La mala jugada de los tacones de la princesa de Asturias
Los zapatos de aguja que suele lucir la princesa de Asturias han marcado tendencia últimamente. Jaime Peñafiel utilizó este recurso para titular su libro 'Los tacones de Letizia' y, ya de paso, criticar sutilmente su afán de protagonismo. Pues bien, en su debut en solitario presidiendo la Jura de Bandera de la Guardia Real en el cuartel de El Pardo, la consorte sufrió un percance al bajar de una tarima que provocó la rotura de su complemento favorito.
En concreto, Letizia se hallaba en la tribuna para pasar revista a los jóvenes guardias mientras se disponían a jurar bandera. Su semblante solemne se desvaneció cuando notó que su tacón le había jugado una mala pasada. Pero, como viene siendo habitual, el séquito que la acompaña actúo rápidamente y le cambió el par de zapatos averiado por otro que le trajeron desde su residencia en la Zarzuela.
A pesar de que casi ningún presente se dio cuenta de la anécdota, la asturiana tuvo que disimular caminando de puntillas mientras saludaba a algunos de los asistentes. Eso sí, Letizia volvió a hacer gala de su condición de 'fashion-victim' con un traje primaveral de chaqueta blanco que combinó con una blusa malva para realzar su esbelta figura, un estilo que reafirma las especulaciones sobre el gusto de Letizia por copiar a la reina más glamurosa, Rania de Jordania.
Durante la ceremonia 73 nuevos guardias reales, quienes ya han terminado su período de formación y se incorporan a la Unidad, realizaron su promesa a la bandera junto a un grupo de 50 civiles que expresaron su deseo de hacerlo también. La finalidad de estos profesionales es proporcionar guardia militar a Su Majestad y a los miembros de la Familia Real, así como a los jefes de Estado extranjeros de visita a España cuando se les ordene.
La agenda en solitario de la ex periodista es cada vez más abultada. Después de causar sensación en Berlín, donde se estrenó sin su marido Felipe, ahora hace lo propio como maestra de ceremonias delante de las tropas. A pesar de su destreza como princesa, sus deslices siguen siendo objeto de comentarios, ya que en la reciente memoria colectiva de los españoles sigue presente el famoso incidente que sufrió en la localidad de San Roque (Cádiz) cuando el viento levantó su falda y mostró sus 'braguitas'.
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