiares y uso de los apellidos, a pesar del fallecimiento del padre, pues de lo contrario se daría una vulneración de derechos constitucionales", señalan los abogados al considerar que "se estaría negando a unas personas la investigación de la paternidad".
Los abogados consideraron que la sentencia del Juzgado de Cambados "choca con la realidad social", ya que subrayan que en la década de 1940 "era muy difícil, si no imposible, reconocer a un hijo fuera del matrimonio en un núcleo de población reducido donde todo el mundo se conocía, con muchos intereses enfrentados".
Añaden que "la única solución era ocultar la paternidad, al menos de cara al exterior, aunque en la intimidad se acercase a su pareja y a su hijo", y subrayan que la "convivencia semiclandestina se mantuvo durante años".
También argumentan en el recurso que "el padre de las demandantes, que a su vez era hijo de quien marchó a Argentina, tampoco tenía condiciones fáciles, ni siquiera mínimas para demandar a su padre la filiación, dado que esas relaciones extramatrimoniales estaban muy censuradas por el entorno social y las instituciones", y que por ello "no se le podía pedir una conducta heroica".
Por todo ello, consideran "injusto y contra el pensamiento actual que unas nietas, porque su padre no reclamase su filiación en unos tiempos adversos y muy difíciles a este tipo de demandas, se vean condenadas de por vida a no tener los apellidos de su abuelo y no puedan ser consideradas sus nietas".

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