"Era como si el Sol estuviera sonriendo"
Las nubes que cubrían la Isla de Pascua se abrieron justo a tiempo para que el eclipse de Sol total pudiera contemplarse en toda su magnitud. Miles de turistas y científicos se habían reunido en la isla de los misteriosos monolitos (territorio de Chile) para contemplar un eclipse que sólo fue visible en las regiones meridionales de Chile y Argentina. Por unas horas tomaron la isla 8.000 personas, el doble de su población habitual. "Era como si el Sol estuviera sonriendo", explicaba un niño de ocho años a la agencia AFP. El ocultamiento del Sol comenzó a percibirse en Tonga y, dos horas después (a las diez de la noche en la península Ibérica) alcanzó su plenitud en Pascua. Hasta unos minutos antes no estuvo claro si los curiosos que se habían reunido en la isla, considerada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, podrían seguir el fenómeno astronómico.
El cielo permanecía encapotado y amenazaba tormenta. Sólo se abrió unos minutos antes de que llegara el eclipse. En su punto álgido (sobre el mar), el fenómeno había durado cinco minutos y 20 segundos.
Las autoridades locales cruzaban los dedos para que todo saliera bien. El objetivo era reubicar la isla de los monolitos Moai en el mapa después de que tuviera que ser evacuada en febrero después del terremoto de Chile.
Un eclipse de Sol total se produce cuando la Luna se interpone entre el astro y la Tierra, bloqueando los rayos y proyectando su sombra sobre el planeta.
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