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CAUSA ABIERTA

Sarkozy contraataca

Sarkozy contraataca

Ofensiva política de Nicolas Sarkozy de largo alcance. Contra los escándalos, «una República irreprochable». Contra la crisis económica, «acelerar las reformas: trabajar más y gastar menos». Contra el estancamiento de Francia, «evitar que sea atacada como Grecia o España». Contra el riesgo de nuevas crisis internacionales, «nuevo orden monetario internacional». Tras cuatro semanas de escándalos, acompañadas de una caída brutal en los sondeos, y el lanzamiento de la gran reforma del sistema nacional de pensiones, el presidente de la República se ha sometido esta noche a una larga entrevista, en la primera cadena de Estado, para contraatacar en todos los frentes, con mucha calma y determinación. El programa, comenzó con un interrogatorio directo y preciso sobre el fabuloso escándalo Liliane Bettencourt. Sarkozy se presentó como víctima de oscuras maniobras, desde hace años: «Estoy acostumbrado al acoso y la calumnia. Mi esposa y yo hemos sido calumniados. Se han montado sucesivos escándalos que siempre se demostraron falsos. La Inspección General de Finanzas, IGF, ha demostrado que Eric Woerth, ministro del Trabajo, un hombre honesto y competente, ha sido calumniado de manera vergonzosa. Todos los testimonios contra él y contra mí han sido desmentidos. Curiosamente, se lanzan calumnias contra el ministro de Trabajo cuando ese ministro acomete una gran reforma que algunos quisieran dinamitar...».
El presidente Sarkozy «aconseja» a su ministro de Trabajo que «abandone» el cargo de tesorero de la Unión por un Movimiento Popular (UMP, el partido del presidente). Y anuncia la formación de una comisión parlamentaria para proponer el refuerzo de la legislación cuando algunos cargos públicos pudieran ser sospechosos de «conflicto de intereses». Es el caso de Florence Woerth, la esposa del ministro, que trabajó en la empresa responsable de la gestión del patrimonio Bettencourt, acusada de evasión de impuestos.
Para apoyar mejor su defensa de su ministro de Trabajo, el presidente se presentó como el mejor defensor de una «República irreprochable», de este modo: «Las cuentas del Elíseo están hoy controladas por el Tribunal de Cuentas, por vez primera en la historia del régimen. El Tribunal de Cuentas está presidido por una personalidad de la oposición socialista. Ningún otro presidente ha ofrecido tanta claridad en la gestión del Estado y su gobierno».
Entrado en el debate más inmediato, la gran reforma del sistema nacional de pensiones, el presidente de la República la presentó como la reforma esencial. «Francia —apuntó— es hoy víctima de dos errores estratégicos cometidos en los últimos treinta años: bajar la edad de jubilación de los 65 a los 60 años, y trabajar menos, con la semana laboral de 35 horas».
Desde la óptica presidencial, la reforma del sistema nacional de pensiones, es la etapa final de todas las reformas de su mandato presidencial, que él resume con este proyecto estratégico: «Para salir de la crisis, Francia debe trabajar más y gastar menos».
«Trabajar más...»
La edad oficial de jubilación pasa de 60 a 62 años. Para cobrar la pensión completa será necesario trabajar hasta los 67 años. Al mismo tiempo, Sarkozy insiste: «Hay que cortar o evitar las prejubilaciones. Echar a los seniors es un desastre social. Francia no puede permitirse ese lujo. Los seniors son un capital precioso».
Esa reforma, con la que culminará la presidencia Sarkozy, forma parte de una «respuesta global» contra un rosario de crisis, superpuestas, desde el verano de 2007: crisis financiera, económica, agraria, del euro. Sarkozy es consciente de que Francia es víctima de gravísimos problemas estructurales, una deuda colosal y unos déficits inquietantes. «No quiero que Francia sea atacada, mañana, como ya han sido atacadas Grecia, Portugal, España. Y para evitar los ataques contra Francia debemos defendernos con grandes reformas», asegura.
¿Cómo gastar menos para reducir la deuda y el déficit? Reduciendo el número de funcionarios. Sarkozy recuerda que Francia ha suprimido más de 100.000 puestos de funcionarios, en los últimos tres años. Anuncia la supresión de otros 34.000 puestos de funcionarios. Y promete no subir los impuestos: «Francia es con Suecia el país con una fiscalidad más dura para los particulares. Los impuestos no incrementan la productividad. No los subiré».
El gran contraataque presidencial, contra los escándalos, contra el clima de incertidumbre política nacional, culminó con un capítulo internacional. Francia presidirá el G20 a partir del próximo mes de noviembre. Sarkozy anuncia grandes iniciativas internacionales.

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