Todas las señoras violadas en Montevideo reconocen "la voz" del sátiro

La policía uruguaya se devana los sesos para identificar al hombre que ha sometido sexualmente a varias mujeres mayores (cuyas edades oscilan entre los 55 y 65 años). Hasta el momento los investigadores científicos de la Técnica no han hallado un solo indicio, residuos físicos y mucho menos huellas digitales. Y ello es comprensible porque el sátiro de Montevideo opera con una prolijidad propia de una serie televisiva. El furtivo individuo ingresa a las viviendas de las mujeres que ha elegido siempre munido de guantes. Cuando domina a su presa le coloca una gorra, capucha o una prenda de vestir sobre la cabeza, dejándola a su merced. Luego de ello desata su lujuria y somete a la señora a veces en más de una oportunidad. Para no dejar rastro alguno, y mucho menos su semen que puede incriminarlo en un estudio de ADN obliga a sus víctima a bañarse escrupulosamente ante su atenta mirada. Pero el sátiro tiene una debilidad: hablarles al oído a las señoras cuando las está sometiendo. La policía recogió testimonios de las víctimas abusadas y todas concuerdan en que no pueden olvidar el timbre de su voz. Es así que el violador serial, en una suerte de juego diabólico, deja una sola pista a la policía: sus poderosas cuerdas vocales que penetran para siempre en los oídos de las señoras. El trabajo de investigación es muy lento en virtud de que construir un perfil con tan pocos datos no es tarea fácil, aunque alguna idea hay sobre su edad y nivel de cultura. Todo un desafío para los investigadores que, contrarreloj, intentan hallar algo que les permita identificarlo antes que abuse de otra dama, cosa que, sentenció un oficial a "Causa Abierta".."en cualquier momento, va a volver a pasar, en cualquier lugar de Montevideo".