Los "camisas rojas" acorralan al gobierno de Tailandia

El Gobierno de Tailandia sufrió hoy otra derrota frente a los manifestantes conocidos como los "camisas rojas" al fracasar la operación de las fuerzas de seguridad para capturar a los dirigentes de las protestas que han sumido a Bangkok en el caos. Una media hora después de que el viceprimer ministro a cargo de la seguridad, Suthep Thaugsuban, anunciara en el canal estatal de televisión la inminente captura del grupo de líderes del ala dura del Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura, uno de los más perseguidos escapaba por el balcón del hotel de Bangkok en el que se hallaban protegidos por decenas de seguidores. Los otros cabecillas que forman parte del grupo de 24 que dirigen las protestas que se reanudaron hace un mes para forzar al primer ministro, Abhisit Vejjajiva, a disolver el Parlamento y convocar elecciones, fueron liberados por los efectivos del comando policial después de que una nube de manifestantes se echara sobre ellos. Sobre los tres dirigentes del Frente pesan órdenes de búsqueda y captura por la ocupación ilegal del corazón comercial de Bangkok y por su implicación en los violentos enfrentamientos librados el pasado fin de semana entre los "camisas rojas" y las fuerzas de seguridad, que causaron 24 muertos y más de 800 heridos.
"Vamos a detener y acabar con los terroristas. Para eso hemos creado una fuerza especial que les dará caza", dijo el viceprimer ministro en un mensaje televisado del que de inmediato se hizo eco el canal de televisión afín a los manifestantes, la mayoría partidarios del ex mandatario y multimillonario, Thaksin Shinawatra, depuesto en 2006 y declarado prófugo por la Justicia.
Con un general y coronel de la Policía en manos de los "camisas rojas", el portavoz del Gobierno, Panitan Wattanayakorn, admitió en conferencia de prensa que la operación policial había "fracasado".
Los dos oficiales de la Policía fueron liberados posteriormente y cuando ya los cerca de 10.000 manifestantes que desde hace dos semanas ocupan la principal zona comercial de la urbe, escuchaban jubilosos las arengas de sus cabecillas.
"A partir de ahora nuestra misión es cazar a Abhisit (primer ministro), y ésta es una guerra entre el Gobierno y los camisas rojas", señaló Arisman, un ex cantante de melodías que de la mano de Shinawatra desembarcó en la política tras una carrera artística con mucha menor gloria que la que disfruta por ser uno de los más desafiantes cabecillas de las protestas.
"La Policía derribó la puerta de mi habitación y lanzó botes de humo, pero por suerte, corrí hacia la ventana y pude escapar descolgándome por un cable", relató Pongruangrong desde lo alto de un camión arrancando la ovación de los miles de "camisas rojas" que le escuchaban.
El pasado sábado, cinco soldados, 18 manifestantes y un camarógrafo japonés, perdieron la vida durante los choques entre los manifestantes y las tropas.
Las movilizaciones pararon durante los tres últimos días con motivo de la celebración del Año Nuevo tailandés
El Ejército aprovechó las festividades para retirar los vehículos militares abandonados en las calles y destrozados por los manifestantes desde el pasado fin de semana.
Los "camisas rojas", que durante los últimos tres días pararon las protestas con motivo de las festividades con motivo del Año Nuevo tailandés, anunciaron que incrementarán la presión sobre el Gobierno de coalición con la finalidad de conseguir su objetivo.
Mientras que las pérdidas millonarias se acumulan para las grandes cadenas, decenas de vendedores ambulantes de comida, camisetas y manoplas en forma de corazón y pie están haciendo su agosto en las manifestaciones.
El Frente de los "camisas rojas" considera ilegítimo el Gobierno de Vejjajiva por haber sido elegido mediante pactos parlamentarios con diputados tránsfugas y no en las urnas.
Los manifestantes, procedentes principalmente del medio rural en el norte u noreste del país, principal recipiente de los programas de ayuda social desarrollados por Shinawatra durante sus casi seis años de mandato.