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CAUSA ABIERTA

"Panteras Rosas", ladrones internacionales que ya son leyenda

"Panteras Rosas", ladrones internacionales que ya son leyenda

Su apodo fue inspirado por Peter Sellers y su inspector Clouseau, pero de torpes no tienen nada. Han robado en sitios que van desde Londres hasta París y Tokio y la Interpol, que los llama las "Panteras Rosas", calcula que su botín combinado de joyas y relojes de lujo es de alrededor de 250 millones de dólares. Se cree que muchos de los integrantes de la banda son de este pequeño país balcánico de 600.000 habitantes. La leyenda comenzó hace siete años con un frasco de crema facial. Milan Jovetic fue parte de un grupo que robó diamantes por valor 30 millones de dólares a la tienda Graff en la exclusiva New Bond Street de Londres. Fue capturado a los pocos días y Scotland Yard le encontró un anillo de un millón de dólares que habría sido su parte del botín. Apareció en la crema facial de su novia... el mismo sitio donde escondía objetos el ladrón de "La Pantera Rosa", la película de 1963 que hizo famoso al inepto inspector Clouseau. La prensa británica bautizó a los ladrones Panteras Rosas. Los asaltos continuaron y llegó un momento en el que la Interpol creó un "Proyecto Panteras Rosas". "Trabajamos en 190 casos en 27 países de cuatro continentes. Es una investigación grande", expresó Julia Viedma, directora de operaciones de Interpol. En los tribunales Jovetic dijo que sólo colaboró en la parte logística y fue sentenciado a cinco años y medio de prisión, de los cuales sirvió cuatro. Ahora vive de nuevo en este pequeño pueblo. Buen mozo y con sus 30 años, es una especie de celebridad.
Alguien le pregunta si es realmente un miembro de las Panteras Rosas mientras empuja el cochecito de su hija por las calles y él responde: "¿Tú qué opinas?". Cuando el curioso insiste, le dice: "Tú no tienes el dinero necesario para hablar conmigo" y se va.
Cetinje es un pueblo pobre de 15.000 habitantes del que salieron muchos individuos arrestados bajo sospecha de haber trabajado con las Panteras Rosas, de acuerdo con la Interpol. Fue muy golpeado por las guerras que estremecieron a Yugoslavia y abundan los jóvenes sin trabajo, que pasan el día en un café propiedad de Jovetic.
Se ha difundido la noción de que los Panteras Rosas son una especie de Robin Hood, que le roban a los ricos y ayudan a los pobres. Sin embargo, a no ser por un puñado de BMW y de Mercedes Benz estacionados frente a bares frecuentados por el hampa, nada hace pensar que el pueblo se beneficie con sus robos.
Un hombre que se identifica como Zoran y quien bebe un expresso en un café con mesas en la calle dice que los Panteras Rosas "no han matado a nadie. Lo único que quieren es irse de este sitio olvidado".
Los asaltantes portan armas, pero nunca dispararon un tiro.
La Interpol se cuida de no atribuir todo robo espectacular de joyas a los Panteras Rosas porque no quiere aumentar su mística, según un funcionario que pidió no ser identificado porque no estaba autorizado a hablar con la prensa.
Pero las autoridades creen que los Panteras Rosas han participado en unos 150 robos desde fines de los 90. Señalan que se han arrestado 25 personas y que se investigan los lazos de otras 400 con los asaltos, pero que el núcleo central del grupo de unas 40 personas sigue intacto.
Los detenidos respetan un código de silencio y es imposible arrancarles información.
"No hay duda de que esta gente, en su mayoría hombres, con unas pocas mujeres, vienen mayormente de Montenegro y Serbia", declaró Dejan Anastasijevic, periodista serbio que investiga el bajo mundo en los Balcanes y que tuvo que refugiarse en Bélgica luego de sobrevivir a un atentado con una granada.
"Nadie sabe quién contrata a esta gente, si la mafia italiana, la rusa, la japonesa o algún otro", declaró.
Sus tácticas son sencillas, de acuerdo con la Interpol: Un hombre bien vestido ingresa a un local y le apunta con un arma a un empleado. Detrás suyo entran individuos enmascarados con martillos y barras de metal, que rompen las vidrieras, recogen todo lo que pueden y en cuestión de minutos huyen en automóviles robados.
En marzo del 2004, en el robo de joyas más grande en la historia de Japón, dos individuos con pelucas ingresaron a una tienda exclusiva de Tokio, inmovilizaron a un empleado con gas pimienta y se llevaron varias joyas, incluido un collar de diamantes de 27 millones de dólares.
En diciembre del año pasado, tres Panteras Rosas --dos hombres y una mujer-- fueron condenados por un tribunal serbio por robar joyas por valor de 31,5 millones de dólares, entre ellas un collar de 125 carates y dos aros y siete anillos de diamantes.
Las joyas, como ocurre a menudo, nunca fueron recuperadas, lo que alimenta las sospechas de que la banda es contratada por gente que sabe cómo colocar bienes robados.
Harry Levy, vicepresidente de la Bolsa de Diamantes de Londres, afirma que los comerciantes de Londres, París y Nueva York pueden detectar diamantes robados en casos célebres, pero que "es fácil alterar su peso y su forma, cortando nuevamente la piedra, para que resulte más sencillo venderla en sitios como Europa oriental o Asia, que tienen menos regulaciones".
Un robo típico fue el de Dubai de abril del 2007.
Dos vehículos llegaron al lobby del centro comercial Wafi y uno de ellos dio marcha atrás e ingresó a una joyería a través de una vidriera. Tres individuos enmascarados tomaron rápidamente joyas por valor de 3,5 millones de dólares y escaparon. Un transeúnte filmó la escena con su teléfono celular y la difundió a través de YouTube.
La policía de Dubai dice que identificó a ocho personas como sospechosas de pertenecer a las Panteras Rosas. Algunas fueron detenidas, mientras que otras siguen libres.


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