La vejez prematura de una actriz arrastrada por la vida loca
Más de una década de excesos, sumados a un extenuante ritmo laboral, le pasaron factura a la socialité y madre, que ahora luce acabada y con unas arrugas muy marcadas. Y eso que apenas tiene 29. De fiesta en fiesta. Así era la vida de Nicole Richie en sus años mozos y hoy por hoy se notan los resultados. La semana pasada se la vió muy feliz compartiendo una tarde con Harlow, su pequeña de 2 años, después de acompañarla a su clase de ballet.
Sin embargo, realmente sorprendieron las marcadas líneas de expresión en su rostro, que la hacen ver mucho mayor. Parece que la actriz, cantante, modelo y, recientemente, diseñadora de joyas, no para de trabajar. Tras haber dado a luz a James en septiembre de 2009, su segundo hijo, presentó a finales del año pasado su colección de joyas House of Harlow 1960 Holiday Collection. Además, está trabajando arduamente en proyectos televisivos con cadenas como ABC. Pero no todo es culpa del estrés laboral. Los escándalos en los que se vio involucrada, como su arresto en Malibú (California) por posesión de heroína en febrero de 2003 o los cargos por conducir bajo los efectos del alcohol en diciembre de 2006, dejaban entrever la clase de vida poco sana que llevaba, alejada de una dieta saludable, poco ejercicio e involucrada en un mundo de fiestas. Afortunadamente la hija adoptiva de Lionel Richie se encarriló y dejó atrás ese mundo. Ahora está dedicada a su trabajo y a su familia. Incluso, ha anunciado que está preparando una gran boda para formalizar la relación de cuatro años que tiene con Joel Madden, cantante del grupo Good Charlotte, el padre de sus hijos.
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