Las adolescentes lloran por el "yerno ideal"
Ídolo de las adolescentes uruguayas gracias a un bello rostro y un físico de modelo de pasarela, Diego Lugano es sobre todo el líder de una férrea defensa, una de las claves para el desempeño de la ’Celeste’ en lo que va de este Mundial-2010. En el "aplaudímetro", el defensa central, de 29 años de edad, es con mucha frecuencia el primero de todos. Durante el primer partido contra Francia, los gritos de sus admiradoras tapaban el zumbido de las ensordecedoras vuvuzelas ante las pantallas de Montevideo. Este padre de familia (3 hijos), bien educado y con aire de ’yerno ideal’, es una de las imágenes preferidas por los anunciantes de su país, junto al goleador Diego Forlán y el veterano Sebastián ’Loco’ Abreu. Pero, sus cabellos rubios y su físico (1,88 m y 84 kg) no lo explican todo. Defensa recio sobre el hombre, se impuso en el puesto como el heredero de Paolo Montero en la selección (47 partidos), y el entrenador Oscar Tabárez lo designó capitan desde que asumió el cargo. El director técnico celeste no es el único en apreciar las cualidades de este jugador, tal vez un poco lento, pero muy seguro por alto. "Lugano es un defensa excelente", había declarado por su parte el míster de Brasil, Dunga, antes de la semifinal de la Copa América-2007, ganada por la ’Seleçao’ en la tanda de tiros penales.
Tampoco parece que fuera casualidad que su ausencia, por suspensión, coincidiera con la abultada goleada concedida por Uruguay en el estadio Centenario por las eliminatorias mundialistas (4-0) ante los brasileños.
Lugano se hizo después perdonar anotando el gol de la victoria en la repesca de ida ante Costa Rica, en noviembre pasado en San José (1-0).
Poco visible en el primer partido del Mundial ante Francia, enseguida tomó las riendas de la defensa frente a Sudáfrica y México. El resultado fue inmejorable, ningún gol encajado durante los partidos del Grupo A en la primera ronda del torneo, una novedad en la ’era Tabárez’.
Eso sí, llegó tarde ante Lee Chung-yong, por lo que puede considerarse el responsable del empate provisional (1-1) ente Corea del Sur en el partido de octavos de final, que terminó 2-1 para los sudamericanos.
Después explicaría que no quiso arriesgarse a cometer una falta en el área y que tampoco pudo comunicarse con sus compañeros de equipo. "Con el bochinche no nos escuchábamos", destacó.
Un problema a rectificar el viernes frente a Ghana, porque el capitán Lugano, a quien el presidente uruguayo José Mujica llama por teléfono tras cada uno de los partidos del equipo, no cuenta con detenerse allí.
"Nosotros podemos dar la sorpresa y llegar muy lejos (...) Tal vez a las semifinales. Tenemos el potencial como para lograrlo", ya había advertido Diego Lugano en enero pasado.
El sueño casi se ha convertido en realidad o, en cualquier caso, está aún a su alcance.
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