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CAUSA ABIERTA

Tacuarembó honra la muerte de Gardel con mucho tango y algo de resentimiento

Tacuarembó honra la muerte de Gardel con mucho tango y algo de resentimiento

Con una mezcla de adoración y resentimiento vivieron hoy los vecinos de Tacuarembó el 75 aniversario de la muerte de Carlos Gardel, al que reivindican como "el hijo más célebre" de esta ciudad uruguaya, pero del que no olvidan que no les dedicó "ni una estrofa". "Gardel es nuestro, acá todos somos gardelianos. Y justamente porque lo amamos le reprochamos que nunca se acordara de su ciudad", dijo a Efe Mirta, una jubilada que presume de haber conocido la historia del tanguero "mucho antes de que saliera en los diarios".
Desde hace años Tacuarembó busca ser reconocida como la cuna de Gardel en lugar de la ciudad francesa de Toulouse, donde se conserva la partida que certifica que Charles Romuald Gardés (Carlos Gardel) nació allí el 11 de diciembre de 1890.
Sin embargo, en esta ciudad situada a unos 390 kilómetros al norte de Montevideo y donde viven unas 55.000 personas se cree a pies juntillas una historia diferente sobre los orígenes del genial cantante: que Gardel fue hijo del coronel Carlos Escayola, el cacique de la ciudad, y de su cuñada y ahijada María Leila, una joven de tan sólo 13 años.
"Teníamos prohibido hablar del tema", aseguró a hoy Efe César Escayola, bisnieto del coronel y último descendiente de los Escayola en Tacuarembó.
A sus 63 años, el supuesto familiar de Gardel aún recuerda cómo en ocasiones algunos vecinos le señalaban murmurando "ese es el pariente".
"Cuando uno lee bien la historia, empieza a darse cuenta de por qué a Gardel no le resultaba fácil hablar de sus orígenes", opina el presidente de la Fundación Carlos Gardel de Tacuarembó, Heber Moreira.
La llamada "teoría uruguayista" sobre el origen de Gardel sostiene que el Gardés nacido en Toulouse era una persona distinta a Gardel y recalca que en octubre de 1920 el artista se inscribió en el Consulado de Uruguay en Buenos Aires, donde aseguró haber nacido en Tacuarembó el 11 de diciembre de 1887.
Sin embargo, en su testamento Gardel dejó dicho haber nacido en Toulouse (Francia) y ser hijo de la también francesa radicada en Buenos Aires (Argentina) Berthe Gardés.
Ese documento sembró las bases de la "teoría francesista", defendida en Argentina, y al mismo tiempo empujó a otros estudiosos a encontrar pruebas para demostrar su condición de uruguayo.
"En las entrevistas y en sus documentos él siempre dijo que era uruguayo, ¿por qué iba a mentir?", señaló a Efe el director de Cultura y Turismo de Tacuarembó, Carlos Arezo.
El primer teórico "uruguayista" fue Erasmo Silva Cabrera, un periodista montevideano que en 1960 comenzó a escarbar en lo que se llamó "el silencio de Tacuarembó".
Cuando se completó la historia del "Gardel uruguayo", supuestamente dado en adopción a la francesa Berthe Gardés por Escayola para ocultar su infidelidad, Tacuarembó "comenzó a deshacerse de ese largo silencio que se había generado por temor a la poderosa familia" del militar, apuntó Moreira.
Hoy, las autoridades de la localidad, que vive principalmente de la ganadería y de la industria de la madera, se esfuerzan por difundir lo que para ellos es "una verdad histórica".
El Museo Carlos Gardel, abierto hace 15 años, recopila todos los documentos, las fotos y los objetos que certifican su presunto origen tacuaremboense.
Gardel es la seña de identidad local. Desde la terminal de autobuses hasta la camiseta del principal club de fútbol llevan el nombre y la imagen del "Zorzal Criollo".
"No fue fácil, porque la gente acá le reprochaba mucho que nunca se acordara de Tacuarembó, que le cantará a Buenos Aires y a otras ciudades del mundo y que a su tierra natal no le dedicara ni siquiera una estrofa", apuntó Moreira.
"Se le adora tanto como se le resiente", remarca Froilán Antunez, otro vecino.
Lo que sí se sabe con certeza es que Gardel murió el 24 de junio de 1935 en un accidente aéreo en Medellín (Colombia).
En este nuevo aniversario Tacuarembó ha organizado charlas en colegios, concursos de canto y milongas nocturnas como parte de la llamada "Semana Gardeliana" que se realiza desde hace años.
En todo Tacuarembó se escuchan las canciones de Gardel, se bailan sus tangos y se repite aquello de que "cada vez canta mejor", a pesar de que nunca lo hiciera para homenajear a su supuesta ciudad natal.

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