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CAUSA ABIERTA

Derrame de petróleo en el Golfo de México está fuera de control

Derrame de petróleo en el Golfo de México está fuera de control

British Petroleum logró controlar en la madrugada de ayer una de las tres fisuras en la tubería a través de la cual, la hundida plataforma Deepwater Horizon extraía petróleo a más de siete kilómetros de profundidad. Utilizando seis robots dirigidos desde barcos en la superficie, logró colocar una válvula de cierre sobre el boquete menor en la tubería, de quince centímetros de diámetro. El vertido sigue, sin embargo, incontrolado y contaminando las aguas del golfo de México. Las últimas estimaciones de la petrolera, las más moderadas, sitúan el vertido actual en 5.000 barriles diarios (707 toneladas), según reveló ayer un portavoz. Pero BP lleva dando la misma cifra desde hace días, y da por seguro que lo peor va a llegar de forma inminente. En una comparecencia a puerta cerrada en el Congreso, en Washington, su director ejecutivo, Tony Hayward, dijo el martes (madrugada del miércoles en España) que, con los días, el vertido crecerá hasta situarse en 40.000 barriles diarios, 5.660 toneladas. Y esa es la estimación más favorable. Las previsiones más negativas de la empresa lo sitúan en 60.000, 8.490 toneladas.
Cualquier cifra de la empresa es, sin embargo, una mera aproximación. El vertido está fuera de control. BP ni siquiera sabe cuantificar qué tamaño tiene la mancha de petróleo. Como está dispersando químicos disolventes sobre su superficie, es imposible efectuar una estimación adecuada con el uso de imágenes de satélite, pues una buena parte de ella se mantiene en el lecho marino, invisible para sus técnicos y para las autoridades.
Si se tiene en cuenta que la fuga del Exxon Valdez, en las costas de Alaska, en 1989, fue de 38.000 toneladas, el Deepwater Horizon, atendiendo a las previsiones más moderadas de la empresa, superaría aquel accidente en seis días. El desastre del Prestige provocó una marea negra en Galicia, en 2002, de 77.000 toneladas. El vertido de BP podría alcanzar ese volumen en unos 13 días. La situación es tal que comienzan a oírse voces en contra de la exploración petrolífera en el mar. El gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, ha retirado su apoyo a la construcción de una nueva plataforma petrolífera frente a la costa de Santa Bárbara, después de recibir información detallada del vertido en el golfo de México. El gobernador, en el último año de su segundo mandato, ha asegurado a sus colaboradores que los 75 millones de euros de ingresos que generaría para el Estado la nueva plataforma petrolífera no justifican arriesgarse a sufrir accidentes como el que vive el sur de EE UU.
Ayer, técnicos de BP transportaban una campana de 12 metros de altura y 73 toneladas de peso, construida en Port Fourchon, a 160 kilómetros de Nueva Orleans, hasta el lugar del vertido, a 80 kilómetros de las costas de Luisiana. Con esa campana esperan tapar el segundo punto de fuga, colocándola a 1.500 metros de profundidad, sobre el lecho marino. La operación está prevista para hoy. A esta campana se le colocará una tubería con la que extraer el crudo que emana de las reservas naturales, para almacenarlo en el carguero Enterprise, que puede almacenar 130.000 barriles, 18.571 toneladas, de crudo.
Un portavoz de la petrolera, John Curry, anunció ayer en una entrevista que se habían retomado las operaciones de quemado de crudo en superficie, dado el buen tiempo que está experimentando el golfo en estos días. Además, con la ayuda del ejército, la petrolera siguió inyectando un líquido disolvente en el vertido, para evitar que la marea de petróleo afecte a pájaros y mamíferos y retrasar su llegada a las costas.
Según Greenpeace, ese químico incluye dos ingredientes altamente nocivos para el ecosistema del golfo: el disolvente orgánico 2-butoxietanol y el anticongelante propilenglicol. "El primero es devastador para la fertilidad de los animales. El segundo, elimina el oxígeno del agua y los asfixia", explica Mark Floegel, experto en vertidos de esa organización ecologista. "Esa operación de dispersión de químicos es un teatro, puras relaciones públicas para que la gente no vea animales ni playas manchadas de petróleo. Pero el vertido sigue intacto bajo la superficie. Ante la disyuntiva de si era preferible matar peces o pájaros, BP ha decidido matar peces".
Entre voluntarios y trabajadores empleados por BP, 7.900 personas están trabajando en el lugar del vertido. Los pescadores de la localidad portuaria de Plaquemines Parish, a 109 kilómetros de Nueva Orleans, colocaron ayer barreras de vinilo en sus costas, para contener la probable llegada del crudo a la desembocadura del río Misisipi. Junto a ellos, 170 barcos de distinta envergadura patrullan la zona, participando en la operación de respuesta.
De momento, el crudo no ha tocado tierra, más allá de pequeñas manchas que, según el Gobierno de Luisiana, han alcanzado las pequeñas islas Chandeleur, frente a Misisipi. La impredecible corriente circular del golfo de México, que discurre de la península del Yucatán al estrecho de Florida, podría acabar arrastrando el crudo hasta los mismos cayos de Florida, algo que podría suponer un desastre natural en una zona que alberga el mayor arrecife de coral de EE UU y una rica fauna de cocodrilos, tortugas marinas y aves zancudas.

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