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CAUSA ABIERTA

La sangre corre por las calles de Kirguizistán

La sangre corre por las calles de Kirguizistán

Diez personas murieron hoy y un centenar resultaron heridas en los enfrentamientos entre policías y manifestantes en la capital de Kirguizistán, Biskek, informaron defensores de los derechos humanos y fuentes médicas. La activista Toktaím Umetalíeva declaró a la agencia rusa Interfax que las fuerzas del orden que abrieron fuego no solo con balas de goma, sino también con cartuchos, y mataron a una decena de manifestantes que intentaban asaltar la sede del Gobierno.
Previamente, el servicio de emergencias médicas de Biskek dieron cuenta de al menos dos muertos y en torno a un centenar de heridos y afirmaron que los desordenes en la ciudad, donde la policía disolvió a varios miles de opositores, impiden atender a los lesionados.
Según fuentes oficiales, los agentes emplearon gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar a los manifestantes, que intentaran derribar con un camión las barreras que rodean la sede del Ejecutivo, pero fueron desalojados de la plaza por la policía.
El Ayuntamiento declaró en Biskek un "régimen de situación de emergencia" bajo el que, según un portavoz oficial, no se imponen restricciones a los ciudadanos, pero se les recomienda abstenerse de salir a la calle, informó la agencia oficial rusa Itar-Tass.
Las autoridades denuncian que los opositores -que exigen la dimisión del Gobierno y del presidente kirguís, Kurmanbek Bakíev, además de la liberación de sus líderes detenidos en las últimas 24 horas- están armados con palos, barras, piedras y cócteles mólotov.
La víspera, más de 80 policías resultaron heridos en la ciudad de Talas, al oeste de Biskek, en enfrentamientos con manifestantes, que ocuparon la administración de la región y reclamaron la dimisión del presidente de ese país, considerado el más pobre de Asia Central.
Mientras, la diputada Irina Karamushkina, del opositor Partido Socialdemócrata, advirtió de que la oposición no controla a los manifestantes en la capital debido a que sus principales líderes fueron detenidos por la policía y el Servicio de Seguridad Nacional.
Medios locales afirman que muchas tiendas y oficinas en el centro de Biskek han cerrado, los locales con acceso a internet retiraron sus ordenadores por temor a posibles actos de saqueo y en las gasolineras de la ciudad se han formado largas colas.
La embajada de EEUU en Biskek y la Cancillería rusa en Moscú pidieron a las autoridades y a la oposición de Kirguizistán que entablen un diálogo y eviten la violencia, y Rusia puso en estado de alerta su base aérea de Kant, situada cerca de Biskek.
Los desórdenes y las detenciones comenzaron en la víspera de las asambleas populares convocadas por la oposición para hoy en todo el país para denunciar la política socio-económica del Gobierno y definir sus tácticas para conseguir la dimisión del presidente.
Bakíev, antiguo dirigente opositor aupado al poder por la Revolución de los Tulipanes -el movimiento democrático que derrocó en 2005 al entonces presidente, Askar Akáyev-, es acusado de autoritarismo y corrupción.

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