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CAUSA ABIERTA

Las "señales" de la corrupción en la Policía de Uruguay

Las "señales" de la corrupción en la Policía de Uruguay

"Tenemos, prácticamente, un escándalo de corrupción por semana y esto no puede seguir así", dijo el director de la Policía Nacional, Julio Guarteche. El jerarca encara un plan con los jefes departamentales para combatir este problema en la fuerza. "Nosotros estamos anhelosamente empeñados en lograr la confianza de la población, pero sabemos que no lo vamos a lograr de un día para el otro. Va a tomar tiempo, por esto estamos limpiando la casa, somos conscientes de que no podemos barrer para debajo de la alfombra", señaló ayer a El País el mando máximo de la Policía Nacional.
El inspector principal (retirado) Julio Guarteche mostró su preocupación por el problema e indicó que viene trabajando en un programa a varios niveles para hacerle frente. El jerarca indicó que el caso más reciente -que involucró en delito de concusión a tres policías de la Comisaría 19a. y a uno de la Dirección Nacional de Cárceles- es parte de un cuadro mayor al que se viene haciendo frente. "Tenemos, prácticamente, un escándalo de corrupción por semana y esto no puede seguir así. Tenemos que desarraigar a esas personas de la institución, pero no sólo hay que actuar contra las personas que deshonran el uniforme, además hay que prevenir", reconoció Guarteche.
El director de Policía ilustra su visión del tema con una teoría desarrollada por un psiquiatra estadounidense especializado en corrupción policial.
"Este autor dice que la corrupción es como un cono invertido, la entrada es por la parte más ancha de ese cono y es cuando el policía se siente victimizado", explica. La desviación de un funcionario se produce, agrega Guarteche, al cabo de un proceso. "Esto ocurre, por ejemplo, cuando el policía siente que no recibe el sueldo que debería, que cumple muchas horas de trabajo que le restan horas con su familia, entre otras cosas. Y cuando pasan esas cosas el policía lo hace saber con varias señales", indica el jerarca.
A lo largo del proceso el funcionario primero comienza por cometer omisiones en sus tareas, o en encararlas con una actitud negativa. Luego pasa a los actos negligentes y por último cae en la corrupción. "En todo ese proceso va dando señales que tenemos que saber entender", explica.
Sobre este punto descansa el programa que comenzó a desarrollar, en principio, con los 19 jefes de Policía del país. Guarteche explicó que, luego de transmitirle su visión del asunto, les pidió a los mandos que estuvieran atentos a estas señales y se entablara un diálogo con los subalternos para revisar estos problemas y subsanarlos. "Vamos a echar a la gente, pero también vamos a ver qué es lo que está pasando y por qué está pasando", indicó.
Otra línea de trabajo abarca a los programas de formación de los policías, tanto de oficiales como de subalternos. "Queremos ir hasta la administración de los recursos que el policía recibe. Tenemos claro que los recursos no son todos los que necesitamos, pero la situación es que si los pocos recursos que tiene no los administra bien vamos a tener problemas. Por eso queremos que se incorpore como materia a la currícula el tema de administración de recursos, no sólo para que ayude al policía en el trabajo, sino para que lo ayude en la vida", señaló.
"La corrupción significa un flanco que no podemos dar al crimen organizado. Ninguna actividad delictiva avanza si no hay corrupción que la ampare", sentencia Guarteche.
El alto mando policial recuerda que su experiencia al frente de la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas le ayudó a enfrentar el problema de la corrupción. "Nosotros nunca tuvimos un caso de corrupción y nos enfrentamos con organizaciones poderosas, que manejan muchos recursos. Hay que tener actitudes vigilantes permanentes, estar atentos a esas señales, evitar que el individuo caiga en situaciones que lo vuelven más vulnerables a quienes quieren que a la Policía le vaya mal", recuerda Guarteche.
El programa del Ministerio del Interior apunta, entonces, a abordar el problema antes de que llegue a Asuntos Internos, cuando ya es demasiado tarde.
Ocho procesados en una semana
El fin de semana pasado se conoció el fallo que recayó sobre tres funcionarios de la Seccional 19a. que habían chantajeado a un sereno investigado por un robo de joyas y al que le pedían el pago de $ 200 mil por sustraerlo de la investigación. Paralelamente, y en otro caso llevado ante la Justicia, un funcionario de Cárceles fue a prisión también por el delito de concusión. En este caso el efectivo pedía dinero por un supuesto traslado de Comcar a otro establecimiento.
La semana pasada se conoció, en tanto, otro caso en el que cuatro funcionarios del Departamento de Orden Público fueron procesados con prisión por el delito de peculado. Los policías fueron acusados de apoderarse del dinero de un retiro bancario robado por dos arrebatadores a una mujer. Los efectivos intervinieron en el momento y lograron capturarlos, pero no apareció el dinero. La jueza Fanny Canessa los halló culpables, sin embargo tras el fallo judicial los efectivos de Investigaciones recusaron los cargos e insistieron en su inocencia. El caso todavía está en la órbita judicial.

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