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CAUSA ABIERTA

"El sueño americano" termina en frustración, deudas y muerte para los guatemaltecos

"El sueño americano" termina en frustración, deudas y muerte para los guatemaltecos

Las aspiraciones de la mayoría de los miles de guatemaltecos que a diario se lanzan a buscar el "sueño americano" terminan en frustración y deudas mayores a las que dejaron al abandonar el país, al ser deportados por las autoridades migratorias de México y Estados Unidos. "Hemos visto casos muy dolorosos (de inmigrantes) que han hecho préstamos que no pueden pagar al ser deportados y muchos han sido estafados y han perdido sus bienes", dijo a Efe Erick Maldonado, secretario del Consejo Nacional de Atención al Migrante de Guatemala (Conamigua).
Los guatemaltecos que son deportados de Estados Unidos, precisó el funcionario, vuelven "frustrados y decepcionados" porque "en lugar de delinquir en Guatemala, hicieron préstamos y ahora están con más deudas".
Las redes del crimen dedicadas a traficar personas, agregó Maldonado, cobran a cada inmigrante "entre 4.000 y 6.000 dólares dependiendo de los grados de seguridad", y por el mismo precio les ofrecen "hasta una tercera oportunidad para ingresar en Estados Unidos".
"Es un negocio rentable, pero es difícil detectar a las redes porque muchas veces están camuflados entre los mismos inmigrantes y los coyotes (traficantes de indocumentados) se vuelven prestamistas", aseguró.
Maldonado se mostró preocupado porque "cada vez más la gente que migra es muy joven, sobre todo mujeres" que se convierten en potenciales víctimas del crimen organizado.
"Los niños y mujeres, entre menor edad tengan, son altamente vulnerables a la explotación sexual y de trata", dijo el secretario de Conamigua, creada en 2007 para velar por los derechos humanos de los inmigrantes.
"Los niños son trasladados para la mendicidad, como vendedores de chicles o payasos, y Guatemala no es ajena a esta explotación", anotó.
Un reciente estudio de las autoridades mexicanas reveló que el 80 por ciento de las centroamericanas que pasaban por ese territorio eran explotadas, dijo.
Otro aspecto negativo de este fenómeno es la desintegración familiar y el desarraigo cultural, señaló.
El funcionario añadió que "nosotros como Estado no le podemos decir a la gente que no migre, porque es un derecho que está vinculado al desarrollo", pero lamentó que los inmigrantes no inviertan los recursos que ganan sino que los utilizan para la subsistencia de sus familias y para la adquisición de bienes suntuosos.
"Es evidente al ir al interior del país y ver en los paisajes pequeñas viviendas de adobe pero con televisores con señales de Sky o Direct TV, con lo que se pierde la dimensión del esfuerzo que hicieron las personas para irse a Estados Unidos y enviar dólares", aseveró.
"Lamentablemente ahora la familia (del emigrado) ya espera el envío de las remesas y eso crea cierta dependencia porque les van a llegar 100 o 200 dólares", pero "no lo destinan para la educación de los niños que cuando son laboralmente productivos ya no estudian porque sus expectativas son seguir los pasos del padre o la madre", expresó.
Pese a los riesgos y a las constantes deportaciones con grilletes durante el vuelo, los guatemaltecos no dejan de perseguir el "sueño americano", apuntó Maldonado.
Sólo en el 2009 fueron deportados más de 27.000 indocumentados y "lamentablemente verificamos que todos venían con grilletes, los cuales les fueron retirados poco antes de descender", indicó.
El fenómeno migratorio presenta luces y sombras y entre lo positivo destaca el aumento promedio de ingresos en las zonas rurales de expulsión de inmigrantes, en donde mejora la calidad de vida, sostiene un estudio de 2009 de la Mesa Nacional para las Migraciones en Guatemala (Menamig).
Sin embargo, entre los impactos negativos se cuenta la pérdida de la productividad, la fuga de capital humano, el decrecimiento de la actividad económica local y la desintegración familiar, advierte.
La migración de guatemaltecos se remonta a los años 40 a 50, cuando algunas personas, atraídas por el ritmo económico político y social que se vivía en Estados Unidos, se fueron a ese país y "abrieron la brecha" al proceso migratorio, de acuerdo con el estudio de Menamig.
El envío de las remesas desde Estados Unidos, que el año pasado alcanzaron los 3.912,28 millones de dólares, beneficia al 30,4 por ciento del total de la población.

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