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CAUSA ABIERTA

Charlie Sheen se disfraza para ocultar una infidelidad

Charlie Sheen se disfraza para ocultar una infidelidad

Si en la pequeña y gran pantalla el actor ha encarnado personajes amables de grandes valores morales, en la vida real podría ser el protagonista de una tragicomedia. Después de montar en diciembre de 2009 un sonado escándalo con su actual esposa, Brooke Mueller, que le llevó a ser arrestado por las autoridades de Colorado acusado de maltrato doméstico, ahora la revista 'In Touch' le ha pillado 'in fraganti' y con un esperpéntico disfraz mientras se disponía a echar una 'canita' al aire con una prostituta.
"No cabe la más mínima duda de que era Charlie Sheen, porque el bigote de pega era infame y además parecía muy nervioso", señala un testigo a la cabecera rosa. La chica en cuestión se llama Angelina Tracy y le cobra la friolera de 3.000 dólares (unos 2.200 euros) por hora.
Pero no sólo eso - según comenta la fuente espía a la publicación - la dama de compañía, con quien al parecer éste mantiene una relación desde hace unas semanas, se atreve a conducir ocasionalmente el Mercedes de la estrella e, incluso, frecuenta el hogar conyugal de Sheen cuando se ausenta su esposa, al igual que él entra en su casa. De hecho, el pasado 7 de abril se le vio salir corriendo del apartamento de Angelina para que los medios no le fotografiaran e, inmediatamente, cogió su coche y huyó de la persecución de los periodistas.
Para quitar hierro al asunto y salvar la honorabilidad del artista, su representante se ha apresurado a desmentir que éste tratara de despistar a los paparazzi. Según revela, la intención de Charlie era la contraria a la que se ha difundido, ya que quería reírse de la prensa utilizando gafas de sol y bigote falso.
"Como Sheen sabía que estaba siendo seguido y cómo iba a lucir esto, se puso un bigote falso como gesto humorístco", declaraba el representante a los medios de comunicación estadounidenses.
Sin duda, éste es un nuevo golpe para el intérprete, debido a que ante la opinión pública se mostraba como un hombre arrepentido que quería dejar atrás su adicción al alcohol y enmendar los errores de su tercer matrimonio para poder disfrutar de la crianza de sus gemelos, Bob y Max, que nacieron el 14 de marzo de 2009.
Y es que ahora ya pocos creerán que el gamberro Sheen quiera reformarse. Su ingreso forzoso en una clínica de rehabilitación parecía que había dado sus frutos, pero se ha descubierto que en realidad todo era una estrategia del actor para lavar su imagen pública.

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