Ex marino argentino reconoce existencia de "vuelos de la muerte" en dictadura

El ex marino Antonio Pernías admitió hoy la existencia de los "vuelos de la muerte" durante la última dictadura argentina y consideró "un error y un horror" el secuestro y desaparición de las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet. Al declarar ante un tribunal de Buenos Aires que le juzga junto a otros 18 acusados de delitos de lesa humanidad cometidos en la principal cárcel clandestina del régimen de facto (1976-1983), Pernías relató que "los traslados", en alusión a los "vuelos de la muerte", estaban "decididos de antemano". En los "vuelos de la muerte" eran arrojados vivos al mar y a las aguas del Río de la Plata prisioneros de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde funcionó el mayor centro clandestino de detención durante el régimen de facto.
"Todo estaba decidido en esta guerra cruel. Ninguno de los oficiales o suboficiales teníamos que tomar decisiones en ese sentido", destacó el ex agente de inteligencia de la Marina, según reproduce la agencia estatal Télam.
Entre las víctimas de los "vuelos de la muerte" figuran las monjas francesas Leoni Duquet y Alice Domón, así como el periodista argentino Rodolfo Walsh, entre otros presos en la ESMA.
Pernías, señalado por los sobrevivientes de la dictadura como uno de los principales torturadores de la ESMA, negó haber participado en el secuestro de las religiosas francesas en 1977, como declararon varios testigos en el juicio.
El ex marino también insistió en que fue "un error y un horror" la desaparición de Domon y Duquet, uno de los casos que se ventilan en este proceso oral y público en el que, además de Pernías, son juzgados los ex marinos Alfredo Astiz y Jorge "Tigre" Acosta, entre otros.
Pernías definió los tormentos a los que se sometían a los detenidos como "interrogatorios reforzados", que, dijo como justificación, eran "legales en Israel e Irlanda".
"Pero no había ensañamiento porque nosotros éramos personas de bien", matizó.
Organismos de derechos humanos han calculado en unas 5.000 las personas que pasaron por la ESMA, situada en la zona norte de Buenos Aires y punto de partida de los "vuelos de la muerte".
Unas 30.000 personas desaparecieron en Argentina durante la última dictadura.